Durante el 2018 la nómina de los pensionados superó el monto de las cotizaciones, arrojando un saldo corriente negativo. El aporte al Plan de Retiro del Instituto de Bienestar de los Maestros (INABIMA) ascendió a RD$7,371,940,314, en tanto que los egresos se elevaron a RD$7,924,481,172, dejando un déficit corriente estimado en unos RD$552,540,858.
De acuerdo a los boletines trimestrales, en el 2018 unos 14,728 jubilados recibieron RD$7,347,245,166, más RD$ RD$263,020,869 pagados a 1,522 sobrevivientes, y otros RD$314,215,167 a favor de 4,054 maestros discapacitados. Estos montos fueron estimados a partir de los últimos dos boletines trimestrales del INABIMA, debido a que los dos primeros contienen informaciones imprecisas.
Sólo por vejez, la pensión anual del INABIMA promedia unos RD$ 38,373.16 mensual, equivalente a RD$498,851.09 anual. Con un salario per cápita de RD54,266.61 a diciembre, se estima que el aporte mensual al Plan de Retiro fue de RD$6,511.99 o sea, RD$78,143.92 durante el año 2018.
De acuerdo a las informaciones suministradas, a diciembre pasado el Ministerio de Educación tenía 94,338 docentes activos, mientras el INABIMA reportó 16,250 jubilados, entre titulares y sobrevivientes. Ello indica que, en la actualidad, el pago a un jubilado promedio equivale al aporte de 5.9 maestros activos, tendencia que se acentuará con el paso de los años y el incremento sostenido de la longevidad del cuerpo magisterial.
¿Las pensiones fueron pagadas con el 4% del presupuesto para educación?
Llama poderosamente la atención el desequilibrio del INABIMA por tratarse del plan de retiro con el mayor financiamiento del país, ya que el Estado aporta el 8% y los maestros el 4%, para un total del 12% del salario bruto mensual, de un sector laboral que duplica con creces el salario promedio nacional.
Este saldo negativo emite una señal muy preocupante porque constituye el preludio de una posible reducción sostenida del patrimonio acumulado, lo que arriesgaría la sostenibilidad del Plan de Retiro de los maestros públicos, con serias consecuencias fiscales e implicaciones para la gobernabilidad de un sector muy activo, y clave para el desarrollo.
Es importante señalar que los reportes de la SIPEN indican que en el 2018 las reservas del INABIMA continuaron creciendo. En tal sentido, sería de gran utilidad que las autoridades expliquen cuáles han sido las fuentes del financiamiento de las pensiones. En informes EDUCA ha expresado su preocupación por el pago de las pensiones con recursos del 4% para la educación.
Demás está señalar que como defensor del derecho de los trabajadores no cuestiono la labor del INABIMA. Sólo me limito a llamar la atención de las autoridades y de la opinión pública, sobre la necesidad de analizar las posibles consecuencias fiscales de este desequilibrio, y su repercusión en el mediano y largo plazo, tanto para los maestros como para el resto de los dominicanos.
Por su contribución al desarrollo de los recursos humanos del país, los maestros públicos tienen derecho a una pensión digna. El gran reto consiste en rediseñar el Plan de Retiro garantizando su sostenibilidad, sin comprometer el 4%, y sin constituirse en una carga para los contribuyentes en general.
Me siento en el deber ineludible de alertar al país, ya que el incremento indetenible de la longevidad acelerará este desequilibrio, comprometiendo la función del 4% de elevar la matrícula estudiantil y la calidad de la educación. Y porque, además, de una forma u otra, recaerá sobre todos los contribuyentes, especialmente de la clase media y de las familias de ingresos limitados.