Frecuentemente me he visto involucrado en debates sobre el intrincado tema del aborto, dándome cuenta que pocas personas utilizan la razón para defender su punto, dejando que predomine el apasionamiento.

Para ser claro y franco desde el principio, quisiera dejar establecido que soy un fiel creyente en el derecho de la mujer y sobre lo que ella decida hacer con su cuerpo.

Al verme en un debate sobre el tema siempre dejo en claro mi posición y -la mayor parte de la veces- me veo ante personas que me dicen “no puedo creer que apoyes el aborto” o la otra es “cómo puedes apoyar matar a un bebé”.

Cada vez que me dicen eso, me doy cuenta que estoy frente a una persona que NO entiende nada sobre el tema.

Nadie, absolutamente nadie, puede apoyar el “aborto” o la interrupción del embarazo así nada más…

Si bien dichos debates han caído hasta en insultos, siempre respondo de la misma forma: ojalá y tu hermana, novia, esposa o hija jamás estén en una situación en la que su vida corra peligro como consecuencia del embarazo.

De igual forma, muchas veces les digo que: ojalá y jamás estés frente a una hermana, novia, esposa o hija que haya quedado embarzada a consecuencia de una violación.

Al darle a un consevador cualquiera de las dos respuestas, siempre -absolutamente siempre- me contestan ambiguament o poco coherente, ya que entienden que pedirle a una mujer que NO interrumpa el embarzo (resultado de una violación) o que corra el peligro de morir, si mantiene el embarazo, es un disparate.

Jamás promoveré el aborto, pero siempre apoyaré el derecho de una mujer a decidir sobre su propio cuerpo.

Nadie, absolutamente nadie, debe decidir sobre lo que una mujer puede (o no) hacer con su cuerpo.

@RaulBaz