De acuerdo a los estudios nacionales e internacionales la primera demanda de la sociedad dominicana es la seguridad pública, un derecho insatisfecho, que mantiene sumida en crisis de miedo generalizada a toda la población que habita la república, razón más que suficiente para priorizar y decretar el 2018 Año de la Seguridad Pública.

Es una aspiración poder lograr políticas públicas acordes a los requerimientos de la sociedad y sus intereses comunes con respeto a la libertades y derechos humanos. Pero, resulta paradójico e irresponsable por parte del gobierno y demás autoridades, que el Ministerio de Defensa dominicano reciba casi RD$7,000 millones, en incremento a su presupuesto para el año 2018 que fue RD$23,500 millones y a la Policía Nacional apenas aumento RD$ 1,000 millones a lo RD$12,300 del año en curso.

El senado de la República aprobó una resolución que busca que el 2018 sea declarado “Año de Defensa y Protección a la Mujer”. Esta propuesta del senado quedaría contenida y resuelta la problemática de la vulnerabilidad de la mujer y de toda la población si se eficientiza la seguridad pública en general, es más estratégico abordar el problema de la violencia en todas sus manifestaciones de lo general a lo particular. Enfocarnos en Proteger y defender a la mujer, especialmente, como proponen, sería excluyente, todos necesitan ser salvaguardados, dónde colocar a los niños, los ancianos y los discapacitados, 2018 Año de la Seguridad Pública.

La corrupción y específicamente el estallido del caso Odebrecht y su impunidad en el país provocaron el nacimiento del más grande y trascendental evento colectivo de lucha social de la historia de la República Dominicana, Marcha Verde, 22 de enero del 2017.

Sin un sistema de justicia que establezca régimen de consecuencias para los violadores de la ley y muy especialmente con los altos funcionarios públicos y directivos poderosos del sector privado, no habrá espacio para el desarrollo sano e integral de la sociedad dominicana y seguiremos en el mismo derrotero que mantuvo el año 2017, preñado de corrupción e impunidad a razón de la justicia dañada.

Mi balance del año 2017 que finaliza, y desde mi perspectiva resalto lo más relevante en el ámbito institucional; de acuerdo a instituciones, foros y observatorios de fama mundial entre muchas otras organizaciones líderes en manejo de estudios evaluativos y de medición en los diferentes servicios públicos y de transparencia que nos muestran, como país, en los peores lugares. Instituciones como: OMS-PNUD, Foro Económico Mundial, Transparencia Internacional, Banco Mundial, RED Económica y Desarrollo, Observatorio Oxfam, CIDE-México, CDH-PNUD Unicef y Amnistía Int, además de las diferentes encuestadoras contratadas muestran a nuestro país entre las más vergonzosas posiciones: Corrupción vs índice de transparencia, competitividad nacional e internacional, democracia, seguridad jurídica, matemática, ciencias y calidad de la educación y docencia, índice de paz, seguridad interna y policía,  muertes en accidentes, violencia de género, taza de homicidios, confianza en policía, confianza en políticos, ética empresarial, desarrollo institucional, jóvenes NiNi (ni estudio ni trabajo), déficit democrático, matrimonio infantil, tasa de inversión en salud, embarazo de adolescentes, trabajo infantil, mortalidad materno infantil, mayor gasto en Congreso, transparencia legislativa, etc.

Al final del año 2017 República Dominicana sigue siendo una vergüenza internacional generando los peores resultados de medición de los servicios públicos y privados. Lo que a nuestro juicio promueve los grandes niveles de criminalidad y violencia en todas sus manifestaciones.

En el año 2017 comparado al anterior 2016,  se han incrementado la mayoría de indicadores, entre ellos, dos renglones que aumentan la percepción de inseguridad, la tasa de feminicidios y los asesinatos de policías y militares para despojarlos de sus armas, empeorados por los crímenes atroces y la violencia vial que cada vez más nos colocan en una sociedad incivilizada o cavernaria. Dichos eventos están provocando una crisis de miedo generalizada por la inseguridad y la violencia en todas sus manifestaciones. Situación que pone al desnudo la indiferencia e irresponsabilidad de las autoridades políticas frente a la principal demanda de la población “seguridad pública”.

Continúa ausente la reforma al sistema educativo basado en valores, desarrollo de las ciencias, la cultura y la creatividad entrelazados, personalizando la inducción de la enseñanza como lo requieren los nuevos tiempos.

Los finales e inicios de cada año son oportunidades de relanzar nuestras vidas y nuevos proyectos. Cuando defendemos nuestros derechos y libertades trabajamos por un futuro mejor. No permitas que los oportunistas saquen provecho de tu silencio. ¡Despertemos! “Nunca pares, nunca te conformes, hasta que lo bueno sea mejor y lo mejor excelente.”

La corrupción y la impunidad son nuestros principales males que impiden el desarrollo integral, sano y sostenible.

Por último debemos resaltar que la única luz al final del túnel llega con el nacimiento de la Marcha Verde. Ojalá se logre los corruptos vivan en la cárcel.

El Estado dominicano reivindica a Platón cuando decía: “No hay peor justicia, que la justicia simulada”.