Desde que el profesor Juan Bosch fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el 15 de diciembre de 1973, no se había presentado el curioso caso de tantos aspirantes (11en total) a la Presidencia de la República, incluyendo una mujer.
Gonzalo Castillo: es una figura fresca. Desde que fue ministro de Obras Públicas tiene buena imagen. Por esta razón, fue utilizado como vocero del proyecto de reelección del presidente Danilo Medina. El punto débil es que se ha creado la percepción de que todo el que lo sigue o trabaja con él lo hace por dinero. En base al “dame” no se construye ningún liderazgo duradero.
Temo Montás: tiene a su favor su protagonismo en la organización de los procesos electorales después de que Bosch sale del escenario político. Él, Danilo Medina, Leonel Fernández, Miguel Cocco eran las principales figuras de mando, organización y estrategia en el PLD. Tiene como debilidad el tropiezo de que cuando puso en marcha su candidatura fue procesado en los tribunales por el caso Odebrecht. Fue apresado aparatosamente y con mucha publicidad, lo que significó una derrota moral.
Andrés Navarro: es una figura sangre nueva, con mucho potencial, buena imagen que se construyó en base a funcionario eficiente del Ayuntamiento del Distrito Nacional, canciller de la República y ministro de Educación. Tiene la desventaja, al igual que algunos de sus compañeros, que en vez de emprender el vuelo con sus propias alas se queda en la sombrilla del presidente Danilo Medina, tratando de recibir la antorcha presidencial.
Francisco Domínguez Brito: tiene un nicho de simpatía en un sector de la sociedad civil y la iglesia católica, fundamentalmente, en Santiago de los Caballeros. Nunca ha gozado de simpatía en las bases peledeístas, y en la población, lo perciben como una figura opaca.
Carlos Amarante Baret: es el que tiene el mejor discurso, buen orador, muy capaz. Su crecimiento ha sido limitado, porque en vez de aprovechar su talento para explicar su propuesta de gobierno, se ha concentrado en los ataques a Leonel y en alabar a Danilo.
Reinaldo Pared Pérez: es la principal figura de liderazgo del PLD, después de Leonel y Danilo. Se proclama como un eterno ganador con el mérito que ha sido regidor, diputado (vocero), senador, presidente del Senado; y secretario general del PLD. Pese a su autoridad en el partido, nunca ha querido salir de la sombrilla de Danilo, a la espera de la antorcha presidencial.
Maritza Hernández: no tiene límites para crecer porque es la sangre nueva o la novedad de ser la primera mujer que desde que se fundó el PLD está compitiendo con los hombres para ser escogida como candidata presidencial. No tiene tasa de rechazo. Posee la fama de ser honesta: cuando fue ministra de Trabajo la Cámara de Cuentas le hizo un reconocimiento y le entregó una resolución por el manejo pulcro como ministra.
Radhamés Segura: tiene como fortaleza que cae bien en las bases del partido, ya que cuando dirigió la Cdeee se concentró en dar empleos a todos los peledeístas sin distinción. Su estructura es débil porque los dirigentes que lo acompañaban originalmente lo abandonaron, estuvo muy enfermo y luego procesado en los tribunales por el caso Odebrecht.
Manuel Crespo: es otro sangre nueva que tiene mucho tiempo que lanzó su candidatura, pero a él y su hermano, el diputado Tobías Crespo, se le ve como gente de Leonel.
Melanio Paredes: ha enarbolado el discurso institucional y de volver a los viejos principios de Bosch. Fue el último en anunciar su precandidatura y lo hizo en la reunión del Comité Central. Hay que esperar que comience a recorrer el país para ver su discurso y si tiene aceptación de la gente.
Leonel Fernández: no requiere de ningún tipo de análisis para saber que si todos los demás aspirantes lo atacan, forman bloque contra él, es porque es el más fuerte a lo interno y hacia fuera. Fue tres veces presidente de la República. De ser escogido candidato por el PLD, los ataques se concentraran en el tema de la corrupción, alimentado por los propios dirigentes del PLD durante los pleitos internos.