La patria no existe sin el amor de sus hijos”

Antonio Maura

 

Geopolíticamente hablando, entre los estados-naciones, para solucionar conflictos o encuentros de intereses, se hace necesario llevar a cabo un proceso de negociaciones de lo cual se encargan los aparatos diplomáticos representantes de los entes envueltos en el diferendo. Tal negociación puede ser de cooperación, comercial y económica, política o territorial. En la negociación diplomática es menester buscar posiciones ventajosas, pues quien se encuentra en tal condición obtendrá un resultado más ganancioso.

En el caso de las relaciones dominico-haitianas, tradicionalmente, la diplomacia haitiana ha operado siempre en posición ventajosa con miras a una futura negociación; basta con hurgar en la historia para que estemos contestes con esta afirmación. En cambio, la diplomacia dominicana ha actuado siempre de manera reactiva. Geopolítica y militarmente se nos enseñó que en el conflicto bélico (que no es el caso), usted toma terreno del enemigo, de tal forma que al llegar a las negociaciones lo peor que puede resultarnos, es que quedemos como estábamos al inicio, sin perder nada.

En la crisis migratoria que vivimos con el vecino del Oeste el accionar diplomático de la República Dominicana ha dejado mucho que desear, ha sido en extremo timorata, las autoridades no han tenido en cuenta al Pueblo, que pide a gritos que se actúe de manera decidida en poner freno a la inmigración ilegal masiva que nos acogota. Los haitianos se han dado cuenta del temor de actuar de los llamados a hacerlo, y han sido proactivos y audaces, haciendo ver a gran parte de la comunidad internacional y sectores poderosos, que lo que más conviene al conglomerado de naciones es buscar la solución al problema migratorio haitiano en este lado de la isla, de manera que la masa migrante haitiana no llegue a sus fronteras. Han logrado gran apoyo externo a sus planes de borrar la frontera jurídica, pues ya la física, es como si no existiera, han llevado a cabo su política de exportación de migrantes colocando en este país, a casi 2 millones de sus nacionales. Lo que antes era secreto, ya lo dicen públicamente: “No debe existir una frontera”, hablan de “Fronteras Abiertas”.

El Presidente Danilo Medina se reunió en Nueva York, con el multimillonario de origen húngaro George Soros, el 24 de septiembre de 2014, en ocasión de la participación de este último en la 69 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según reseña la prensa local, el tema a tratar fue sobre el Plan de Regularización de Extranjeros en la República Dominicana y su intención de apoyar el proceso de “documentación” de haitianos. El Presidente Medina ha cedido a facilitar en gran manera la obtención de documentos a los haitianos ilegales en el país, y ha hecho muy poco por controlar el libre paso fronterizo.

Soros, conocido y considerado por la mayor parte de la opinión pública en casi todo el mundo, como el responsable de la crisis migratoria que ha sacudido a Europa y muchas otras regiones y países, ayuda con sus inmensos recursos económicos y por medio de su fundación Sociedad Abierta (Open Society Foundation), a la consolidación y fortalecimiento de la sociedad civil a escala mundial, buscando propiciar cambios sustanciales en los países en los que se interesa.

El magnate, en la actualidad, financia una cantidad exorbitante de ONGs que trabajan en el sentido de “abrir fronteras” y a decir de sus contrarios, desestabilizar estados. Por ejemplo, a Soros se le considera propulsor de principalía de las llamadas “Revoluciones de Colores” que son movilizaciones políticas no violentas, en países donde se busca cambiar el orden vigente por el supuesto amañamiento de procesos eleccionarios y corrupción; algunas han tenido éxito, y otras, han fracasado. Se recuerdan algunos ejemplos: Revolución Naranja en Ucrania, Revolución Blanca en Bielorrusia, Revolución Verde en Irán, Revolución de las Rosas en Georgia; entre otras.

En nuestro país, las ONGs financiadas por Soros vienen trabajando desde hace ya unos buenos años tras la consecución de los planes de la mencionada fundación, de azuzar y financiar la sistemática campaña de descredito en lo referente a la política migratoria dominicana hacia los nacionales haitianos. La mayor parte de los Organismos Internacionales se suman a la descarnada maniobra de presión, y la respuesta de nuestras autoridades es tímida y sólo de concesiones. Hay mucho escepticismo sobre la diafanidad del Plan de Regularización de Extranjeros, pues de ello sólo saben los haitianos, las filas en las gobernaciones provinciales son interminables dotándoles de documentos, nadie sabe cómo han conseguido actas de nacimiento, si precisamente esto era hace sólo tres años, el principal obstáculo para darles un carnet de identidad.

En no pocos sectores del país la pregunta que está en el aire es ¿a que le teme tanto el Gobierno, que no actúa para contener la inmigración ilegal masiva, si somos un país soberano?

Ya nuestros compatriotas se manifiestan en las calles pidiendo acción y firmeza al Gobierno. llegará el momento en que todos los verdaderos dominicanos saldrán al frente, a defender la patria de Duarte sea cual fuere el escenario.