I.- La humanidad debe informarse para defenderse

1.-  Todo ser  humano acciona para defenderse cuando se siente atacado; conociendo la situación se pone en tensión para repeler la agresión. Si está  debidamente informado tiene el dominio del ambiente y ejecuta.

2.- Nadie se mueve procurando protegerse de lo que ignora. Aquel que carece de  información precisa da los pasos necesarios para familiarizarse con lo que es su deseo averiguar, porque tener notificación coloca al atacado listo para  darle respuesta a quien le agrede. 

3.-  Saber es tener  conocimiento de algo. Pero ocurre que en estos momentos la humanidad se está defendiendo, no solo de lo que no  conoce, sino de lo que nunca ha visto ni tiene la menor idea de lo que es. 

4.- Cualquier persona puede llegar a creer que la colectividad humana está ahora a  la defensiva de lo que solo existe en su imaginación.  Y que todo es una  especulación, dándole riendas sueltas a la imaginación para caer en lo quimérico. 

5.- Pero ocurre  que aunque nadie ha visto de lo que se está protegiendo, la realidad dice que sí, que existe, que tiene existencia verdadera. Decide con sentido práctico quien cree es su deber estar  preparado para defenderse.

6.- Un individuo cualquiera, teniendo conocimiento reflexivo de que puede ser objeto de un ataque en forma artera,  lo más  prudente es que se ponga en condiciones de defenderse de la forma que sea.  Resguardarse de un daño es legítimo; y estar al abrigo para no ser dañado  es normal de parte de quien actúa con prudencia. 

7.-  La persona juiciosa actúa con  previsión calculando lo que le puede ocurrir. De antemano piensa en lo que le puede generar un perjuicio; se prepara y toma las medidas que le garantizan seguridad personal y de bienes.  Precaverse es tener sentido realista de la vida y no dejarlo todo al descuido. El inadvertido cae en desliz que entraña de su parte desacierto, desatino e imperdonable disparate. 

II.- Ejecutar la defensa contra el Covid-19

8.- Cuantas veces se habla de un asunto se envía un mensaje que se supone dirigido a la generalidad  de las  personas o destinatarios. Nunca, en ningún caso, se establece para las excepciones, sino para  las mayorías. Se busca generalizar lo que es de interés público y no limitar lo que se quiere sea del conocimiento de la mayoría de la población.

9.- De lo dicho anteriormente  se saca la consecuencia que lo que en su conjunto es el pueblo dominicano, tiene información de  lo que se ha difundido con respecto al Covid-19, su peligrosidad y la forma posible de protegerse del mismo. 

10.-  Lo que manda la situación actual es por encima de todo defenderse, protegerse y de cualquier forma preservar la vida ante lo que en la actualidad nos la puede quitar, es decir del Covid-19. Está justificada la protección que podamos diligenciarnos  para mantenernos formando parte del mundo de los vivos.

11- Cada quien debe convertirse en garante de sí mismo. Ser un bienhechor es hoy comportarse consecuente velador de su propia causa. Una vez hay posibilidad de ataque, como ahora por la presencia del Covid-19, es justificado el auxilio. La embestida desatada por el virus asesino es motivo para protegerse bien.

12-  Porque la humanidad considera que algo extraño está presente en el planeta tierra, es su deber  estar al abrigo de la embestida. La incursión del Covid-19, con su accionar destructivo, impone no estar al alcance de su alevoso acometimiento. Ante la ocupación que ha hecho el Covid-19, de nuestro medio social, debemos obrar para liquidarlo. El objetivo del ser humano es hoy salvarse del peligro, amparándose; no sentirse abandonado y que pueda el Covid-19 hacer nocividad. 

III.- Arma contra el Covid-19

13.- Aquel que conserva su sano juicio y sabe que está expuesto a ser atacado por un asesino desconocido,  para proteger su vida está en obligación de procurarse los medios para su defensa, es decir, disponer de algo para enfrentar a su atacante.

14.- Pero resulta que en estos momentos, por los informes de que disponen los posibles agredidos, su presunto agresor no posee ningún instrumento para lesionar. De la misma forma que se ignora al agresor, no se sabe de qué arma dispone. 

15.- Es normal procurarse la protección  pertrechándose. Actualmente tiene justos motivos cualquier ser humano blindarse de la forma que sea para su defensa al momento de ser ofendido por el Covid-19. Tomar o empuñar las armas es lo que tiene que utilizar aquel que quiere estar listo para cuando haga acto de presencia ese asesino en serie que es el Covid-19. 

16.- La información precisa de que dispone la opinión pública mundial, es que el Covid-19, no mata con arma de fuego, objeto cortante o mediante ahorcamiento, sino por contaminación. Mediante la transmisión es que el virus mata, de ahí que la defensa reside en impedir que el Covid-19 transfiera su veneno.

17.- Advertido de la vía que utiliza el enemigo asesino oculto para matar, entonces lo que hay que hacer es llevarle la contraria, es decir, impedir la propagación del veneno, la infección, en pocas palabras, hacer imposible la contaminación que genera el Covid-19. 

18.- Hacer imposible la expansión del desconocido, silencioso y contaminante  virus, es una forma de accionar protegiéndose. La repercusión que pueda tener el Covid-19 conspira contra la vida de los seres humanos. Su expansión es dañina en grado sumo.

19.- Es un luchador contra el Covid-19 aquel que   disciplinariamente se dispone enfrentarlo impidiendo ser agredido, obrando para no dejarse matar, haciendo imposible la  proliferación de lo que trae la contaminación. Es  combatir el Covid-19 cuando  este no tiene vía para expandirse porque se hace inofensivo y tiende a desaparecer.

20.- La persona diligente ataca al Covid-19  cuando busca la forma de no dejarse contagiar.  Y si  una forma de lograrlo es no dejarlo extenderse de una persona a otra, entonces lo que hay que hacer es mantener la distancia. No dejar   avanzar ni crecer el virus conservando la prudente separación.

21.- Si el arma mortífera de que dispone  el Covid-19 es impurificar el cuerpo de los seres humanos, es una necesidad para preservar la vida impedir por cualquier medio infectarse mediante el contacto o roce.

22.- En la medida que nos defendemos impidiendo polucionarnos, debilitamos el Covid-19, porque este no mantiene su accionar de muerte cuando impedimos que llegue a crecer proliferándose la infusión que porta la muerte, y la evitamos si nos mantenemos inoculados.

23- Una vez el Covid-19 no puede propagarse desaparece porque, si su misión de muerte la ejecuta mediante el contagio, y para llevarla a cabo tiene que desarrollarse, entonces  concluye su movida de muerte. Aguantar hace inútil que el virus siga contaminando.

24- Se entorpece la presencia del Covid-19 y la causa de muerte, cuando se enfrenta haciéndole imposible su acción de contagio, lo que se alcanza  bloqueando su propagación por el contacto. El alejamiento evita la transmisión del virus de un cuerpo a otro.

IV.-  Neutralizar la acción el Covid-19 

25- El sentido común guía a cualquier persona a malograr la penetración del Covid-19. Es necesario  atajar aquello que busca nuestra anatomía para infectarla y llevarnos a la muerte. Hay que desbaratar los planes criminales que hoy la pandemia tiene contra la humanidad. 

26- Al Covid-19 debemos ponerle una absoluta incapacidad de contaminación, lo que hacemos realidad manteniéndonos fuera de su alcance. Al frenar su ejecución dañina, estamos enfrentando en forma activa lo que nos puede hacer fallecer. Se justifica cualquier traba para que no pase el virus que hoy quiere destruir a la especie humana.

27- Porque  el Covid-19 anda buscando a mujeres y hombres en todos los países del mundo para eliminarlos, es ejecutar un mandato creando  inconvenientes para frustrar sus planes mortíferos poniéndose allí donde no  nos pueda tocar. Se ha de imponer por encima de todo  no darle paso a lo que hoy es la rémora mundial. 

28.- El  Covid-19 está ahí aunque no se deja ver. Sus operaciones de muerte las materializa a escondidas, oculto; se mueve encubierto  para contaminar en forma subrepticia. Lo que daña no se presenta visible, sino velado para no estar latente cuando envenena haciéndose nocivo. 

29.- Debemos estar convencidos  de que en la actualidad estamos pasando por un período difícil. Este es un episodio no fácil de enfrentar porque el Covid-19, tiene como misión dejar por su paso fallecimientos; el apagamiento de vidas útiles. Apagar la luz que ilumina la existencia de personas buenas, de sentimientos nobles. 

30.- El ser humano está hoy a lo que decida el Covid-19, que vino a desaparecer mediante la defunción por contaminación súbita venenosa. Cuando el virus comprueba el padecimiento de una persona sensible, considera que ha cumplido con su transmisión contaminante.