En esta ocasión en “Verba volant, scripta manent  les comparto la presentación que hicimos de la obra: Dos Amigos y Almas Gemelas” de la autoría del profesor y escritor higüeyano Celio Guerrero, en el auditorio de la Universidad Católica Santo Domingo en septiembre de 2016. La actividad académica contó con el apoyo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la referida casa de altos estudios y del  Grupo Santo Tomás Moro. La traigo a colación porque la lectura del libro nos hace reflexionar sobre la importancia de aprender a leer la vida, pues, a veces, aun leyendo, morimos como analfabetas del vivir. A continuación el texto íntegro:

Con este aporte a la literatura se plasma con un estilo fluido el manejo agradable y formal de la ironía. “Dos Amigos y Almas Gemelas” es una sátira a la limitación de la creatividad, de la individualidad. Nos diserta cómo las reglas y tradiciones, desde que nacemos, pretenden hacer a todos iguales, pretenden hacer a todos comunes. La obra, dividida en  35 capítulos, hace uso de diversos recursos literarios, desde apologías hasta metáforas. Además, ubica el comportamiento  y la limitación impuesta a los humanos en una concepción antropológica y sociológica, desde el sistema mismo de la educación, hasta el de la religión.

La portada y el nombre tienen convergencia directa con el contenido del libro. Por un lado, el título: “Dos amigos y almas gemelas” se debe a dos personajes enigmáticos alrededor de los cuales gira la trama, el prominente empresario Sanzur y el banquero Natanau, con anhelos de construir una “sociedad libre” a través de la lectura. La simultaneidad, junto a la coincidencia, era una constante en sus vidas.

Es insoslayable la connotación que le da el autor a la muerte, entendiendo a ésta como aquella que tiene la natural esencia de ponerle término a la existencia, es pues, como diría Neruda, la muerte…una vida vivida. Empero, a través de los personajes, surge la pregunta: ¿Sabes que, por lo regular, ocurre que la mayoría de personas viven, y terminan sus días sin saber cuál es la misión de sus vidas? Coincido con que “debemos aprender a leer la vida”.

Evidentemente en la época en que estamos sumergidos los avances tecnológicos han ido en desmedro de la lectura, me parece importante resaltar que, según se expone, hay una creencia errónea de que no es necesario leer un libro completo si en la red se encuentra resumido o fraccionado.

Sin duda alguna, se trata de que el usuario “crea” sin formarse un criterio propio, sin profundizar, siendo así personas robotizadas que sólo repiten información. Hay que leer, pero leer para pensar y considerar, para organizar la mente y el alma, para viajar en las letras, para vivir varias veces en personajes diferentes, para ser humildes y darnos cuenta que nos falta mucho por aprender en comparación con lo que ya conocemos, en resumidas cuentas; podemos ser libres a través de la lectura.

En uno de los apartados el autor analiza, desde el contexto propio de la dominicanidad, el factor de la emigración, cuando nuestros jóvenes deben abandonar el pueblo que los vio nacer y crecer, deben dejar sus raíces y “trasladarse a la capital” para ingresar a la universidad, para buscar mejores oportunidades; este período, lejos de ser una mera etapa o algo provisional, se convierte en un traslado definitivo en virtud del arraigo.

El activo intangible más importante de las organizaciones es el capital intelectual.  Bajo este contexto, parafraseando a Erik Reinert, la emigración supone una amenaza para el tejido social si la misma se produce cuando la gente con formación universitaria de los países pobres se trasladan a los países ricos en búsqueda de un mejor nivel de vida; por consiguiente, “los más competentes, los mejores formados” son los que emigran, lo que sin duda se  traduce en un “estancamiento socioeconómico”.

En las últimas líneas Guerrero le da evidente preeminencia a la búsqueda de la verdad, viéndola como la realidad de las cosas. El autor enfrenta, vehementemente, la ignorancia. Cabe recordar que para Sócrates la ignorancia era el mal, por lo que la misión de la lectura es hacer que los hombres y mujeres puedan conocer. Y conocer es el objetivo convergente de “Dos Amigos y Almas Gemelas”.

En ese orden, la doctrina pedagógica más recurrida plantea que uno de los pasos principales para aprender es “aprender a desaprender”. Debemos estar abiertos a las posibilidades, dejar las limitaciones que normalmente posemos. En entornos educativos la palabra desaprender podría sonar contradictoria, pero la idea fundamental de desaprender es independizarse de conceptos o ideas que se inculcan en la vida y en el entorno de la enseñanza y el aprendizaje, dejando así todas las creencias establecidas y los conocimientos desfasados, para promover diferencias y cambios. El desaprender también significa aprender y reaprender.

En colofón, la literatura dinamiza el desarrollo cultural, social e individual; es uno de los instrumentos más eficaces para la formación de la personalidad y el conocimiento profundo del mundo que nos rodea y de nosotros mismos. Por lo que se le ofrece a los lectores un estímulo a la creación, a la imaginación, a la sensibilización social,  a la participación y a la libertad.

Y es que podemos apreciar que “Dos Amigos y Almas Gemelas” de la autoría de Celio Guerrero, logra sumergirnos en otro mundo, nos invita a cuestionar el propio conocimiento, en fin, nos enseña a ser libres a través de la lectura.