Que el Proyecto de Ley de Mercado de Valores esté ahora en su Quinta Versión, es una prueba del compromiso con el consenso de las autoridades de la Superintendencia de Valores. De hecho, el principal asesor para elaborar el PLMV afirma que nadie puede reclamar la autoría, luego de agotarse un año de consultas con el sector público y privado. Los truenos y relámpagos de los participantes privados, oídos y vistos, por verse y escucharse, vienen del cambio propuesto en la forma de negociar valores de oferta pública. Aquí un aporte descriptivo.
En este enlace en Acento pueden ver el índice del PLMV. El reporte es de una base legal que tengo en Access, donde codifiqué el texto descargado del portal de la SIV y que construyo como parte de mi pasatiempo estudiando leyes. Cada entrada del índice tiene los artículos que abarca y un chequeo para detectar que no se me escapó uno en la conversión del texto a tablas relacionadas del programa. En este Titulo XV sobre los mecanismos centralizados de negociación y sistema de registro operaciones en valores, está la nube provocadora de las recientes descargas eléctricas.
De su lectura se desprende que la SIV aspira a que los términos de toda compra y venta de valores de oferta pública debe ser información disponible al público de manera instantánea o en un plazo similar, o ligeramente mayor, al récord olímpico para los 100 metros planos. Quiere que si usted decide adquirir ahora un bono del gobierno o de empresa privada, pueda ver en una pantalla un menú de los que están disponibles, con las últimas transacciones efectivamente realizadas, donde se indican los precios o rendimientos que orienten su decisión. Si en los números ve una oportunidad de mejorar sus ingresos por activos financieros, entonces elige un puesto de bolsa (PB) para que le abra una cuenta, lo oriente en sus decisiones y proceda de esta manera con su interés de comprar valores.
En caso que el PB no tenga el título que a usted le interesa, un bono del gobierno a 10 años, pone su orden a conocimiento de los demás participantes que estén dispuestos a vender. Ese interés de compra se hace a un precio cercano a los de transacciones más recientes. La competencia de posturas asegura que va a recibir el precio de mercado, la apreciación más favorable de los que quieren con usted hacer negocios. Si el PB tiene en su portafolio el bono que anda buscando, de igual manera tiene que presentar a la competencia los términos con que quiere cerrar la transacción. Cualquier otro PB tiene la oportunidad de ofrecerle un mejor precio. Es decir, la SIV quiere que si se encuentra con un vecino o pariente que compró el mismo bono, el mismo día y, más o menos, al mismo tiempo, no existan diferencias sustanciales entre los términos a que ambos hicieron una inversión de monto similar.
“¡Ah, pero esta es la quimera de cada Secretario o Ministro de Agricultura. Controlar margen o eliminar los intermediarios, mercados de productores para comprar plátanos baratos, del conuco directo a su estufa o fogón!” Nada de utopías. Desde hace tiempo ya existe un local o centro para que la compra y venta de títulos de oferta pública se haga de la manera descrita: la Bolsa de Valores. El problema es que la SIV dice que no la usan de la manera propuesta en el PLMV. La mayor parte de las transacciones se hacen directamente entre el PB y el cliente, de forma bilateral, cerradas a precios que reflejan sustanciales variaciones para el mismo bono que compraron usted y su vecino.
Los asesores y funcionarios de la SIV para elaborar el PLMV llevaron este tema a las mesas de trabajo con el sector público y privado y presentaron evidencias de seguimiento a transacciones reflejando esa realidad. Por eso sostienen la necesidad de utilizar la Bolsa de Valores, con las nuevas reglas de negociación, para reducir los márgenes de intermediación. Arbitrajes tan altos como los que se observan en este mercado aseguran que están afectando al inversionista pequeño, a los institucionales, como las Administradoras de Fondos de Pensiones, y a los emisores, principalmente a los más importantes que son el Gobierno Dominicano y el Banco Central. Con las señales de precios que se formaran en competencia, se podrá emitir deuda pública a menor costo que el actual. Hacienda y Banco Central, que tienen más del 90% de los títulos en circulación, pagarán menores tasas de interés, lo que representará un alivio para las finanzas públicas y el costo de ejecutar la política monetaria.
Las AFP, que administran los ahorros para las pensiones que se generan del descuento al salario del trabajador y el aporte que debe hacer el empresario, también podrán mejorar la rentabilidad que hace crecer los fondos para el retiro. El inversionista pequeño que cotiza en esas instituciones y también invierte en valores, se beneficia así por partida doble. Las AFP y otros inversionistas institucionales o profesionales tendrán también la oportunidad de negociar directamente en un sistema electrónico de negociación directa (SEND), es decir, sin necesidad de utilizar un intermediario de valores. La posibilidad de negociar directamente, de manera bilateral, está incluida como modalidad sólo para los institucionales, con requisitos que tienen la esencia de la transparencia en la divulgación de los términos de las transacciones.
Este esquema propuesto por la SIV es rechazado por los PB. En reuniones de mesas de trabajo, en exposiciones que se pueden leer en el portal de la SIV y, más recientemente, en noticias o artículos de opinión, han dicho que esto “les cambia su modelo de negocio”. Ese es uno donde las transacciones se hacen fuera de los mecanismos centralizados de negociación, la modalidad OTC, y donde no existen los problemas que ven los reguladores, para los inversionistas pequeños o institucionales y los emisores. Si algo no anda tan bien como en mercados más desarrollados, es cuestión de pequeños ajustes. Para los PB, chequeo de rutina, cambio de bujías o lipoescultura ambulatoria; la SIV, cambio profundo, reconstrucción del motor y cirugía bariátrica.
El PLMV sostiene que sus propuestas están en línea con los objetivos y principios para regulación de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO). Está escrito así en el proyecto, por lo que se presume no ha violado eso de “No tomarás el nombre de los reguladores internacionales en vano”. El Banco Mundial también colabora en el proyecto. Con éste y otros artículos pretendo contribuir al debate que ahora es público, oral, escrito y contradictorio, como dicen los togados.