Wikipedia define el debate “como un acto de comunicación y exposición de ideas diferentes sobre un mismo tema entre dos o más personas, el que será más completo a medida que los argumentos expuestos vayan aumentando en cantidad y en solidez de sus motivos”. En realidad, el Sistema Democrático, es y debe ser un constante debate, pues lo que afecta a la población que se gobierna o se pretende gobernar, debe explicarse y debatirse. Claro, con el debate se arriba generalmente al consenso y el consenso contribuye a la gobernabilidad y la paz social.
Basados en lo anterior, en el país, crece el interés por el debate formal, incentivado por la sociedad civil. El presidente-candidato Danilo Medina, ha rechazado el debate -antes lo demandaba- y han bajado la “línea” para que sus candidatos a todos los niveles -presidencial, congresual y municipal-, no concurran a los mismos. No concurrir a los debates, es negar a la población la oportunidad de conocer y enriquecer los temas de interés general y que serán gerenciados por los candidatos -potencialmente ganadores-, a cualquier nivel a que se postulen. No concurrir al debate, puede interpretarse de diferentes formas -carencia de argumentos frente a una audiencia no manipulable, deficiencia para verbalizar, arrogancia del poder, subestimación de los participantes y de la población, etc.- El debate, es una exitosa y necesaria herramienta del Sistema Democrático, utilizado y exigido por los gobernados, es la forma de saber y conocer la visión del aspirante. Saque Ud. sus propias conclusiones!
En la actualidad, ha salido a la luz pública el caso de los “Los Papeles de Panamá”, donde 11.5 millones de transacciones bancarias, revelan la forma de esconder sumas millonarias de dinero y otros valores -en un paraíso fiscal-, provenientes de actividades lícitas e ilícitas, posiblemente evadiendo pagar impuestos en los países de procedencia, por parte de personas reconocidas a nivel mundial, incluyendo jefes de estados. Se estima, que en el caso de los políticos, son recursos sustraídos a millones de pobres para hacer ricos a pocos, en detrimento de la salud, educación, vivienda y otros servicios.
Similarmente, ocurre con los famosos wikileaks (Bradley Manning, 2010), donde se desnuda como Los Estados Unidos, recopilan todas las conversaciones y comunicaciones, en el del Departamento de Estado; el caso de Edward Snowden (2013), dando a conocer como el gobierno de Estados Unidos espía a sus colegas de todo el mundo; ahora surge el caso de “Los Papeles de Panamá”, que evidencian las transacciones financieras de importantísimas figuras del mundo político, deportivo, artístico, etc.
Estos casos – Wikileaks, Snowden y “Los Papeles de Panamá”, tienen en común que han dado a la luz pública, lo que se supone, deberían ser “secretos de estado y bancario”, donde grandes intereses de seguridad nacional y económicos a nivel mundial, han estado y están en juego. Tales intereses, probablemente, justifican la preocupación de los afectados e involucrados.
Sin embargo, la innecesaria censura al video o videos “La verdad que Danilo Medina y el PLD quieren ocultar”, es un acto desesperado del proyecto reeleccionista, de una realidad corrupta, inescrupulosa, carente de ética sobre casos, eventos, declaraciones, confesiones y otras máculas, que no estaban escondidas ni eran secretas -comerse un tiburón putrefacto, carecer de escrúpulos, que el PLD pague un costo muy alto, caso Joao Santana, sacar Leonel Fernández de competencia por el caso Quirino, etc.- ya son situaciones de dominio público; prohibirlo no solo refleja insensatez sino desesperación. Tanta insensatez y atropello a la libre opinión, perjudica la imagen del gobierno al tiempo que no se logró el objetivo principal de impedir la difusión del citado video, sino todo lo contrario.