¿Cuánto tiempo toma «tomar conciencia»? Preguntarme algo inconmensurable como el proceso de «tomar conciencia» es un diletantismo de un escribidor que trata de deslumbrar a sus lectores. Es verdad que puede tener algo de vanidad; pero, la pregunta me resulta por la paradoja, más real que aparente, creada por la data generada por la pandemia del Covid-19. Algo así como la reacción de Picasso ante el inicio de la Primera Guerra Fría, cuando pintó «Masacre de Corea» en 1951 (que se encuentra en el Museo Picasso de París), que trato de representar con palabras.
Permítanme usar una imagen militar, como lo hizo Pablo Picasso con la hecatombe coreana en su cuadro. Imaginemos las estrategias aplicadas a la Guerra contra el Covid-19. Parece que los países tienen un problema de concebir la estrategia con “el frente y la retaguardia” en la vieja usanza representada en la Primera Guerra Mundial. Esta fue la última desde que se desarrolló dicha estrategia por Alejandro Magno. En la Segunda Guerra Mundial fue la llamada “guerra total”, donde no hay una línea divisoria.
Esto ha llevado a creer que somos capaces de “aislar” por países el avance del Covid-19. Por eso, se produjeron burlas del infierno que sería China con su aislamiento y su “virus chino” -según Trump- ya que todos y cada uno pensaba que faltaba mucho para que llegara a saltar los “charcos” de los océanos Atlántico y Pacífico. Creíamos cosa del pasado la Peste Negra medieval, que tardó siglos en propagarse y que se llevó un 25% de la población europea, o como “la gripe española” que coincidió con la Primera Guerra Mundial y cobró 25 millones de humanos. Pero, las pandemias del siglo XX no han dado tregua. Veamos un listado de las epidemias que enfrentamos en el 2020 tomada de la Organización Mundial de la Salud.
Actualmente existen diversas enfermedades que se han convertido en epidemias:
- Cólera. Ya se hacía referencia a esta enfermedad en un texto de Hipócrates de hace más de 2,000 años y el cólera sigue afectando a las personas en la actualidad. Según datos de la OMS, el cólera mata anualmente a alrededor cien mil personas. El uso de vacunas, la mejora de la red de saneamiento, del acceso al agua potable y de los hábitos de higiene pueden contribuir a reducir la incidencia de esta enfermedad. Los principales países afectados son Bangladesh, Camerún, Haití, Malawi, Mozambique, Nigeria, Sierra Leona, Somalia y Sudan del Sur.
- Meningitis. La meningitis C acaba con la vida del 10% de los afectados, y los que sobreviven a esta enfermedad pueden tener graves secuelas neurológicas. Existe una vacuna efectiva contra la meningitis, pero cada año se necesitan más dosis para evitar una epidemia. De entre los países más afectados, destacan Níger y Nigeria.
- Fiebre amarilla. Hace 100 años, la fiebre amarilla terminó con la vida de muchas personas y, aunque con las vacunas se redujo su incidencia, en el año 2000 surgió un nuevo brote de esta enfermedad. De entre los países en los que es necesario la vacunación frente a la fiebre amarilla, podemos destacar Tanzania, República de Guinea o la India.
- Ébola. El virus del Ébola es una enfermedad grave y, en muchos casos, mortal. La tasa de letalidad actual de la enfermedad es del 50%, aunque en brotes anteriores llegó hasta el 90%. El último gran brote del virus del Ébola se produjo entre los años 2014 y 2016 en el oeste de África y afectó tanto a personas que vivían en las ciudades como a las que residían en zonas rurales. En julio de 2018, se detectaron e investigaron presuntos casos de Ébola en la República Democrática del Congo, algunos de los cuales dieron resultados positivos. La actuación rápida y la coordinación entre organismos es fundamental para detener el brote
- Difteria. Con el uso de la vacuna antidiftérica se logró reducir y casi erradicar esta enfermedad. Sin embargo, actualmente, debido a las deficiencias en los sistemas de salud de determinados países, la enfermedad está comenzando a afectar de nuevo a algunas personas. Indonesia o Yemen son dos de los países más afectados.
- Malaria. Esta enfermedad se transmite a las personas a través de la picadura de un mosquito hembra infectado del género Anopheles. De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud, en el año 2016 hubo 126 millones de casos de paludismo en 91 países, lo que representa un aumento de 5 millones con respecto al año 2015. La mayor parte de los casos mortales se produjeron en el África subsahariana, en la República Centroafricana y en Sudán del Sur.
- Sarampión. Aunque existe una vacuna contra esta enfermedad, sigue siendo una de las principales causas de muerte entre los niños. En el año 2016, hubo 89,780 por sarampión en todo el mundo. Se transmite por el contacto directo y por el aire. Las vacunas contra el sarampión evitaron 20,4 millones de muertes. Afecta sobre todo a algunas regiones de Asia y de África.
- Dengue. Es una enfermedad infecciosa que se transmite mediante las picaduras de mosquito y que puede llegar a ser mortal. Según los datos de la OMS, se producen 290 millones de infecciones por dengue cada año. En el año 2016, surgieron grandes brotes de dengue en varios países. Solo en Brasil, se produjeron 1,5 millones de casos.
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Volvamos a nuestra cuestión «estratégica». Como pueden darse cuenta en nuestra lista de epidemias vigentes, nos descuidamos porque las afectadas son las masas depauperadas, es decir, los más pobres de los pobres. El Covid-19 es ciego a los status socio-económicos, por lo que las victimas van desde el más encumbrado político hasta el más humilde ciudadano de barrio. Por lo tanto, el pánico se encuentra entre los miembros del “jet set” -ya que no pueden buscar refugio en la alta tecnología médica de los “países” de escape que acostumbran visitar como “patio trasero” hogareño.
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Volvemos a nuestra pregunta dejada en el aire: ¿Cuánto tiempo toma «tomar conciencia»? La conciencia se forma por la «experiencia» tanto personal como colectiva. Por lo tanto, en la coyuntura actual, el rol de las redes sociales y los medios de comunicación social se ha convertido en “cloacas de inmundicias” por la práctica de difundir “noticias falsas” y “rumores infundados”, con las que se conforma la conciencia: la propia y la ajena. La respuesta es: la vida entera.
Por ello, se habla de conciencia «ingenua» (la que se forma sin criterio, solo con “lo que se dice”) y la «crítica» (la que se forma con la información más sólida, científica y racional, tamizada por un criterio personal riguroso). Ergo, no es con una varita mágica que se forma la conciencia; menos aún, con campañas publicitarias.
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Pero, ¿Qué quiere decir este escribidor con el término neo-Guerra Fría? Recurro a Wikipedia: “La nueva o neo Guerra Fría (en inglés Neo Cold War, también referida como Cold War II, Cold War Redux, Cold War 2.0 y Colder War) es una nueva era política y militar posterior a la Guerra Fría, en el siglo XXI. Hay tensión entre bloques de poder geopolíticos opuestos, con un bloque típicamente señalado con Rusia como líder, y el otro bloque liderado por Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN. Es similar a la Guerra Fría original, que vio un enfrentamiento y guerras de poder entre el bloque Occidental liderado por los Estados Unidos y el bloque del Este dirigido por la Unión Soviética (que fue el predecesor de Rusia). También puede referirse a las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China en el terreno económico, militar y tecnológico.”
“Según Joseph Stroupe, por un lado se encuentra Occidente, principalmente Estados Unidos y el Reino Unido, quienes buscan unilateralmente obtener supremacía sobre la energía nuclear y los recursos energéticos de Oriente Medio. Por otro lado está el Oriente liderado principalmente por Rusia y China. Se trata de una lucha de estrategia por el control de los recursos energéticos del planeta que libran las grandes potencias mundiales. Rusia es el mayor proveedor de gas natural y, después de Venezuela posee las mayores reservas registradas de petróleo, y busca usar el monopolio interno de estos para restaurar su influencia sobre los asuntos mundiales. China, debido a su explosivo crecimiento económico, busca una estabilidad y garantía de surtimiento de petróleo y gas que la hagan menos vulnerable a la inestabilidad de los mercados del petróleo.”
Pero, ahora, con el Covid-19 nos encontramos un nuevo punto de desencuentro: ¿Quién es el malo de la hipotética película que estamos protagonizando La Pandemia del siglo XXI? Mientras Trump habla de “virus chino”, el gobierno de Xi sugiere que el ejército estadounidense podría haber llevado la enfermedad a Wuhan, la ciudad epicentro del Covid-19. Es el argumento presentado en el artículo de El País, “EE.UU. vs China: dos relatos sobre el coronavirus” por Gustavo Veiga, disponible en el enlace siguiente: https://www.pagina12.com.ar/255028-ee-uu-vs-china-dos-relatos-sobre-el-coronavirus
Para poner más sal en la herida, el jefe de la diplomacia trumpiana, Mike Pompeo, el 25 de marzo comunicó al Grupo de los 7 países occidentales más desarrollados, la advertencia, acusando a China de retener información sobre el origen de la pandemia. Para ampliar, ver el reportaje de Yolanda Monge en El País, “EE UU advierte al G7 de la falta de información de China sobre el virus”, disponible en el enlace siguiente: https://elpais.com/internacional/2020-03-25/ee-uu-advierte-al-g7-de-la-falta-de-informacion-de-china-sobre-el-virus.html
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¿De dónde viene el “regreso al futuro” en el título de este artículo? Claro que me refiero a la trilogía de los años 80 de Robert Zemeckis, pero mejor recordada por su protagonista Michael Fox (“Marty McFly”, quien posteriormente fue víctima prematuro de Parkinson) y su “pana”, el científico loco interpretado por Christopher Lloyd (“Doc” Emmet Brown). Pero, en esta ocasión, fuimos al pasado a reconocer el escenario olvidado de la Primera Guerra Fría, y las reglas de la Segunda que son distintas, porque son las de la “guerra espacial” declarada por Trump al crear la quinta rama militar, el Comando Espacial norteamericano (seguido por Francia, al renombrar su Ministerio como de Defensa y el Espacio), pero no para defendernos de “alienígenas” sino para defendernos desde el espacio de los “nuevos” enemigos en tierra mediante las redes sociales generadas en el anillo de Van Allen que rodea a la Tierra y los drones teledirigidos y otros artilugios: la guerra cibernética.
Por lo tanto, regresamos al futuro, ya que el presente es solo el aquí y el ahora como puerta a las “novedades” que nos trae el futuro: una mega pesadilla del pasado multiplicado por una potencia infinita, imposible de determinar en estos momentos. Una forma de verlo es, como dijo el Dr. William Jana en tertulia con el Dr. Julio Hazim, “volvemos a los métodos medievales de las cuarentenas para contener a las enfermedades”. ¿Quién dijo que el ciclo de la historia no es circular?