El pasado 9 de diciembre José Luís Taveras publicó un interesantísimo artículo en el Diario Libre con el título ¨La publicidad estatal" señalando que el gobierno le nombró coordinador de una comisión técnica para elaborar un anteproyecto de publicidad estatal y cuyo borrador ya permanece en el despacho presidencial. En ese anteproyecto el abogado santiaguero propone con muy buena mano y con mejor tino cosas tan sensatas como ¨que la publicidad estatal se utilice con fines exclusivamente informativos de carácter utilitario y de interés público¨.

Además ¨que se prohíba incluir la voz la imagen o referencia personal que individualice o distinga funcionarios públicos en la publicidad¨. También ¨se prohíbe la utilización de la publicidad como subsidio encubierto para beneficiar, directa o indirectamente a comunicadores, medios de comunicación social o cualquier agente que forme parte de la cadena de su asignación o colocación¨.

Y así continua con una serie de medidas encaminadas al necesario saneamiento de la publicidad estatal. Medidas sabias y muy lógicas tales como evitar su distribución al antojo del gobierno, presionar, censurar, coartar o privilegiar a los medios y comunicadores, la utilización de criterios como rating, ranking, y ratios de alcance y también se establece la total transparencia a las agencias contratadas informando cómo se han utilizado los dineros asignados para las campañas.

En resumen, una pieza excelente y totalmente necesaria que no solo los publicistas debemos conocer sino también todo ciudadano preocupado en saber quién, cuánto, cómo, dónde, y para qué se destinan tantos miles de millones del erario público a una publicidad estatal que en su mayoría solo beneficia a un grupo partidario y también se desperdician enormes cantidades de dinero que bien podrían aprovecharse invirtiéndolos en otros capítulos de bien social más importantes .

Ojala que José Luís Taveras tenga suerte y le aprueben la pieza elaborada. Y digo suerte porque la Antigua LIDAP, Liga Dominicana de Agencias Publicitarias, ahora transformada en ADECC, Asociación Dominicana de Empresas de Comunicación Comercial ha venido durante muchos, muchos años tratando que se apruebe un Ley General de la Publicidad en la que se incluye la regulación de los anuncios del gobierno, una actividad tan importante y necesaria como es la publicidad para el estímulo de la producción nacional a través de la creación de la demanda de bienes y servicios, y la orientación comercial del consumidor dominicano.

Una industria que emplea directa o indirectamente millares de personas, que maneja presupuestos más que considerables de muchos miles de millones, que mueve agencias, compañías de investigación de mercado, talleres, productoras, centros de estudios y universidades, imprentas, medios y docenas de empresas más y está sin ley que la regule. Por suerte y por el nivel de sus integrantes está sin ley, pero no como chivos sin ley.

Se han hecho varias propuestas serias con mayor o menor acierto en sus enunciados, pero todas duermen en el limbo de una carpeta, cajón, estante, archivo o computadora de alguna dependencia oficial, o quién sabe si hasta en un vertedero de por ahí pues no olvidemos el macondismo garcíamarqueziano que padecemos.

Ni una respuesta, ni una consulta, ni una excusa tipo ¨la enviaremos a una comisión para que a su vez la mande a otra subcomisión que también la lleve a un comité primero y a un subcomité después para conocerla, tranquilos que en seiscientos años tendrán una respuesta evasiva¨ ni siquiera eso.

¿Pero saben cuál es mi opinión particular, muy particular? Es bien sencilla, a los gobiernos, sea el que sea, no les ha convenido tener una camisa de  fuerza en forma de ley que les limite el arma tan poderosa de la comunicación propagandística, ahora llamada publicidad estatal.

Como bien señala José Luis Taveras, sirve para controlar la opinión o para inducir la autocensura. Por mi parte añado que así mismo sirve entre otras muchas cosas para establecer un moderno sistema de ¨bocinazgo¨ político o civil y paralelo al oficial a través de personas o medios que de manera coordinada va emitiendo mensajes de loas y parabienes a instituciones, al presidente o a funcionarios determinados para tratar de crear ¨opinión independiente¨ favorable al gobierno.

Dice de nuevo José Luis Taveras en su escrito sin desperdicio alguno que la radio está saturada de publicidad asfixiante del Ministerio de Obras Públicas con un anuncio que reproduce una parte de un discurso en el que el presidente Abinader con su propia voz alaba al titular de ese ministerio.

Un caso inédito -añado yo- de lambonismo político con beneficio de doble dirección aprovechando una ocasión discursiva única ¿No les da vergüenza? ¿No se sonrojan? ¿No les da una ridiculitis aguda que les produce sarpullido hasta en el duodeno?

¿Qué decir del Senado que tiene un anuncio radial en el cual afirma que es un ¨nuevo Senado¨ ¿Nuevo con los vergonzosos barrilitos y los numerosos privilegios de siempre de sus integrantes?  Por favor, eso no es solo insultar la inteligencia sino además orinarse encima de ella.

Pero ya se están oyendo anuncios de muchas otras dependencias para que el ciudadano entienda que se está haciendo un gran cambio a lo largo y ancho del imperio estatal y bastantes de ellos que ni les van ni les viene a los oyentes. Y con eso de estar en navidad algunos son tan melosos que resultan hasta empalagosos, valga la rima de los osos.

Creíamos que este gobierno teniendo como ejemplo de mal uso, o mejor dicho del pésimo uso de la publicidad estatal hecha por el recién pasado de Danilo Medina en todo su mandato y muy en especial en el último año que nos acogotó literalmente con sus anuncios, sería más cauto y parco con su publicidad, pero parece que van por el mismo camino.

Ahora han creado la Oficina Gubernamental de Tecnologías de la Información y Comunicación, la OGTIC,  un bonito y sonoro nombre para una moderna y completa plataforma de comunicación muy bien montada, que según datos obtenidos tiene más de trecientas personas empleadas -todo un mini ministerio-  y que ofrece informaciones virtuales para conocimiento de muchas instrucciones, trámites, diligencias, consejos útiles y otros mensajes para orientación de los ciudadanos, lo cual está muy bien y hacía mucha falta.

Pero tememos que a su vez sea también y con toda seguridad una fábrica de campañas, ya lo estamos entreviendo y pronto será hasta sufriendo, pues las fábricas están hechas para funcionar a gran escala y sin parase. Saquemos el paraguas del escepticismo  y paciencia pues la lluvia de anuncios que nos va a caer va a ser de vaguada o tormenta.

Que el gobierno tenga  bien presente el ejemplo del espejismo al estilo de los que aparecen en los desiertos como que intentó crear el anterior. Aquella gran aceptación del régimen a niveles locales e internacionales, sus encuestas con posiciones del prestigio del presidente nunca antes obtenidas, todo en ese edén iba de maravilla.

Las infraestructuras de aquel gran ministro redentor y candidato creador y hacedor de infinidad de carreteras y obras, con modernos teleféricos, construcción y reparaciones de hospitales, de cientos de planteles escolares, los grandes crecimientos económicos del país ejemplos en América Latina anunciados año tras año con bombos y platillos por el Banco Central, el ¨fin definitivo¨ del analfabetismo y miles de logros más que en comparación dejaban al multimillonario Abu Dabi poco menos que en paños menores.

Todo era Alicia de las marvillantes maravillas maravillosas, Jauja, Potosí, hasta que lo apearon sin esperarlo y al correr el telón de la verdad se vieron de inmediato desnudas todas sus vergüenzas, deficiencias y corrupciones que una feroz comunicación gubernamental trató de disfrazar con una cortina de malos y pésimos anuncios. Se acabó el prometedor espejismo con sus oasis llenos de dulces dátiles, miel y fuentes de fresca agua y los viajeros del desierto se apearon de los camellos con jorobas de oro falso y volvieron a su seca y escasa realidad.

Eso de que una mentira se hace verdad a fuerza de repetirla era posible para la época de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, pero ahora la hiper comunicación lo hace imposible, las cosas se saben al instante y por muchas vías diferentes.

Esperamos que a este gobierno no le suceda lo mismo, que la honestidad y sinceridad sean unos de sus vectores principales, pero ya se lo hemos advertido en otra ocasión: Gobierno de Abinader Keep Clam, Keep Calm gobierno de Abinader con la publicidad, ese arma tentadora, fácil y arrojadiza como un poderoso bumerang que si no se lanza bien vuelve con más energía que partió y puede causar mucho daño a quien lo lanza.

José Luis Taveras, como se decía en la película aquella, que la suerte te acompañe porque nos acompañará también a todos nosotros. Y mucha falta que nos hace.