Desde que Gonzalo Castillo anunció sus aspiraciones a la Presidencia de la República algunos generadores de opinión cuestionaron su idoneidad para el cargo. Aprovecharon cada lapsus para proyectar la idea de que el candidato presidencial de la alianza PLD-PRD era fruto de la improvisación y la obsesión de Danilo Medina por mantener su dominio del poder.
Las dudas sembradas entre la gente, calaron. Hasta hace tres meses, Gonzalo Castillo era caricaturizado como un hombre con condiciones insuficientes para ser Presidente de la República. Todo indicaba que la campaña tendría que hacer un esfuerzo mayúsculo para deconstruir la percepción de que, como los famosos dibujos animados de principios de este siglo, el Penco era Pinky y Danilo, Cerebro.
Ejecutando un plan de acción diseñado para mitigar los efectos de la pandemia en la población más vulnerable, Gonzalo consiguió diluir esa percepción.
El hecho de que esté apostando abiertamente por un esquema de gobierno orientado a estimular la demanda a través de un amplio programa de inversión pública, basado en una alianza estratégica con el sector privado, es la mejor evidencia de que el candidato del PLD y el PRD tiene muy claro qué hacer
Los dominicanos presenciamos la metamorfosis del Penco, objeto preferido para memes y chistes que contribuyeron a ponerlo en boca de todos, en Gonzalo el hombre eficiente, pragmático y solidario enfocado en resolver los problemas de la gente y poner al país en marcha.
Su propuesta de reactivación de la economía a partir de la nueva realidad asociada a los efectos de la Covid-19, así como sus exposiciones ante la Asociación de Industrias de la República Dominicana, la Cámara Americana de Comercio y la próxima presentación ante el Consejo Nacional de la Empresa Privada, contrastan con la matriz de opinión que pretende presentarle como un hombre sin solvencia intelectual.
Gonzalo Castillo, con hechos concretos y propuestas realizables ante sectores estratégicos del ámbito nacional ha mostrado que, más allá de tener todas las cualidades y aptitudes necesarias para dirigir el Estado, es el Presidente que este país necesita para salir airoso ante los tiempos difíciles que se avecinan en el mundo a raíz de la pandemia.
El hecho de que esté apostando abiertamente por un esquema de gobierno orientado a estimular la demanda a través de un amplio programa de inversión pública, basado en una alianza estratégica con el sector privado, es la mejor evidencia de que el candidato del PLD y el PRD tiene muy claro qué hacer para poner a la República Dominicana a volar a partir del 16 de agosto.