No importan las discrepancias de su alta dirigencia u otros factores disociadores, los perredeístas se mantienen firmes a su partido, garantizándole una fortaleza electoral de primer orden.Si algo distingue al Partido Revolucionario Dominicano es la constancia que se puede esperar de su militancia.

Esta organización política puede fraccionarse por las rebatiñas de sus dirigentes, puede ser, como lo ha sido, víctima de las travesuras fraudulentas de otras organizaciones con líderes  perversos, y pierde elecciones por uno de estos factores o su combinación. Sin embargo, el partido cuenta con una militancia cautiva que no lo abandona en ninguna circunstancia. Es el voto duro del PRD el cual representa también una gran proporción de la militancia empadronada.

Ese reducto de lealtad es la proporción del PRD que votó por el partido en el año 2004, a pesar de que el  nivel de aceptación de su candidato, pudo estar por debajo del 30% como presidente de la República. Se decía en esa oportunidad que el número de militantesinscritos era más de un millón de personas, fue una gran proporción de ese voto duro la que votó por el PRD en estas condiciones adversas. En esta oportunidad el PRD   recibió  solamente el voto de su militancia más firme. Los 1, 108,400 votos en esa ocasión (33% de los votos emitidos), representan los militantes que el PRD nunca pierde.

Se sabe que cuando un partido triunfa en unas elecciones, es porque ha sufragado una proporción de votantes mucho mayor a la que contiene su padrón. Esto se explica porque hay personas que no tienen militancia fija o no están inscritos en ningún partido y su preferencia oscila de un partido a otro en el momento de votar. Cuando un partido pierde en condiciones no favorables, ha votado su militancia dura o algo menos.

En el año 2008, el candidato Miguel Vargas Maldonado perdió el certamen con  1, 654,066 votos (41% de las votaciones). Para esas elecciones se decía que el padrón del PRD contenía 1, 200,000 militantes (votarían algo más de 400,000 personas por encima de los inscritos). En el año 2011, Vargas Maldonado fue electo presidente del PRD en una convención que se hizo con 1.5 empadronados y obtuvo más de 725, 000 votos.En el 2012, con un padrón aumentado, el candidato del PRD para la presidencia de la República obtuvo 2, 193,000 votos (46.7% del total emitido).

¿Cómo se explica ahora que aparezca un padrón con un PRD disminuido en más de un 50%?Este padrón tiene menos militantes que la cantidad que ha votado en las últimas convenciones y responde a una lógica que no se explica ni matemática ni políticamente.Ese mamotreto no se corresponde con la realidad de cómo se moviliza y se mantiene la militancia perredeísta. La adversidad no provoca que se pierdan votantes, la división más agria de la cúpula no implica que se dividan en igual proporción las bases del partido.  La formulación de este padrón seccionado solo podría tener explicaciones de orden ético o una garrafal ausencia de sentido político. El descrecimiento es improcedente. La votación perredeístaen las elecciones efectuadas en la última década,en lugar de disminuir se incrementa en cada proceso, oscilando este aumento entre 3.5 y 6.7% en cada ocasión. Y presentar una prueba de que su propio partido ha decrecido es una inconsecuencia política inadmisible en quien dirige un partido.

Miguel Vargas Maldonado, como candidato del PRD, necesitaría más de 2 millones de votos para obtener el triunfo frente a la candidatura del PLD. Él no esperará hacerle una competencia digna al oficialismo si “su PRD” solo cuenta con 538,478 militantes. Una organización política no puede esperar un triunfo electoral logrando el milagro de cuadruplicar el número de los inscritos en su padrón. Para triunfar, suelen votar más de los empadronados, pero en la peor situación para un partido, ni siquiera es favorecido por la cantidad de personas que dice tener inscritas y en el mejor de los casos, en un triunfo solo se consigue duplicar el número de inscritos.

En el 2012 el PLD decía tener un padrón con más de 2 millones de votantes, sin embargo, esa organización tuvo una votación de 1.7 millones de votos. A pesar de que las alianzas les permitieron el triunfo, individualmente el PLD no alcanzó el número que su dirigencia dijo tener inscritos.

Políticamente al presidente del PRD no le conviene presentar un padrón disminuido en más del 75 % de la militancia que ese partido ha tenido siempre. Vargas Maldonado se jactó de haber llevado las votaciones de un 33% con Hipólito en el 2004 al 38.5% con él en el 2008, incrementando las votaciones en más de un 4%, ¿Cómo explica ahora este descrecimiento tan ostensible bajo su propia dirección? Solo dentro del contexto de una extrema torpeza política, que parece inconcebible hasta en el más incauto de los políticos, se explica esta extraña estrategia.

Si Miguel Vargas aspira a ir a las elecciones del 2016 con un PRD electoralmente competitivo, hay que esperar que antes de esa fecha, prepare otro padrón más realista que incluya los que ahora son excluidos. Esto será posible porque a Miguel, cualquier patraña le luce para validar sus ideas mostrencas, cuenta con los tribunales electorales.Ahora han construido un padrón que no es real, pero les resuelve un problema coyuntural, aunque saben que en el 2016 necesitarán de esa mayoría excluida.La manipulación que se ha hecho con la militancia perredeísta, además de provocar inconformidad  a una mayoría partidaria que se dejó fuera del PRD, expresa también la ineficacia de una dirección que permite el descrecimiento de la organización más emblemática y el partido más grande de República Dominicana, algo de lo que no parecen percatarse los asesores de Miguel Vargas

Este padrón da lugar a conjeturas diversas, y una de éstas parece tener mucho asidero.Como diría Guido Gómez Mazara, hay la intención de “hacer un PRD chiquito, para hacer un negocio grande”. Ese negocio estaría vinculado a lo tratado con Leonel Fernández en el Pacto de las Corbatas Azules. Estaría a tono con disminuir la fortaleza electoral el PRD, el partido llamado a ser la competencia más seria que tiene el PLD para mantener el poder.

En este contexto, todos los inconvenientes presentados para no hacer la convención cuando debió hacerse, las posposiciones y los pretextos de todo tipo, parecen fríamente calculados para ganar tiempo en la preparación de este padrón, conveniente para las aspiraciones continuistas de Miguel Vargas en la Presidencia del partido con miras a garantizar las condiciones de ese supuesto acuerdo con Leonel Fernández. Ni con el padrón con el cual fue a las elecciones del 2008 ni con el que ganó la convención del 2011 le convenía realizar la convención de ahora. Las condiciones han variado en su contra dentro de la militancia perredeísta y con cualquiera de esos padrones perdería la próxima convención. Así lo sabe y por eso se tomó el tiempo necesario para hacer uno con el cual entiende quetiene alguna posibilidad de ganar.

Guido Gómez Mazara ha dicho que irá a la convención como quiera y que le ganará con su propio padrón, parece que el aguerrido competidor de Miguel Vargas, está corriendo un gran riesgo frente a un candidato que ha escogido meticulosamente cada persona que tiene empadronada, después de todo, es posible que Miguel pueda contar realmente con el 25% de la militancia del PRD. Esos serían los inscritos en el padrón que fabricó y se debe suponer que votarán por él.

538,478 personas es aproximadamente el 25% de la militancia real del PRD, quizás Miguel Vargas gane la convención con ese listado de personas escogidas (aunque hay quienes dicen que ni con ése gana). Si ese padrón representa realmente lo que es el PRD hoy en día, no hay esperanza de obtener en el 2016 más del 12% de las votaciones en general, pero esa votación es lo que se entiende que puede alcanzar Vargas Maldonado con la ínfima porción del PRD que controla. Ese  padrón, hecho por una Comisión Organizadora que le sigue ciegamente, contiene el 12% del total de votos válidos que se emitieron en el 2012, lo máximo que Miguel Vargas podría obtener en el 2016. Esa proporción es lo único que el presidente del PRD conserva su militancia. El resto está excluido, lo desprecia y en su momento, le pasara factura.