Mientras miro la austera pradera floridana en nuestro Ranchito en el Lago Okeechobee, me acuerdo de mi abuela McPherson, que era una esposa granjera en las praderas azotadas por el viento de Colorado, al este de Denver. Ella tuvo una vida difícil y solitaria en esas planicies lejos del apoyo de otras mujeres. Ella crió tres hijos y una hija, administraba la casa y, se ocupaba del huerto familiar y del gallinero. Ella envasaba todos los frutos y hortalizas y los colocaba en el sótano.

Abuela Mac cocinaba todas las comidas para la familia, comenzando desde las 4:00 de la mañana cuando mi abuelo iba al establo para cuidar de las vacas, cerdos y caballos. En verdadero estilo del campo, el desayuno incluía carne, huevos, pan y, posiblemente papas. La casa no tenía electricidad ni agua corriente. Los inviernos eran de un severo frío devastador. Los veranos eran calurosos y aburridos.

Los abuelos de Carol Hoffaman, el día de sus bodas.
Los abuelos de Carol Hoffaman, el día de sus bodas.

En cambio, para nosotros la vida ha sido fácil. Por ejemplo, compro mis verduras frescas, y a veces lavadas; algunas de ellas enlatadas, otras congeladas. En el peor de los casos, camino a mi jardín de hierbas aromáticas y cojo cilantro, menta o perejil. En esta cosecha coseché guineos maduros, lechosas, piñas, mangos, limones, algunos plátanos hawaianos y muchas naranjas agrias. Todo lo demás viene de los supermercados.

Realmente admiro a mi abuela Mac, y de algún modo tiendo a enfatizar mis raíces hacia su lado en mi familia. En el otro lado, mis abuelos fueron inmigrantes alemanes que vivieron en San Luis, Misuri y, no me identifico mucho con ellos, excepto por mi predilección por la cerveza fuerte. Nunca antes pensé acerca de la diferencia entre mis abuelos de los dos lados. Eran lo que eran. Pienso que me identifiqué más con los granjeros porque ellos vivieron cerca de nosotros cuando yo estaba creciendo y porque mi abuelo Mac cultivaba un maravilloso huerto de verduras en el casco urbano de Denver.

Me gustaba la forma sencilla en que ellos vivían. Con el pesar de abuela Mac, el día de la recogida de basura, antes de que el camión pasara a recogerla, abuelo iba con su carretilla y rescataba cualquier basura que fuera “tesoro”, tales como bicicletas rotas, carretas de juguetes y hasta radios. Luego los llevaba a su casa a su banco de reparaciones en el sótano y los reparaba.

Además, mi abuela Mac me enseñó muchas de las “artes femeninas”, hacer croché, a hacer edredones combinados de retazos, confeccionar esteras de trapos, bordar, coser,  remendar ropa y a coser en una vieja máquina marca Singer de pedal.

Mi primera obra de arte ya de adulta fue en “artes femeninas”, tal cual mi abuela, para mí fue una forma de Liberación Femenina. Creé esculturas tridimensionales en croché o con retazos. Algunos de mis trabajos fueron exhibidos en el Museo de Arte de Denver y en galerías de arte de esa ciudad. ¿Mencioné alguna vez que fui una artista productiva durante unos 10 o 15 años?

Años más tarde, cuando me interesé más en la historia de mi familia, comencé a leer sobre la vida en los Ozarks, donde mis abuelos maternos nacieron y se criaron. Cuando mi hija Sage cursaba la escuela intermedia en Denver, fuimos en un viaje a los Ozarks para ver cómo eran. El pueblo de mi abuela, Neosho, era un pueblo grande que luego fue el asiento del condado; sus antepasados eran alemanes e irlandeses-escoceses, como muchos otros residentes allí. El pueblo de mi abuelo Mac, Dunnegan, es un pueblito rural que consiste en dos calles, una estación de gasolina, cinco casas y una iglesia. Sus raíces eran irlandesas-escocesas.

Más recientemente, después de vivir en Miami Beach, fui con mi esposo en un viaje similar al anterior, durante el cual buscamos los pueblitos, pueblos y los recónditos bosques de donde proceden mis antepasados. Esta vez antes de ir pedí por Internet varios libros acerca de la cultura de los Ozarks. ¿Quiénes eran estos montaraces y, de dónde vinieron?

Casa campesina de bloques de tierra.
Casa campesina de bloques de tierra.

La palabra irlandés-escocés resurge a menudo. Mi abuelo Mac acostumbraba a decir que ellos eran escoceses-irlandeses y alemanes. Presumo que eso significa que eran en parte escoceses y en parte irlandeses. Ahora sé que los escoceses-irlandeses se originaron en Escocia, de pobres granjeros, quienes por razones económicas emigraron hacia el norte de Irlanda para trabajar como braceros en los campos. Estos migrantes protestantes son los mismos irlandeses protestantes que han tenido una larga lucha con los irlandeses católicos.

La vida no era mejor en Irlanda y, muchas de las familias emigraron hacia Estados Unidos, principalmente a Pensilvania que sirvió de base para moverse hacia el oeste hacia otros estados. Muchos de ellos vinieron a los EE.UU. al final del siglo XVIII hasta que fueron detenidos por la Revolución Americana. Entonces muchos más vinieron en el siglo XIX. Desearía ir algún día a Irlanda para ver dónde vivieron mis ancestros.

Recientemente fue cuando me di cuenta de que mi familia era pobre, pobre, muy pobre. Pobre en Escocia. Pobre en el norte de Irlanda, pobre en Pensilvania y pobre en los Ozarks. Todavía eran pobres cuando emigraron hacia Yuma, Colorado, con todas sus posesiones en un vagón sin barandillas del ferrocarril. Con deseos de una vida mejor, ellos se establecieron en Clayton, Nuevo México, un área de cultivo de alimentos básicos, y allí vivieron en una casa construida con bloques de tierra extraídos del suelo.

Todavía eran pobres cuando la tormenta de polvo los golpeó, y eran pobres aún cuando se mudaron de vuelta a Yuma. Denver fue un poquito mejor para ellos, cuando al final abandonaron el campo y se retiraron a la ciudad. Allí mis abuelos tuvieron una casa de ladrillos, con un jardincito. El abuelo tenía un negocito cargando muebles.

Al principio mis padres fueron pobres también. Ellos se conocieron en una factoría incubadora de pollos. Ninguno de los dos fue a la universidad. Vivieron en apartamentos y a menudo viajaron a través del sudoeste, hospedándose en moteles cuando mi papá era un vendedor itinerante. Finalmente construyeron una casa en Denver y criaron pollos para suplementar sus ingresos. Yo hasta tuve vestidos hechos con tela de sacos de alimento de pollo. No recuerdo si les conté antes esa historia.

Así me encuentro ahora viviendo en Miami Beach, esa comunidad que es ultra chic. No me siento parte de esta, pero tampoco formo parte de los Ozarks. Me siento muy fuera de mi elemento cuando voy de compras a los centros comerciales tales como Bal Harbour o Aventura a comprar. Sin embargo, cuando trabajo en mi jardín en Ranchito, en una comunidad de obreros, no soy más que una citadina disfrazada.

De modo que vivo entre mis humildes orígenes y la supuesta sofisticación de Miami Beach. De esas humildes raíces de mis abuelos, que nunca se graduaron de bachiller, salieron descendientes exitosos. De los cuatro hijos que procrearon, dos obtuvieron grados universitarios, uno de ellos con un máster en educación y el otro ingeniero civil que trabajó en la industria aeroespacial. El tercer hijo se hizo militar de carrera. La única hija es la madre de quien esto escribe que tiene un máster y dos doctorados.