En nuestros andares docentes de las últimas semanas (todos virtuales/online) y en más de un escenario – que nada tienen que ver unos con los otros – nos hemos encontrado con una cuestión recurrente y planteada como inquietud entre los asistentes a nuestras clases o masterclass, webinars o lives, o como le llamen ahora en inglés o castellano; y es el tema de las rehabilitaciones de edificios como alternativa frente a las construcciones de nueva planta.
Desde las posturas más románticas se habla de no ocupar más suelo con edificios nuevos, infraestructuras nuevas, planeamientos urbanos nuevos, etcétera, y solo centrarnos en aprovechar lo que tenemos edificado/construido, en código de optimización de usos, de reaprovechamiento de espacios y/o edificios degradados, y emprendiendo rehabilitaciones del parque edificatorio existente. ¿Es esto realmente posible?… ¿en serio?
La respuesta a esta pregunta, no la tenemos tan a mano como nos gustaría. No podemos satisfacer a lector diciendo de manera tajante, sí o no…La mejor respuesta que podemos darle es un depende.
Primero, depende para cual escenario será la respuesta. Si nos referimos a los que aún viven en las orillas de ríos urbanos en ciudades subdesarrolladas y en situaciones muy vulnerables, o si nos referimos a los que habitan favelas… pues a esos no le vale nada que tenga que ver con rehabilitación. Si nos referimos a los que viven en un barrio de una urbe europea, la rehabilitación energética podría tener sentido. Quizás no tengamos que situarnos, solamente, a los pies de Montmartre o a orillas del Sena (París), para hablar de rehabilitación de los edificios; quizás no haga falta situarnos en el barrio de Chamberí (Madrid) para referirnos a la puesta en valor de una edificación existente; podríamos incluso pensar en el Edificio Copelo, en la Calle del Conde (Santo Domingo), y hablar de una rehabilitación energética que nos inspire a extender el modelo de economía circular a otras intervenciones arquitectónicas (¿?). Gascue (o Gazcue, también en Santo Domingo), podría ser un excelente escenario para rehabilitaciones de lo poco que va dejando la retroexcavadora del progreso, que va arrasando con el patrimonio arquitectónico de nuestra infancia. Pero… ¿de qué tipo de rehabilitación hablamos?
Dejaremos hoy una definición interesante, y que nos servirá de puente para continuar con el tema la semana que viene; aquí va: la rehabilitación energética de edificios supone el conjunto de medidas y/o actuaciones que se pueden realizar en el contexto de la trama constructiva de los mismos, para dotarlos de un valor añadido en materia de eficiencia energética (optimización de demandas y consumos) y de cara a un mejor rendimiento.
En este punto se podrá apreciar que pendulamos, no con poca intención, entre los conceptos de rehabilitación del patrimonio edificado con valor histórico (y lo que puede suponer la conservación y puesta en valor de ese patrimonio), y la rehabilitación energética como medio de optimización de demandas/consumos (rendimientos), de determinados organismos arquitectónicos…Nos gustaría aventurarnos en un enfoque combinado de ambas cosas y trataremos de abordarlo en próximas intervenciones.