“…Vaya la sorpresa, la vida es así, lo que aquí es Luis Díaz allá es de Debussy, cuando el arcoíris que nació en abril…pero vivo en moca y tu allá en París en París…”
Juan Luis Guerra
En diciembre de 2015 se celebró en París la Conferencia sobre el Clima COP21, con la participación de muchos países del mundo y la firma, por parte de 195 de ellos, de un acuerdo vinculante sobre el clima global. Dicho acuerdo, que entrará en vigor dentro de poco más de 3 años (en el 2020), establece como tope máximo unos 2º ( o 1,5º), en el aumento de la temperatura del planeta.
Para esto es fundamental reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y por ende el cumplimiento de los objetivos para dicha reducción por parte de los signatarios del acuerdo.
Para la República Dominicana, signataria de estos acuerdos y país en vías de desarrollo, se le plantea un gran desafío y a la vez una gran oportunidad. Tiene la necesidad de crecer hacia niveles de país desarrollado y al mismo tiempo no lesionar con emisiones de GEI al medioambiente.
Desde siempre hemos considerado conveniente, más allá de las reglas de la RAE (Real Academia Española), unir las palabras medio y ambiente en un solo concepto. Podríamos presentar toda una declaración filosófica para sustentar un argumento convincente al respecto y fuera de temas gramaticales. Sintetizando, creemos que el concepto medioambiente, como un todo, revela una conjunción indisoluble entre el ser humano y su medio natural y social, creando del equilibro, positivo por demás, un todo global.
Un país en vías de desarrollo tiene ese gran desafío, establecer en su proceso de desarrollo, unos puntos de partida que garanticen el crecimiento de su economía y de su calidad de vida, de la mano del equilibrio medioambiental; todo esto sin repetir los modelos de desarrollo que los países poderosos se han encargado de agotar.
Creemos firmemente que desarrollarnos como nación no tiene que estar ligado a mayores niveles de emisiones. Algunos teóricos plantean que no es justo que las “reglas del juego”, para el anhelado desarrollo, se cambien ahora que nos toca a los países pequeños el turno de crecer. Lo cierto es que las renovables como alternativa son, sin ningún género de dudas, un buen vehículo para nuestro desarrollo como nación.
Nuestro país, de acuerdo a los informes presentados por especialistas como Rafael Berigüete, del Brightline Institute, dependía, al 2011, en un 32 %, de la generación de energía con diésel ( 3.993 MWh) y solo generábamos 556,7 MW por medios renovables, en su mayoría aportados por las hidráulicas. (2)
Los dominicanos hemos decidido, hacer un viaje, ya no desde Moca a Paris (1) , pero si desde nuestra realidad local hasta los postulados planteados en París, en diciembre de 2015.
Al día de hoy grupos poderosos de la Rep. Dominicana han decidido invertir en el desarrollo de las renovables. Un caso de especial interés son los parques eólicos de Los Cocos y Larimar….Y vale la pregunta… ¿Estaremos adoptando un nuevo modelo?. Esperamos, de todo corazón, que en un país con instituciones tan en ciernes, estos proyectos de inversión privada, sean rentables para sus promotores y que poco a poco podamos ir cambiando nuestro modelo de generación hacia las EERR (Energías Renovables).
Seguiremos desarrollando el tema….
- Título de canción de Juan Luis Guerra cantada a dúo con Johnny Ventura
- Ver este enlace: https://cambioclimatico.gob.do/factor-de-emisiones-de-co2-del-sistema-electrico-nacional-interconectado-seni-de-la-republica-dominicana-ano-2013/