El acontecer económico global esta en estos momentos experimentando transformaciones muy singulares.

Aunque todo se lo quieren achacar a la pandemia, sabemos muy bien que ya existían condiciones prepandémicas que solamente las agravó dicho evento inesperado y catastrófico.

El auge de la economía de exportación China más su afán de expansión de sus fronteras comerciales y políticas son, en realidad, la espoleta de la granada geopolítica que nos estalló en nuestras narices.

Sin embargo, el constreñimiento de la demanda doméstica China e internacional contrajo el volumen de las exportaciones, ocasionando una reducción en las actividades portuarias chinas de aproximadamente del 92.6% en el movimiento de contenedores y otras actividades portuarias internas. El impacto en el cabotaje mundial ya sobrepasa la merma en más de un 37.65%.

Siendo China un polo comercial del primer orden, los suministros de bienes y servicios han experimentado una baja considerable; esta reducción, de mayor a un 15%, ha afectado la oferta de productos básicos y estratégicos a nivel mundial, creando reducción de inventarios y una reprogramación industrial en Europa, Asia, América Latina y Estados Unidos.

Para que tengan una idea del efecto dominó del coronavirus, la República Popular China contribuye al 18% del Producto Interno Bruto global: su importancia en la dinámica de la economía es crucial.

Si, por las razones ya presentadas, este impacto disminuye un 1%, el flujo de caja global disminuiría unos US$103,000,000,000.00. De ser mayor la disminución, entonces el panorama mundial será uno de recesión inducida por el coronavirus y su manejo sectario del mismo.

Un aspecto fundamental para los estudiosos de la economía dinámica lo constituye el análisis de las recesiones inducidas; el coronavirus ha sido un agente inductor.

Para entender este efecto inductor, tenemos que explicar los diferentes tipos de recesión plausibles a ser impactadas por esta inducción:

1)-Recesión Tangible o Real:

Es causada cuando la expansión del Mercado de Capitales colapsa. La Economía de los países se ve agobiada por la falta de respuesta inmediata a las contracciones económicas y, por ende, cunde el pánico en los mercados bursátiles.

2)-Recesión causada por políticas monetarias:

Cuando los Bancos Centrales establecen Tasas de Referencia muy altas, con relación a las que ¨normalmente¨ imperan en una economía, entonces ocurre una contracción de la oferta monetaria que afecta el circulante y la expansión del crédito bancario. Esta contracción incide en una disminución del PIB y la financiación de la industria para la adquisición y venta de bienes y servicios. Por lo tanto, la economía se contrae y cae en recesión.

3)-Recesión causada por desbalances financieros:

Los desbalances financieros tienden a surgir lentamente, en el tiempo, hasta que desatan un caos en la intermediación financiera y por ende en la economía de los hogares y empresas. La mayoría de estos desbalances se manifiestan en las Burbujas Financieras, cuyo origen está en las actividades especulativas de las Lonjas de Valores y el mercado inmobiliario, tal y como ha ocurrido varias veces en los EUA y la Europa occidental.

Si analizamos estas tres variantes, aquí presentadas, todas conforman el espectro económico actual, donde un coronavirus indujo la ocurrencia de las tres modalidades.

Si disminuye la actividad industrial y comercial de los grandes mercados, se afectará grandemente la disponibilidad de bienes y servicios, generando flujos de caja negativos, impagos financieros, despidos laborales, encarecimiento de los fletes y cabotajes y una disminución considerable en el ahorro nacional de las economías.

Nuestro país NO pudo estar ajeno a estos acontecimientos debido a que su apertura económica es excesiva.

Nuestra economía es muy dependiente de las importaciones, remesas y el turismo.

NOTA: El volumen de operaciones de pasajeros se desplomó significativamente lo que obligó a las aerolíneas y las turoperadoras a congelar la contratación de módulos habitacionales y reducir el número de vuelos. Esta acción afectó inclusive a rutas muy rentables como son la del Atlántico, el Pacifico y la del Mediterráneo.

Según estimaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, en inglés), el impacto del coronavirus ha sido de unos 61 mil millones de dólares.

Nuestro esquema de exportación depende mucho de la actividad minera y de zonas francas. Estas últimas, así como el turismo, se han visto afectadas grandemente por el coronavirus, debido al ausentismo laboral y las restricciones que tuvimos que imponer al influjo de turistas de Asia y Europa, principalmente; también las barreras sanitarias a nuestras exportaciones.

El asomo de una contracción económica fue inminente. Peor aún, dentro de un marco de incertidumbre política, que puede dejar sin amparo al sistema de prevención y mitigación de desastres (debido a todos los estamentos de respuesta del estado están altamente politizados), cualquier ocurrencia de un fenómeno sismo-catastrófico pondrá al país prácticamente de rodillas.

Finalmente: Con la expansión del coronavirus, los países afectados también han sufrido los efectos entrópicos que afectaran a China. El efecto dominó ha sido devastador a nivel mundial; el caso de la República Dominicana, sus exportaciones hacia los mercados impactados por el coronavirus se han reducido sensiblemente.

A pesar de esta debacle económica, el Producto Interno Bruto per cápita mundial ha aumentado constantemente a lo largo del tiempo; el nivel de vida en todo el mundo ha aumentado significativamente.

El PIB per cápita es uno de los mejores indicadores de la riqueza de un país, ya que proporciona una comprensión de cómo viven los ciudadanos de cada país en promedio, mostrando una representación de la cantidad de bienes y servicios creados por persona, en un año determinado.

En América Latina, este indicador va desde los US$32,200.00 en Puerto Rico, hasta los US$698.00 en Haití. Nuestro país está por los US$7,200.00. Estos valores son anuales.

A nivel mundial, Burundi tiene el más bajo nivel con solo US$263.00 y el más alto lo tiene Luxemburgo con US$52,770.00

Mirando la historia, el nivel de vida mundial ha aumentado drásticamente. Según el Fondo Monetario Internacional, de 1820 a 2020, el PIB global promedio per cápita aumentó casi en 15 veces. Recientemente, factores como las tasas de alfabetización, el acceso a las vacunas y la educación básica también han mejorado nuestra calidad de vida.

Por ejemplo, en 1990, 1,9 mil millones de personas vivían en la pobreza extrema, que era el 36% de la población mundial en ese momento. En los últimos 30 años, el número ha ido disminuyendo constantemente: para 2030, se estima que 479 millones de personas vivirán en la pobreza extrema, que, según las estimaciones de la población de las Naciones Unidas, representará solo el 6% de la población.

Empero, la desigualdad económica entre las diferentes regiones sigue prevaleciendo. De hecho, el país más rico hoy en día (en términos de PIB nominal per cápita), Luxemburgo, es más de 471 veces más rico que el más pobre, Burundi.

Aunque nunca hemos vivido en un período más próspero, y las tasas de pobreza han estado disminuyendo en general. Sin embargo, para este año la pobreza extrema mundial podría aumentar significativamente.

Alrededor de 120 millones de personas adicionales viven en la pobreza como resultado de la pandemia; se espera que el total aumente a unos 150 millones para fines de 2021.

Muchos de los países más pobres del mundo también son considerados países menos adelantados (PMA) por las Naciones Unidas.

En estos países, más del 75 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

Ahora bien, muchos de los países más pobres del mundo también pueden clasificarse como mercados emergentes con un inmenso potencial económico en el futuro.

De hecho, China ha visto la oportunidad en las economías emergentes. Su confianza en estas regiones se ejemplifica mejor en la iniciativa de la Franja y la Ruta, que ha canalizado inversiones masivas en proyectos de infraestructura en múltiples países africanos y de América Latina.