Para a quien en el país el agua no dificulta su vida regular y que especialmente no ha podido detenerse en los diagnósticos que al respecto se han hecho, se podría sorprender al verificar que Agua es uno de los temas-problemas más graves de la vida nacional.
Las informaciones sobre la situación del agua en la República Dominicana ya han trascendido el ámbito nacional y se destacan los siguientes aspectos que coinciden con los distintos diagnósticos realizados. 6 de cada 10 de los hogares urbanos y la mitad de los hogares rurales reportan suministro de agua intermitente. Más de dos tercios recurren a tanques, bombas o cisternas para almacenar agua para el consumo diario. Además dos tercios de los hogares tampoco tienen conexiones cloacales que permitan el tratamiento de aguas residuales, constituyéndose en un potencial problema de salud pública. 9 de cada 10 de los habitantes de las ciudades utilizan agua embotellada como fuente de agua potable, y se resalta en lo internacional que no se trata de un país en zonas desérticas o con escasas lluvias.
Esas son sólo referencias puntuales que muy claro indican la gravedad de ese tema-problema.
De ahí la importancia que reviste que en el Diálogo Nacional por la Reforma para el Fortalecimiento Institucional y Gestión Eficiente del Estado, el 17 de noviembre quedara conformada la mesa Agua con propuestas a mano.
Entre los principales documentos entregados en la ocasión se destaca el titulado Compromiso Nacional para Pacto por el Agua 2021-2036, que proyecta una inversión de 8 mil 500 millones de dólares. Entre sus respuestas, ante lo que califica como problema crónico de la dotación de agua en más de 20 provincias del país, propone construir 58 nuevos acueductos a nivel nacional, 74 proyectos de alcantarillado y 28 proyectos de generación hidroeléctrica, entre otros.
Al tiempo de reconocer la pertinencia y prontitud de la iniciativa, procede recordar que se trata como intención de un consenso de 20 años y con no pocos auspiciosos anuncios en el pasado. Es preciso por lo tanto tener muy en cuenta la necesidad de significativos cambios en su abordaje.
Frente a la que debería ser una definitiva e indudablemente gradual solución del tema Agua, procede un enfoque que trascienda la planificación incorporando como un todo otros componentes centrales, para sólo citar algunos, tales como la estructura organizacional para todo el sector y un sistema de seguimiento que combine dirección y control; además proyectar enfocarse en esos 15 años predominantemente en inversiones propias y no tanto en endeudamiento, pues aunque se haya aplazado la reforma fiscal, es ya ineludible.