Ucrania es un país de la Antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviética que tiene el alma dividida. La parte oriental habla ruso y está bajo la influencia cultural de sus vecinos mientras la parte oeste lo está de Europa. De ahí la gran confrontación entre adherirse a la Unión Europea o estrechar los lazos con la Rusia de Putin.
Esta noticia no ha tenido mayor repercusión en la opinión pública dominicana por desconocimiento de ese país que generó la cultura eslava y que está en la historia por oponerse al establecimiento del régimen bolchevique con los “cosacos blancos” y que produjo la revolución naranja hace varios años como la primera expresión de apertura a occidente en detrimento del predominio ruso.
Por un distanciamiento entre los líderes de la revolución naranja, ascendió al poder Viktor Yanukóvich, quien revirtió el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea y el acercamiento a Rusia, juzgando y encarcelando a la antigua mandataria, Yulia Timoshenko, quien se ha erigido como adalid de las huestes sublevadas.
En el otro extremo del mundo, en las Américas, se escenifican violentas manifestaciones en contra de los herederos del coronel devenido en revolucionario, Hugo Chávez. La noticia venezolana ha sido opacada por los sucesos de Ucrania, pero los dominicanos estamos más cerca por el “enfrentamiento” televisivo entre Nuria Piera y el embajador de Venezuela en República Dominicana.
¿Tendrá la crisis venezolana un final a la “Ucrania”? La respuesta la ofrece un venezolano superconocido analista, doctorado en el MIT en relaciones internacionales, quién matiza el resultado por la división de la oposición. Moisés Naim, en su artículo ¿Qué está en juego en Venezuela? (disponible en el periódico El País, Madrid, España: http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/22/actualidad/1393095532_699692.html?
Termino esta intervención con el párrafo final de Naim: “Nunca es más oscura la noche que antes del amanecer. Y Venezuela está pasando por momentos muy oscuros. Pero quizás esté a punto de llegar al amanecer. Si llega, América Latina estará en deuda con los jóvenes venezolanos que no tuvieron miedo de enfrentar a un Gobierno que hace lo imposible para que le tengan miedo.”