Herrera cuenta con un conjunto de edificaciones que albergan sus Escuelas y Liceos, una buena parte tuvo sus orígenes a mediados y finales de los años 70.  Dentro de sus principales centros de educación secundaria podemos   contar los liceos : Buenos Aires,  Las Palmas, El Eladio Peña de la Rosa, El Rafaela Santaella  y el  Iván Guzmán Klang.

La fundación de estos centros fue a iniciativa  de las organizaciones  políticas de la izquierda, que dispusieron que su militancia de jóvenes  estudiantes universitarios emprendieran este tipo de acción como una manera para presionar la inversión en la educación pública por parte de los gobiernos  e interpretando la necesidad de la creciente población estudiantil de los barrios de Herrera.

Es así como los jóvenes estudiantes universitarios de la Línea Roja del 14 de Junio,  transformada mas tarde en el Partido de los Trabajadores Dominicanos, PTD y de   otras formaciones  como el Movimiento Popular Dominicano, MPD, el PACCOREDO y los  desaparecidos Nuevo Rumbo y Partido Comunista Dominicano, PCD, emprendieron la tarea de construir las instituciones educativas   que  hoy tenemos.

El método empleado era el de integrar un Comité Pro Liceo, dando paso   a la inscripción de los  jóvenes que habían concluido el 8vo grado de la educación primaria.  Se alquilaba un local,  se tomaban prestadas las instalaciones de uno de los colegios o de las escuelas primarias  que funcionaban durante la tanda matutina para usarlos durante las noches impartiendo docencia de manera gratuita y voluntaria. Los alumnos de estos centros, en los primeros años, eran reportados como estudiantes de uno que otro colegio de la zona o como estudiantes libres de los centros establecidos como el Fray Ramón Pané de los Jardines del norte u otro donde se tuviera la conexión con algún director amigo o colaborador que lo permitiera.

Cuando la cantidad de alumnos era suficiente, se promovía el  surgimiento de  las agrupaciones estudiantiles y  se daba inicio a la lucha por la oficialización del liceo, que consistía en reclamar a la Secretaria de Estado de Educación asumir el pago del personal gerencial, de apoyo y docente.  Este fue el procedimiento para conformar  los liceos Buenos Aires, Las Palmas y el Eladio Peña de la Rosa.

Nombrado los maestros y establecido el liceo como una institución oficial del Estado,  se daba inicio a la lucha por la construcción de los Planteles.

Todavía recuerdo el lio con José Michelen, funcionario del gobierno de Salvador Jorge Blanco quien se comprometió en nombre del gobierno a construirnos cuatro aulas en los terrenos de la escuela pública de Herrera donde recibían docencia una parte de los alumnos del Liceo Buenos Aires y nunca nos cumplió. Al final las levantamos con nuestras propias manos y con recursos aportados por la comunidad educativa.

El liceo Buenos Aires tenía sus estudiantes repartidos en varias edificaciones, tales como el Colegio Nazaret, la escuela de Herrera y una casa  en construcción (que llamábamos “el refugio”) cedida mediante  convenio de alquiler por uno de los vecinos de la calle Juanico Dolores,  mejor conocida como” la calle de  los camioneros”; precisamente en esa misma calle funcionaba la dirección del Liceo Nocturno Buenos Aires en la casa que está justo al  frente de la Escuela de Herrera. Otra parte de los estudiantes del Liceo recibía Clases en las aulas de la Escuela Duarte cuando esta operaba en la calle El Sol casi esquina Cristóbal Colon.

Grandes jornadas de luchas libramos para lograr nuestro propósito de que se construyeran las plantas físicas que hoy alojan a esos centros educativos. Más de uno de los jóvenes dirigentes estudiantiles de la época sufrimos de las persecuciones y encarcelamientos por  ser considerados “comunistas y agitadores”

Los profesores de la época jugaban un destacado papel, pues a mas de servir de maestros forjadores de conciencia cívica y patriótica para sus alumnos,  ayudaban en la orientación del movimiento estudiantil a fin de que este no fuera penetrado por los grupos de lúmpenes que sin comprensión del por qué, de  aquellas luchas,  muchas veces actuaban como fuerza de choque, ya que veían en los líderes estudiantiles “rivales” a sus propósitos de supremacías.

Recuerdo a un grupo de jóvenes universitarios que asumieron con patriotismo ,gallardía, entereza, fuerza de voluntad, dedicación y desinterés aquella noble tarea de acompañar a los más jóvenes a encontrar solución, en la zona, a nuestras necesidades de educarnos.

Sabiendo que la memoria traiciona y pidiendo perdón adelantado a los que no menciono, recuerdo con profundo aprecio a: Lourdes Méndez, Víctor Pérez Garrido y a Lucia, Rafael Arias Lara y Carmen Onidia Disla,  Arsenio de la Cruz, José Miguel Gil Sena, Luis Gil Sena, Nerys Pacheco, Eddy de los Santos, Oneida Ciriaco, Margarita Camilo, Bienvenida Bonilla, Mérido Sánchez, Altagracia Rodríguez ,  Gustavo Calderón, Nelson Amaro, Luis Díaz, Blas Peña, Pericles Romero y a Francisco Alcalá, todos comprometidos o militantes del Partido de los Trabajadores Dominicanos y  relacionados con la desaparecida Unión Patriótica Anti-imperialista, UPA,  ya que hicieron posible la instalación de estos liceos secundarios en nuestra localidad.

Elías Tejada, Luis Castillo y Winstong Perdomo que no eran relacionados con la Línea Roja del 14 de Junio, fueron también miembros de aquel grupo de pioneros que con trabajo, dedicación y sacrificio contribuyeron a la más importante obra realizada en beneficio de la educación pública en nuestra localidad.