Hasta ahora, las esposas de los presidentes dominicanos han tenido como característica común el ser finas y agradables señoras, sin otra importante función al lado de su marido que aparentar ser el símbolo de la unidad familiar del Primer mandatario de la Nación. Regularmente se envuelven en actividades caritativas, pero esa labor que identifica casi siempre a las Primeras Damas, se limita a un trabajo social que puede ser capitalizado por sus maridos, pero nunca por ellas mismas.

Algunas de estas mujeres han tenido grandes luces intelectuales y a otras le adornan méritos indiscutibles de abnegación a su esposo y entrega familiar. Entre estas últimas podemos citar a Doña René Klang de Guzmán, doña Rosa de Mejía, doña Leticia de Jorge Blanco y doña Carmen Quidiello de Bosch, quienes por su tímida participación en el escenario gubernamental, se constituyeron  solamente en la representación de la unidad familiar del mandatario.

En ningún caso estas mujeres han ejercido la política como actividad profesional. ¿Por qué? Sencillamente porque no se ha dado la situación de que los políticos dominicanos que han ocupado la presidencia de la República eligieron compañeras que ejercían su misma actividad y estas, tampoco han utilizado el nombre de sus esposos para "engancharse" a la profesión política bajo la sombra de su marido. Ni siquiera lo hizo la ilustre Doña Trina de Moya (esposa de Horacio Vásquez) o Doña María Martínez (Esposa de Rafael Leónidas Trujillo), la primera con grandes méritos intelectuales y la segunda, esposa de quien ejerció un poder omnímodo, ambas pudieron capitalizar la situación particular que le favorecía.

Con Doña Margarita Cedeño de Fernández tenemos un caso muy particular. Como sus antecesoras, tampoco tiene historial político, pero contrario a las primeras, sí está empeñada en ese menester tras la figura de su marido, de quien  ha querido seguir la profesión. Quizás entiende que "eso se pega" o que un liderazgo político se puede construir de un día para otro y ahí la tenemos como advenediza en un partido de tanta gente de amplio historial político.

Como era de esperarse, doña Margarita está ingresando a la política a través del Partido de la Liberación Dominicana, del cual, su marido es Ley, Batuta y Constitución. Es Presidente de la República y Presidente del Partido. Aunque por esta razón se podría suponer que la dama iría "en coche" con sus aspiraciones en el PLD, no ha sido de esta manera. Ella es un "pino nuevo" que hace pinitos en un partido de "generales" y "viejos robles". Desplaza a gente importante que tiene espacios ganados y esto crea confrontaciones.

El primer gran choque en este sentido fue durante la selección de los precandidatos presidenciales. Ella aparecía entre "los posibles", pero las presiones internas en contra de sus aspiraciones la obligaron a declinar. La dama bajó la guardia, pero era el primer match de una larga pelea  en la cual no estaba dispuesta a tirar la toalla en forma definitiva.

En esa primera etapa, hasta se dijo que el esposo estimuló la retirada. Pero aun faltaba el round de la carrera vice presidencial, el cual parecía el verdadero objetivo de ella y su marido. Pareció que el esposo estuvo en su esquina, le alentó y hasta dio algunos golpes bajos al candidato presidencial para que la aceptara. Al final, el mandatario, levantó las manos a la ganadora y el vencido, como si los dos fueran triunfadores.

Unas declaraciones anticipadas del inquieto Félix Bautista afirmando su selección antes de que lo hiciera el candidato, la publicación de una encuesta que daba "ganador con un amplio margen" a Danilo Medina si llevaba a la Primera Dama como compañera de boleta y otras maniobras del equipo de hombres más cercanos al Presidente, convertidos en fervientes partidarios de la candidatura vicepresidencial de la Primera Dama, dejaron claro la presión que se ejercía para lograr su inclusión en la boleta peledeísta. Cuando el hecho se produjo, nadie dudó que fue impuesta casi compulsivamente.

Bien temprano  el Presidente empezaría la preparación de su esposa para esta aventura en el campo político. Debió pensar en algunas cosas que nunca olvidan quienes desean "lanzarse"; 1ero., alentarla para que se diera a conocer ampliamente en una actividad social y "sin propósitos políticos" (mascarada para ganar simpatías) y 2do., era necesario asignar un buen presupuesto al Despacho de la Primera Dama (DPD) para las actividades caritativas "desinteresadas" que luego capitalizaría políticamente.

El presupuesto del DPD para el año 2004 fue 67.6 millones de pesos. Pero ya para el 2005 fue elevado en casi un 150%(RD$150 millones). Esta asignación se fue incrementando anualmente en forma sostenida, alcanzando algo más de RD$660.2 millones para el 2011 (el presupuesto de la DNCD para el año 2012 es deRD$454.4 millones). Esta millonada debió alcanzar para algo más que la ejecución del Plan Operativo Anual de ese despacho. No hay dirigentes peledeístas pobres y eso había que resolverlo con un presupuesto superior a muchos Ministerios. La dama, inteligente y resuelta, ha sabido emplear su presupuesto y ya es una peledeísta con todos los "atributos" que adornan a los demás. Económicamente está "calificada" para ser candidata.

Parece que su esposa, es la ficha que tiene el mandatario para dar continuidad a su control absoluto del poder en el gobierno, aun más allá del 16 de agosto del 2012. Con mayoría en el Poder Legislativo y teniendo poder decisivo en la designación de los miembros del Poder Judicial, en los de las Altas Cortes y en la Junta Central Electoral, al salir del gobierno en el 2012, le interesaría extender su mano hasta el Poder Ejecutivo, para el caso del triunfo de Danilo Medina con quien las relaciones no han sido muy buenas en los últimos tiempos.

La Primera Dama y  su esposo han podido conseguir la "escogencia" de ella por Danilo Medina como compañera de boleta, pero hay otros inconvenientes más difíciles de salvar. El problema es que la han escogido para impulsar una candidatura muy pesada por el gran descrédito del gobierno.

A pesar de los esfuerzos de los promotores, hay  dificultades que se deben enfrentar. Se trata de hacer con la Primera Dama, una campaña paralela a la de Danilo Medina. Ella estaría propugnando continuar "el progreso" (de su esposo en el gobierno), mientras Danilo se empeñaría en "arreglar lo que está mal", son previsibles conflictos frente a la sensibilidad de un gobernante que no entiende haber hecho nada mal.

Sin embargo, con dinero, agallas y publicidad todo se puede y los "bellacos" que han estado detrás de la candidatura de la dama, apuestan a que ella desempeñe un papel decisivo en estas elecciones empleando esos recursos. Ellos están dispuestos a todo para conseguir el triunfo del binomio. El éxito garantizaría muchas cosas, sobre todo, seguir la fiesta del enriquecimiento y la impunidad por el modo de hacerlo.

La tensión entre el candidato presidencial  y su acompañante en la boleta morada, ya ha hecho su aparición en las actividades que se han hecho después de su selección y es previsible que esa tensión valla para lejos. En el hipotético e improbable caso del triunfo del binomio Danilo-Margarita, habría que pensar en la inevitable pugna de poderes entre dos poderosos despachos.