Miles de niñas y niños fuera de la escuela, una afirmación que ha  de  provocar gran asombro en la sociedad dominicana; máxime cuando por la vía de la exitosa campaña nacional de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo” se está próximo a declarar al país libre de analfabetismo en las personas adultas.

La recurrencia en el tiempo  de niñas y niños fuera de la escuela en las edades del Nivel Primario, es decir de 6 a 11 años,  junto a los aun  altos índices de repitencia, deserción escolar y los graves problemas de calidad, tiene entre sus consecuencias producir en el tiempo nuevos analfabetos funcionales.  Y lo que es más grave aún, el impacto futuro  en el incremento del desempleo y del empleo informal, baja calidad del empleo formal,  pobreza extrema y otras formas en las que se expresa la indigencia.

De acuerdo al Informe Global de Competitividad 2014-2015 la tasa neta de escolaridad  de la República Dominicana para el Nivel Primario es de 85.6%, ocupando la posición 110 de 144 naciones del mundo. Hay que entender que en las estadísticas educativas no es lo mismo la tasa bruta de escolaridad que la tasa neta. En la tasa bruta  se toma en cuenta todas las niñas y niños inscritos, independientemente de la edad para dicho nivel o grados; lo que oculta que niños fuera de la edad  están ocupando el lugar que les correspondería a otros de las edades respectivas.

El 14.4% que indica la diferencia de la tasa neta de escolaridad con respecto a la población total para el Nivel Primario en la República Dominicana equivale a más de 150 mil niñas y niños. Una cantidad inaceptable en la época actual en la que otros países de nivel socioeconómico similar a la República Dominicana han logrado la cobertura  neta total, no la cobertura bruta total como erróneamente  a veces se interpreta.

Hay que hacer visibles esas niñas y niños fuera de la escuela. Se necesita un trabajo de supervisión directa  en el terrero, indagar en las escuelas en las cuales se agotaron los cupos y darle estricto seguimiento. Es un derecho y una obligación, así consignado en todas las constituciones en más de un siglo.

Se hacen loables esfuerzos aumentando aceleradamente  el número de aulas para ampliar la cobertura y otras facilidades educativas; pero hay que hacer conciencia del extraordinario retraso y los grandes desafíos del país en un área crucial como es la educación, y la inaceptable realidad de más de 150 mil niñas y niños fuera de la escuela.