La situación económica es uno de los temas de Davos, no el único. Este año las reuniones se harían de manera virtual. Habría que esperar a las ruedas de prensa para que se nos diga cuáles fueron las conclusiones del encuentro.

Me pareció que Greta Thunberg debía estar en el sitio. Ahora, la última noticia sobre Thunberg es que fue nominada no para el Oscar, sino para el Premio Nobel de la Paz, junto a Donald Trump, el que viste y calza. ¿Habrá recibido Trump la noticia en su casa en Palm Beach?

Aquí, en el país, me lucía atractivo el asunto de las ballenas jorobadas que habían llegado sin ton ni son y ya comenzaban a ser vistas en un lugar propicio para tal actividad. Podemos verlas en la concurrida zona de Samaná y en Puerto Plata. Le preguntaba a alguien sobre el asunto y esta persona me recordó a otra que había dicho, ya en altamar: ¡Por los niños, por favor regresemos a la costa!

Con un fondo de Modjo, me dí cuenta que esto es una experiencia inenarrable. Pero como iba diciéndoles, en Davos todo ocurre de manera fenomenal. Allí, como sabe todo el mundo, se reúnen miles de millonarios para trazar políticas de toda índole. Se requiere esperar el documento final para ver las conclusiones.

Este año, las reuniones se harían de manera virtual debido a la covid-19. La pandemia ha hecho que cambie la manera en que nos relacionamos. Algunos lamentan los brindis con champagne. Ahora todo ha cambiado por una fría pantalla. Como se trata de no tomar bebidas alcohólicas en las sesiones virtuales, puede decirse que este año en Davos falta el champagne. No es un misterio que el tema de la pandemia ha sido el más debatido por todos los países. Las declaraciones están en los medios.

Me pareció que esta reunión tenía que ser vista con ojos adecuados. La pandemia no era una broma como ha dejado establecido una realidad mundial acuciante. A muchos les parece que la OMS no ha hablado mucho. Se considera que todo lo que se diga será en beneficio de entender este problema que hunde sus raíces en Wuhan, China. Otros consideran que los protocolos se han seguido. Sin embargo, las cifras aumentan de manera escandalosa en algunos países. Se investiga hoy el origen de la pandemia, pero todo bajo la más estricta seguridad.

El tema de las vacunas ha copado todos los medios. En todas partes, la vacuna acapara la mirada de todos. Hay países que no saben cuándo comenzarán a vacunar, aunque ya hayan puesto fecha y hayan contratado. Hay factores impredecibles. No todos los especialistas en vacunas dominan el tema de la logística. Aquí en Santo Domingo esperamos que este mes pase rápido.

No era un chiste aquello de las teorías de conspiración. Es como si estas hubieran cobrado fuerza en los últimos meses. Ese escepticismo que muchos decimos tener, puede resquebrajarse de manera rápida cuando se nos habla de vacunación. No queremos que todo esto falle, y surjan nuevas cepas del archireconocido virus. Uno espera que las autoridades de Salud Pública tengan la habilidad de saberse comunicar con los medios: la gente necesita mucha información ahora. Las vacunas deben llegar a tiempo, y los dominicanos seremos vacunados. Algo que hay que notar: existe un porcentaje importante de la población que dice que no aceptará ninguna vacuna, llámese como se llame.

Quedé con el tema de las ballenas jorobadas. Vienen de la zona norte del planeta y en un espectáculo finísimo –sin precedentes– podemos verlas aparearse en el mar: cuando copulan dan un salto que vale todo el precio de la experiencia. Los turistas las miran cada año y se sienten impresionados con la belleza del momento. Es de entender la preocupación de las autoridades de turismo y ahora más con la cancelación de los vuelos desde Canadá. Todo se ha hecho para evitar complicaciones en medio de un problema de salud que todos manejamos ahora. Nos hemos convertido en especialistas en el mundo pandémico, a base de continuas informaciones en los portales de la web y en las redes sociales.

Nota: según expertos consultados, los indios taínos no tenían instrumentos para tener una cultura de ballenas que, por supuesto, no fue cronometrada por el cronista Sánchez Valverde.

Nota segunda: lo que ocurre en Davos nos importa mucho como país. Nuestra relación con el mundo debe ser transparente en una comunidad que se ha convertido en la archireconocida aldea global que pronosticó Marshall MaCluhan.