El presidente Danilo Medina, el ex gobernante Leonel Fernández y la vicepresidenta Margarita Cedeño deben prestarles a los aspirantes presidenciales de su partido lo que ha sido “su manual secreto” para conquistar las bases peledeístas y  las masas en general.

Los precandidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) enarbolan el discurso de la “alternabilidad”. Dicen que Fernández ha gobernado tres veces y ahora ellos merecen su oportunidad.

Los precandidatos  y sus familiares tienen entre nueve y 13 años en sus cargos  y no quieren renunciar para dar oportunidad a sus desempleados compañeros del PLD. La alternabilidad es buena para una cosa y mala para otra.

Lo peor es que en ese tiempo sus oficinas tuvieron cerradas a las bases del PLD, a la que hoy acuden en busca de apoyo. Tampoco han tenido un desempeño tan eficiente y honesto que la población los quiera para Presidente.

En su ignorancia de la propaganda política, creen que, a tres años para las elecciones, el anunciar su candidatura es un aval.

Danilo se adueñó de las estructuras del PLD y nunca dijo que aspiraba a nada. Su buen trato con la gente, cuando fue ministro y fuera  del poder lo llevaron a la Presidencia.

Sus oficinas siempre estaban repletas de peledeístas y a cada uno los llamaba por su nombre. “Si no sé el nombre de un compañero, sé de dónde viene. En política no es aspirar, es que te aspiren, es tener fuerzas que te impulsen, que se muevan detrás de ti”, me dijo Medina, en una entrevista en la campaña electoral.

Ahora, por su cercanía con el pueblo,  hay sectores que piden la reelección de Medina. Y muchos sueñan con que Leonel no aspirará en el 2016. Él ejecuta un trabajo silencioso dentro y fuera del país preparando su regreso al poder.

La Vicepresidenta nunca dijo (ni dice) que aspiraba. Aprovechó su trabajo en el Despacho de Primera Dama para conquistar sectores pobres, la juventud y la mujer. Al decir que aspiraba ya tenía el trabajo hecho. Ahora está en lo mismo.

Para citar algunos casos. A Francisco Javier García, ministro de Turismo, los peledeístas lo ven como elitista, arrogante y acaparador de los empleos para sus familiares, incluyendo, su cuñado Ramón Rivas. Además de los cuestionamientos al origen de su fortuna. García promociona su candidatura diciendo que es un enviado de Dios.

Lo primero que el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, debe quitarse es de la imagen dura de burócrata. El “Clan Montás” también  acapara los empleos. Su hijo, Juan Carlos, es viceministro de Obras Públicas y del Consejo de Administración de Autoridad Portuaria.  Su hermano Rubén es director de Edesur.

Los Montás son  impopulares en su natal San Cristóbal, a todas las posiciones que aspiraron fracasaron. El ex diputado Gamalier Montás fracasó al tratar de reelegirse. El ex síndico José Montás perdió de Raúl Mondesí,  los peledeístas votaron por el ex pelotero.

El precandidato Francisco Domínguez Brito es honesto, mas como senador por Santiago no exhibe ningún logro. Como procurador general, su papel frente a la corrupción, que se traga el país, ha sido pobre, excepto por el intento fallido de enjuiciar al senador Félix Bautista.

La moraleja es que la gestión de un funcionario habla por él, su mejor vocero es el buen desempeño en el cargo.