El sello indeleble de Balaguer queda indudablemente impreso en las huellas de las páginas truculentas del hacer de los dos gobiernos del PLD.
Leonel se administró con el sabido estilo de Balaguer; darles de lado a los cuestionamientos de los opositores, construir elevados y obras suntuosas con sus consecuencias de crear una elite de ricos, producto de las ganancias espurias y las comisiones que generan las obras de ingeniería.
Así se formó una "casta" patrimonial o consorcio económico, como atinan llamar otros, que sustentan con su poder financiero la permanencia en el poder de un solo partido con aliados subalternos en la República Dominicana.
Estos últimos se agencian entrar en el círculo de mando y exaltan sus hazañas hegemónicas con la finalidad y propósito de recibir canongías y prebendas , en algunos casos posiciones menores en el aparato del Estado.
Han acordado llamarle Bloque Progresista, que nada de progresista podemos apreciar en sus formulaciones y comportamientos, aunque no es lícito regatearle la posesión de una oratoria traviesa, ditirámbica, monótona y fluida, de convicción atrapadora, donde se cuela la mentira con ribetes de certeza para los bisoños en política y estudiosos pocos críticos.
El Presidente Danilo, sin importar sus diferencias de aquel Leonel por la brega del control del Partido para domeñar en última instancia el aparato del Estado, prendado con ahínco exaltado en el lema de " servir al Partido, para servir al pueblo"; continúa profundizando en el ejercicio del poder acrecentando el poderío de la cúpula de ese Partido; nuevas obras de construcción ( elevados y circunvalaciones ), que buscan apuntalar al consorcio financiero partidario y de paso conformar una elite, como en efecto se constituye con los recursos que generan esos proyectos.
El 4 por ciento para la educación, sin proponérselo, porque se opusieron radicalmente, al final vino a ser tabla de salvación y acumulación de riquezas para su estrategia de venta y publicidad en la campaña presente. Construcciones de escuelas y desayuno escolar con la única mirada de proteger a sus secuaces, conmilitones y militantes de la "causa".
Y como lo que interesa es el resultado político, descuido en la nombrada "revolución educativa"', que de revolución para transformar el sistema educativo, no tiene nada; aunque sí de revolución para abultar los bolsillos y cajas fuertes de los peledianos.
En verdad, que hasta ahora les ha salido el tiro por la culata a los forjadores del programa de lucha amarilla de la sociedad civil, que no se percataron de este uso tramposo y vil que aprovecharía el candidato Danilo: uno no sabe, para quién trabaja. Nueva vez la mecánica de Balaguer se asoma con su tinte mañoso en los despropósitos del gobierno del PLD.
Ustedes al igual que yo están abrumados y es posible que la rabia emerja de sus entrañas con todo su ardor volcánico, cual lava erupcionada de aquel Volcán del Agua en Guatemala, por la soberbia que exhiben y el ansia que desborda los límites de la prudencia en el PLD; parece brotado de una pesadilla cruel la presencia abusadora de la propaganda y vallas que cual maleza nos golpean la vista en carreteras físicas y virtuales, en la televisión y la radio, intentando aplastar la conciencia de los dominicanos para que se posen en la impotencia.
Todo el poder para un partido único, tal como dije y describí en un artículo anterior; todos los caminos van a una dirección y meta. Helo aquí: 1) encuestas maquilladas con numeritos inalcanzables prefabricados; 2) publicidad atropellante en todo derredor con recursos del Estado; 3) uso de yipetas y equipos ensordecedores en caravanas; 4) en la pantalla de la T.V. como en periódicos virtuales las explosiones sorpresivas y molestosas de spots intrusos a su vista y lectura; 5) la presencia deshonrosa y desigual de bocinas periodísticas a montones, que se arremolinan para provocar impotencia en la población y los opositores y para no decir más; 6) la circulación de papeletas de activistas en la persecución de votos comprados al mejor postor en la fiesta de campaña, que se acrecentará en la medida que se acerque el 15 de mayo. Es la construcción de la tragedia en antinomia de una nueva versión de Baltasar Gracián: El Arte de la Imprudencia y su actor-ejecutor, el Presidente Danilo Medina, a quien le aconsejaron actuar y no hablar. (Léase Joao Santana).
En verdad que esta carencia de prudencia en la campaña de Danilo es un mentís total a lo sugerido por el letrado sacerdote español del siglo XV11, Baltasar Gracián. Veamos que nos sentencia en "No crees demasiada expectación"
"Es frecuente que lo muy celebrado antes de realizarse, parezca después menos que la expectativa que se creó. Nunca lo real ha igualado a lo imaginado…. La imaginación se casa con el deseo y crea una fantasía…." (Gracián, p. 40). Saque usted sus propias conclusiones de tantas fantasías inventadas, al colmo de meses atrás colocar en un 80 por ciento de simpatías al candidato Danilo. El objetivo es crear la percepción de impotencia en los espectadores, oigan bien "impotencia" y algunos se lo están creyendo. ¡Válgame Dios!.