Las últimas maniobras políticas en la que ha incurrido Danilo Medina para mantener  contacto con un segmento numeroso  y poco analítico de la población, es un claro indicio de un liderazgo en declive y muestra de la inevitable desconexión con una clase media que había sido en todos estos años, la plataforma social que servía de base de sustentación electoral de los gobiernos del PLD. Asimismo, la evidente debilidad estructural que padece el gobierno y la timidez con que se enfrentan los flagelos, nos llevan a entender que hacía falta redefinir la estrategia, utilizando como blanco, un nuevo pero más dócil rebaño.

Medina utiliza desde su arribo al poder, el mecanismo del entretenimiento como fuente idónea para reducir la insatisfacción generada por promesas incumplidas y los efectos que generan las de denuncias de enriquecimiento ilícito de la camarilla que le rodea. Ha centrado una falsa popularidad en la ignorancia de los humildes y el acceso a una fuerte propaganda que paga con nuestros impuestos. Por eso no es difícil descifrar el motivo que produjo la visita de un prestigiador que coadyuva a mantener bajo el manto de las estrategias de manipulación a la gente humilde.

T B Joshua, o como sea que se llame al farsante, funge como respuesta al desgaste que sufre Danilo y viene a reforzar una estratagema gubernamental que además de cirquera, nuclea al gobierno con sectores cuyo mayor beneficio es construir desde su espacio social, nichos de ignorancia que conlleven  al pueblo a una especie de espejismo que algunos llaman Dios. Todo eso; con la más absoluta seguridad de que la inexistencia de los milagros y que: Dios es una idea que tuerce todo lo derecho y que tira al suelo todo lo que está de pie. –Friedrich Nietezsche-.

Dentro de este marco de ocultamiento de los temas importantes para el desarrollo de las personas, con tácticas aplicadas desde palacio sobre la base de la fe, y respaldada por una clase política, cuyo objetivo único es la acumulación salvaje de capital. Languidecen en manos de los peledeistas de Danilo; el sueño de lograr una mejora sustancial de todos aquellos que alguna vez apostaron al adecentamiento del aparato estatal, y perdieron toda ilusión respaldando a quien juró en la tumba de su líder,  honrar su ejemplo y hacer un gobierno para los pobres.

Es preciso decir; que aun los muros que se erigen con la intención de tapar visibilidad a la ignominia con que se dirige el Estado; persiste la indignación que expresa la ciudadanía, algo que tiene a los carpinteros del presidente notablemente desesperados. El camuflaje que no ha sido del todo efectivo y existen aunque dispersos, focos de resistencia al robo de ODEBRECHT, la fuga de Quirinito, el crimen de la OMSA contra Yuniol Ramírez, la fétida estructura corrupta que ellos llaman  justicia, y a la falta de seguridad ciudadana, entre otras.

Por ello, Danilo se arriesga como última alternativa, a cruzar el puente  ideológico que existe entre la clase media y aquellos que capitalizan la  ignorancia por vías del protestantismo de espectáculos, en aras de seguir ordeñando la teta pública. Ha decidido establecer comunicación con una comunidad a la que se le exige sacrificios en vida para resarcirlo después de muerto. Porque como diría Ellen Meiksins Wooden una crítica a la antigua Roma. Ninguna administración en la historia se ha dedicado de manera tan entusiasta e incondicional a desplumar a sus súbdititos, en aras del beneficio privado de su clase dirigente.