El huracán Matthew, recientemente azotó varias ciudades del sur de Haití, dejando cientos de personas fallecidas, heridas y  millares de viviendas destruidas de manera total o parcial.

Las aguas y los vientos del huracán Matthew, además, destruyeron puentes, carreteras e hicieron colapsar el servicio de electricidad por el derribo de los postes del tendido eléctrico.

Ante esta penosa y lamentable situación para los que pensamos como cristianos, nuestro Presidente Danilo Medina se trasladó a Haití, para darles en principio un respaldo moral al Presidente interino Jocelerme Privert y al pueblo haitiano.

Pero, además, sin muchos rodeos ni titubeos el gobernante dominicano convocó a un Consejo de Gobierno el pasado lunes, para darles las instrucciones precisas a los ministros sobre las necesidades más prioritarias para Haití.

De inmediato los sectores insensatos y recalcitrantes de nuestra sociedad dominicana, emprendieron una campaña en contra de la disposición Presidencial de ir en auxilio de esos seres humanos que, debido a la tragedia del huracán Matthew, han quedado literalmente “como llegaron al mundo”, sin nada. Por suerte, la República Dominicana no sufrió los embates de Matthew con la misma fiereza con que impactó a los países hermanos de Haití y Cuba, entre otros.

Debemos de pensar que donde comen dos, pueden comer tres y hasta cuatro. Debemos comenzar a entender que la vida es de paso, que debemos ser más solidarios acogiendo el refrán que reza “hoy por mí, mañana por ti”, que somos un país que también está expuesto a huracanes y terremotos

Es cierto que en la República Dominicana se arrastra una vieja deuda social que afecta a los sectores más pobres del país, que en muchos casos están vivos por la divina gracia de Dios.

Por cierto que esos, los más pobres, han aprendido a dar de lo poco que tienen porque son los que verdaderamente saben lo que es no tener nada.

Estos pobres dominicanos aportan siempre aunque sea con una limosna, pero los que se han enriquecido haciendo negocios turbios y muchas veces cuestionables son los que no aportan absolutamente nada, al contrario pagan para incitar, para crear el caos, las protestas y otras artimañas porque es lo que siempre les ha dado resultado desde el punto de vista económico.

Felicitamos al Presidente Danilo Medina, por su rápida solidaridad y apoyo al Gobierno de Haití y a todos los haitianos y haitianas que están sufriendo en carne propia en estos momentos las secuelas dejadas por el huracán Matthew.

Debemos de pensar que donde comen dos, pueden comer tres y hasta cuatro. Debemos comenzar a entender que la vida es de paso, que debemos ser más solidarios acogiendo el refrán que reza “hoy por mí, mañana por ti”, que somos un país que también está expuesto a huracanes y terremotos, como ha ocurrido en siglos anteriores.

Y por último, debemos tener presente que somos una isla compartida por dos naciones diferentes, con culturas diferentes, con criterios propios, pero que no deben de ser enemigas. La lección es que República Dominicana y Haití deben de convivir aunque sea como un matrimonio obligado.