“Tanto va el cántaro al río, hasta que se rebosa”. Esta frase proverbial del ingenio popular dominicano, describe de cuerpo entero el alma de quienes reducen el destino y la paz de un país a su interés personal y pretensiones desmedida.
Él mismo que en el 2015 postuló en la Asamblea Nacional la modificación del art. 124, él mismo que en su condición de senador y miembro de la Asamblea revisora de la Constitución, propuso el cambio de modelo en la elección alterna entre periodo y otro de la presidencia de la República. Es el mismo que caminó, cuál Jesús de Nazaret en las aguas del lago de Galilea; sólo que el amigo en cuestión, lo hizo esta vez sobre el lodo moral sinhundirse en el fango de la inmoralidad.Esel mismito que desafió el orden institucional de la autoridad de su partido, enmendándole a su presidente la plana, haciendo saber al auditórium oyente el pasado 27 de febrero, de su docta ignorancia en materia de historia de la filosofía política y reglas de participación en la forma de ejercer el derecho de ciudadanía de los dominicanos y dominicanas.
Pero, también es el mismo, que hoy dice que no hay reelección sin la reforma y modificación de la Constitución, en otras palabras, sin repetir la historia del 2015. ¿Hasta dónde son capaces? Eso, como respuesta, es de todos conocidos, y yo diría hacia mis adentros, de eso y un poquito más son capaces. Ellos lo concibieron, lo redactaron, lo impusieron y sobrevivieron a sus propias incoherencias y dobleces moral con el indómito caballito de Troya llamado Vigésimo Transitorio, que más que una verdad constitucional de razón,es un axioma o verdad de hecho legislativa que construyeron de forma clara y distinta en su cuerpo prescriptivo constitucional, cuando dice:“Vigésima: En el caso de que el Presidente de la República correspondiente al período constitucional 2012-2016 sea candidato al mismo cargo para el período constitucional 2016-2020, no podrá presentarse para el siguiente período ni a ningún otro período, así como tampoco a la Vicepresidencia de la República”.
Sin mucho esfuerzo de convencimiento, el presidente de la República más que el discípulo del Dr. Tapia Espinal (+), senador y Secretario General del PLD; en sus estudios de Economía Políticaabrevó en las fuentes N. Gregory Mankiw y sus 10 principios de la economía, de quien solo voy su citar el Principio 2: “El costo de una cosa es aquello a lo que se renuncia para obtenerla. Debido a que al tomar decisiones los individuos enfrentan disyuntivas, es necesario comparar los costos y los beneficios de los diferentes cursos de acción que pueden tomar. Sin embargo, en muchos casos el costo de una acción no es tan evidente como podría parecer al principio…El costo de oportunidad de una cosa es aquello a lo que renunciamos para conseguirla”.
Renunciaron los danilista en su atropellada reforma continuista del 2015 a la posibilidad de regresar un periodo después, en cambio optaron de forma libre, voluntaria y avasallante por el nunca jamás, por un ahora y no después. El presidente del senado debe entender, y creo que lo entiende mejor que nadie, que nuestro modelo político asume y permite como forma de elección presidencial la reelección presidencial y vicepresidencial. Lo que no le esta permito al actual presidente en grado de impedimento constitucional, es volver a presentarse a este y a ni a ningún otro periodo, dicho de forma llana, nunca jamás.