Recibí una llamada de un amigo confundido ante la posición pasiva y sigilosa del presidente Danilo Medina en medio del caos institucional que ocurre en el país y en la frontera dominico-haitiana. La llamada me motivó a escribir mi percepción socio política y económica de esta insoslayable realidad. Espero arrojar luz ante tanta confusión y desinformación sobre el tema. Seré preciso y objetivo, resaltaré varias realidades y cómo el presidente Danilo está manejando estas variables.
– Unidad homogénea:
República Dominicana tiene una posición geopolítica muy inusual, estamos ubicados en una isla compartida con la nación de Haití; dos naciones marcadas por culturas, etnias y lenguajes muy distantes. Desde el punto de vista sociológico, la brecha del idioma, costumbres y creencias no nos ayudan a tener unidad homogénea, y esto crea distancia emocional que repercuta en la esfera de lo político y social.
– Realidad visceral:
Esto nos guía hacia una situación socio-económica que se da en todas las naciones del mundo; la emigración de un punto de pobreza en busca de mejoría y estabilidad social. Abraham Maslow en la jerarquía de las necesidades humanas contempla que la reacción normal de un pueblo o individuo con hambre es resolver su necesidad básica e inmediata, para los haitianos de bajo recursos eliminar el hambre es prioritario, buscan un espacio para llenar esta necesidad en la República Dominicana, aquí les ofrecemos fuente de empleo al país más pobre de América y el Hemisferio Occidental, Haití.
Es decir, Haití es el país con menor PIB per cápita y uno de los más desiguales del mundo. No sé si estamos entendiendo el cuadro social que Danilo Medina, debe enfrentar y solucionar dentro del marco de la legalidad y convenios internacionales.
El presidente Danilo no es una persona desconocedora de las realidades sociales, todos sabemos su capacidad de estadista y estratega en decisiones políticas, su silencio no debe ser fortuito, es un silencio planificado y calculado de manera futurista. Danilo también entiende otras variables:
– Que la Nación de Haití y República Dominicana se benefician de un mercado fronterizo, hay una codependencia económica que si se rompe o se fractura diezmará el PIB de la República Dominicana.
– Danilo también entiende y permite que el 85 por ciento de los que cosechan el café y otros productos en territorio dominicano sean haitianos indocumentados; no es necesario recordar que también en este comportamiento generado por la anarquía institucional se benefician los empleadores dominicanos y los empleados haitianos (en su mayoría sin seguro médico, sin protección social y no pagan impuestos al Estado Dominicano).
– El presidente Danilo también debería saber el estudio reflejado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), revela que la tasa laboral de los inmigrantes haitianos supera el 64 por ciento, mientras los nativos se sitúan en un 52.8 por ciento. Ejemplos de esto es la mano de obra de construcciones de casas, apartamentos, plazas y aún las obras pagadas por el Estado hechas por mano de obra haitiana.
La meta no es hacer una tesis de la realidad dominico haitiana, pero si queremos dejar claro que todo indica que Danilo Medina no quiere afectar su carrera política y reeleccionista ante un poder invisible y sensible. Ustedes recuerdan que el año 2013 hubo una sentencia judicial retroactiva a 1929 que despojó de la nacionalidad a unas 250.000 personas con padres extranjeros considerados “en tránsito”, la mayoría de ascendencia haitiana. Muchos miles fueron sacados o deportados de la República Dominicana y esto generó presiones internacionales, el gobierno de Danilo Medina queriendo perpetuarse en el poder intentó mitigar los efectos del fallo con una ley que devolvía la ciudadanía a unas 55.000 personas.
Quiero extrañar otra variable de corte político y reeleccionista que Danilo está manejando:
– Los votos de un sector de descendencia haitiana pueden darle el triunfo a Danilo Medina en caso que pase la reelección. Estos pudieran convertirse en una cuota de poder. Es aquí donde entra la parte patriótica compitiendo con el deseo de ganar más poder, el deseo de convertirse en un dictador elegido por las herramientas y canales de la democracia.
– El silencio de Danilo no debe ser casual, ni es ingenuidad. Dos fichas de dominó que pueden estar en la mente de Danilo es la permisibilidad del caos para desviar la atención del pueblo dominicano ante los problemas cardinales que mantienen este país en la pobreza e inseguridad. Y segundo, convertirse en un Alberto Fujimori para provocar una figura mesiánica y salvadora. Fujimori en el 1992 viajó a Ecuador para poner fin al conflicto territorial que existía por más de 50 años. El 90% del pueblo peruano le apoyó y Alberto Fujimori se convirtió en el redentor. Creo que Danilo Medina busca convertirse en el Don Quijote, enfrentando problemas reales y al mismo tiempo creando fantasías para que el pueblo le siga.
El presidente Danilo Medina debe hacer lo correcto dentro del marco de la ley, debe proteger los productores nacionales y crear una estructura que dignifique al extranjero. Debe poner fin al juego y a las fantasías que solo están provocando odio y distancia en medio del pueblo haitiano y dominicano. Danilo debe ser más estadista y menos político. El estadista piensa en las próximas generaciones y no solo en ganar las elecciones. Aquí termino con mis percepciones, esperando que el silencio sea roto y las realidades del odio y de abuso hacia el pueblo haitiano se conviertan en oportunidades para escribir otra historia en la República Dominicana. Donde impere la ley y no más el deseo hiperbólico de un individuo o partido.