El danilismo

“El lenguaje de la selva, sólo lo entienden las bestias (jtof)”.

Lo que aconteció el pasado martes 7 de agosto del presente año en la augusta sala de sesiones de la presunta honorable Cámara de Diputados, no tiene nada de arte y mucho menos de ciencia. Y peor aún, llamarle ejercicio político al mercado allí coronado, es la peor atribución y negación del verdadero sentido cultural e histórico de la política como ciencia.

Cuando para vencer usted tiene que recurrir a los medios más deleznables y a la fuerza destructiva, como sucedió, al margen de todo sentido de razonabilidad; es el mejor signo de que la caverna y la selva anuncian su regreso, anulación de la vida democrática y de la civilización de que hemos presumido.

No se necesita utilizar la bolita de cristal o los rituales de Papá Liborio, para predecir lo que sucederá en el Gólgota danilista o Senado de la República este jueves a la hora de nona cuando se crucifique la democracia dominicana, todo está dicho. El entramado político logrado de la forma que se armó en la Cámara de Diputados en un claro desafiante abuso de derecho para alcanzar la decisión antijuridica e inconstitucional con esta ley, no fue más que una garantía adelantada de lo que ya está asegurado en el Senado; sólo que esta vez, la votación de los senadores apunta a ser con resultados, más deplorables: fundada en Abulia parlamentaria y control absoluto avasallante.

Una garantía fundamental de todo estado derecho de una sociedad que se repute como democrática, es asegurar a sus ciudadanos un parlamento que legisle en favor de una democracia jurídica. Razón y compromiso ignorados el pasado martes en la Cámara de Diputados, comportamiento irremisiblemente destinado a suceder este jueves en el Senado de la República Dominicana, al ratificarse un proyecto de ley de Partidos con heridas en sus esencias por el vicio y el dolo de responsabilidad parlamentaria y obligación congresual.

¿Qué es la democracia jurídica? la Filosofía Política y de, forma específica el filósofo Mario Bunge, en su tratado sobre la referida temática, la establece de la siguiente manera:

“La democracia jurídica es, desde luego, lo mismo que la isonomía o igualdad ante la ley en una sociedad sometida al imperio de leyes equitativas. Sin embargo, este principio no se puede llevar a la práctica allí donde las leyes favorezcan a los poderosos o donde los ricos puedan darse el lujo de pagar un mejor asesoramiento jurídico que los pobres.” (Mario Bunge. Filosofía Política, Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral. Editorial Gedisa. Pág. 530)

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) se autojustifica en su proceder inconsistente de desmarcarse de la posición digna a que estaba obligado como responsabilidad política en el sentido de evitar la amenaza del absolutismo reeleccionista y relativismo moral danilista que se cierne sobre la democracia dominicana, el sistema de partidos y la constitucionalidad como valor sagrado de todo Estado Democrático. Y, lo hacen con la grave excusa de que el expresidente Leonel Fernández les quiere dirigir e imponer su interés. Pero, en cambio, ni les asusta ni les importa y, mucho menos les espanta, el dilema señalado, bajo una promesa del gobierno danilista de no reelección y dejarle el camino libre de Leonel Fernández.

Con este tipo de plan  y transacción política el PRM y los otros que apoyaron la aberración parlamentaria del pasado martes  se suman a una forma de poder y control político, alimentada por la corrupción política de Odebrecht y punta Catalina, que horas antes habían denunciado del danilismo, que  como cosa curiosa -ni más ni menos-  lo hicieron desde las mismas bancadas que usaron como catapultas para  apoyar el plan de destrucción del sistema democráticoy de partidos conquistado con sangre y fuego por el pueblo dominicano. Plan, éste, contenido en el modelo de primarias abiertas y predominio de las cúpulas oligárquicas, negociado y pactado por el danilismo y todo el que les respaldó el pasado martes para la aprobación de la mal llamada ley de partidos, con un consenso logrado de 153 votos alcanzados con la peor de las artes y la más amarga de las vilezas del mercado persa electoral dominicano: traición a los principios y compromiso con lo oscuro.

El Dr. Reinaldo Pared Pérez es colega de profesión y compañero de bufete de un amigo con quien compartí mis estudios de filosofía en Colombia, el Lic. José Altagracia Marrero, un apasionado de las lecturas de Og Mandino, de quien recibí la influencia para convertirme también en su lector, de este autor y su libro “El Don de la Estrella”, le dedico el siguiente fragmento al Dr. Leonel Fernández Reyna a propósito del llamado PLD Moderno de la estrella amarilla que nos abruma.

“Varno golpeó la mesa, derramando un poco de café.

– Ya sé… ya sé … No entiendes. A pesar de que has leído y estudiado tanto, todavía tienes que aprender en alguno de esos libros cómo fue que esta supuesta civilización moderna convirtió a toda nuestra gente Sami en abúlicos enclenques que ya no saben proveer a nuestra supervivencia, como lo hicieron nuestros padres y nuestros abuelos.”(Og Mandino y Buddy Kaye. El Don de la Estrella. Editorial Diana, pág. 60)