Esto está muy chulo y se pone mejor. En almuerzo del Grupo Corripio del pasado miércoles no sólo estuvo presente el Honorable Presidente del Tribunal Constitucional, Dr. Milton Rey Guevara   acompañado de una representación de magistrados del Tribunal debatiendo y razonando con el Maestro del Periodismo dominicano Juan Bolívar Diaz y un equipo de periodistas de los medios del Grupo Corripio. Por allí, gracias a la máquina del tiempo reeleccionista, también estuvo el padre de la teoría filosófica que ha dominado el enigma de la vida y la existencia, con el problema de interpelación del bien y el mal, o, materia-forma y esencia-contenido, me refiero al filósofo de la antigua Grecia, Aristóteles.  Sólo que la invitación se le hizo al padre de la dialéctica no por esta teoría filosófica, sino, por una pregunta formulada en el ambiente del encuentro almuerzo, provocada por el hecho del continuo vapuleo constitucional a que el   danilismo ha sometido la Sagrada Carta Magna.  La pregunta fue la siguiente, las imágenes con que se grafica son del autor:

¿Es la Constitución inconmovible cómo la roca o mutable cómo el mimetismo de la serpiente?  El Magistrado presidente se confesó ante esta pregunta aristotélico y, echó de las manos la teoría del “Justo Medio” del IV Libro de Aristóteles sobre Ética a Nicómaco, en la que el filósofo de Estagira abordó de forma reflexiva lo concerniente al extremo de la ambición excesiva y la indiferencia respecto de la Gloria. Definía en este tratado, Aristóteles, que “la virtud es un justo medio entre dos extremos.” Pero, y digo; pero, el magistrado presidente del TC no puede perder de vista que este equilibrismo constitucional con que juega en el orden de su discurso jurídico como respuesta, está atacado per se por la esencia misma de la teleología aristotélica y su justo medio, que reside a juicio del filósofo en la búsqueda de la felicidad, búsqueda consistente en que la cosmología y realidad ontológica de la naturaleza propia, es la racionalidad.

Mi pregunta al Tribunal Constitucional ¿cuál es el justo medio de los artículos 47, 48,49, 75, 124, 216 y 277 de la Constitución Dominicana y la ley 33-18, inobservados por el legislador en este último acto doloso llamado ley de partidos?

Hay más, ¿Cuál es el justo medio entre la reforma que ya se hizo y la que se amenaza con hacer?, ¿cuál fue su sentido y propósito de justo medio?

¿Cuál es el justo medio de la racionalidad constitucional y la irracionalidad constitucional de una reforma?

¿Por qué no satisfizo de forma definitiva la anterior modificación constitucional el interés del   presidente Danilo Medina Sánchez y por qué se hace necesario revolver lo jurado y pactado, cuál es su justo medio?

¿Cuál es el justo medio entre la ambición de perpetuidad de ayer y la de hoy?

¿Cuál es el Justo medio entre el Vigésimo Transitorio de la Constitución de 2015 y el art 124 de la misma Constitución?

Concluyo mi reflexión con el método socrático y su Mayéutica, y no con el Justo Medio aristotélico y su dualismo o doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos en que se afirman dos órdenes, órdenes analógicamente con racionalidad muy próxima al método salomónico del descuartizamiento.  Reitero, concluyo recordando al Magistrado presidente del Tribunal sobre su aristotelismo Constitucional de justo medio, con una llamada evangélica de Jesús de Nazaret en uno de sus momentos cruciales en la tierra, sobre el sentido de la verdad.  “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22, 15-21). ¿Acaso, hay un justo medio de la verdad y otro de la mentira sistémica? ¿Cuál es el justo medio de la anarquía del pseudoconstitucionalismo reformista y la racionalidad de la integridad de la constitucionalidad de la democracia jurídica del Estado?