“Nosotros necesitamos palabras no sólo para hacernos comprender por los otros sino para volvernos comprensibles para nosotros mismos” (Immanuel Kant).
Antes de entrar en una reflexión sobre Kant en su tesis sobre el silencio y la filosofía del lenguaje, quiero pensar, sólo pensar en aquellos animales vertebrados, sobre todo aquellos animales vertebrados que se caracterizan por su especial manera de andar arrastrando el vientre por el suelo para alcanzar avanzar. Algunos vertebrados de esta familia reptilia tienen el veneno no sólo en la lengua, sino, también en los colmillos. En nada pretendo hacer analogía del danilismo con esta especie a la que he hecho alusión en el comentario anterior.
Por más que piense que la conducta rastrera que han exhibido los danilistas de caminar desde el gobierno hacia un caos político con sus pretensiones reeleccionista desbordadas de creerse serpientes vertebradas que engullen la Constitución de República Dominicana disolviendo en sus odios y ambición todo sentido de verdad e institucionalidad. No haré la comparación con estos animales, ellos y su dios Prometeo de Arroyo Cano se siente iluminados con el derecho de hacer coca a la democracia dominicana y madurar con carburo anarquista todo sentido de paz y convivencia reglada por la norma Constitucional preestablecida.
Desde la otrora Comisión de Activistas del Partido de la Liberación Dominicana, se acostumbraron a que en cada Congreso Elector del PLD: a sustituir compañeros, despojar de candidaturas a otros, manipular las direcciones de los organismos para controlarlos, desacreditar y descalificar toda sombra o asomo de liderazgo distinto al de ellos e introducir el vicio para negociar a espaldas del Partido para obtener: cabezotes, apartamentos y presidencias en el Congreso Nacional.
Contemplar hoy impávidos y consternados como el Impedimento Constitucional negociado y consensuado de ayer, que se convirtió en el exitoso trampolín de reforma constitucional para la primera reelección de 2016, ahora, ese mismo objeto jurídico constitucional visto como necesario y justo en la reforma anterior; se convierte en muro a derribar con una contrarreforma carente del más elemental sentido ético de pudor e integridad, para las elecciones venideras de 2020-2024.
El danilismo ha hecho del lenguaje y las palabras su mejor recurso de distracción, que en algunos casos al expresarse uno que otro ministro y hasta legisladores, usted se pregunta por el grado lógico, de conocimiento y sentido de Estado que manifiestan en su significación ¿sin son estos que nos gobiernan en manos de quién estamos? Pues, tratan de imponer, como ha sido su costumbre, un pragmatismo político utilitario bajo el predicamento irracional de que todo lo que le sea útil y necesario para perpetuarse en el poder y construir una reelección infinita y autoritaria, lo harán. En otras palabras, parecen que están dispuesto a que esto sea a las buenas o a las malas. ¿y sí, estos no es estar a las puertas de una Tiranía fascista, entonces, a las puertas de qué cosa peor estamos?