Se considera y estima el Elogio de la Locura,  como una de las obras más influyentes de la literatura occidental y uno de los catalizadores de la reforma protestante. La locura la  presenta Erasmo  en su  obra como una diosa, hija de Pluto y de la Juventud (Hebe), criada por ebriedad y la ignorancia; entre sus compañeros fieles se encuentran Philautia (el narcisismo), Kolakia (la adulación), Leteo (el olvido), Misoponia (la pereza), Hedone (el placer), Anoia (la demencia), Tryphe (la irreflexión), Komos (la intemperancia) y Eegretos Hypnos (el sueño profundo).

En la obra se hace una relación puntual de las "ventajas" de la Estulticia sobre la Razón; señalando  cuán felices son los hombres cuando viven arropados por la necedad, situación de la que no escapan ni siquiera los Gramáticos, los Filósofos, los Teólogos, los Papas, los Obispos Germánicos, los Reyes ni los Príncipes. Además de ser designada con el nombre ya citado, también se le denominó como el Elogio  de la Estulticia o de las tonterías. Y por su amistad,  como el elogio de Tomás Moro.

Cuando esta locura llamada reelección hizo su aparición, sin dar paz ni tregua al espíritu y tranquilidad de todos, no nos quedó más remedio  que volver a releer esta obra de Erasmo Róterdam, y fijar la atención en los elementos que como núcleo  de análisis entreteje en su retórica el autor. Me llamó la atención no los dioses que  engendran la locura,   sino;  por quienes es criada la misma: ebriedad e ignorancia. Ahora, esta estulticia, locura  o tonterías,  como diría Erasmo,  tienen como compañeros en su cortejo   el narcicismo, la adulación, el olvido, la pereza, el placer,  la demencia, la irreflexión, la intemperancia y  el sueño profundo.

Ni Antonio Zaglul Elmudesí y “Mis 500  Locos”, como tampoco Erasmo Róterdam y su “Elogio de la Locura” alcanzan  a fijar una tesis  filosófica, teológica y psiquiátrica  con la que se pueda explicar  este fenómeno llamado “danilismo reeleccionista y su  desdén y patanería  por los valores democráticos y la palabra empeñada. Palabra empeñada en la que  ha proclamado el mismo sujeto   de “no más tiburón o pulpo manío”;    cuyo cumplimiento por parte del presidente Medina,  de asumirse,  como imperativo categórico moral,  sería  conducta digna de reconocimiento propia de una moralidad de Estado valiosa;  de la que, por el contrario,  no ha hecho gala  y ha  desdicho  el presidente y su séquito de gobierno.

Al Danilismo la genética política le traiciona cada vez que actúa. La ley de partidos y de régimen electoral  ha servido como una enzima catalizadora que ha hecho salir a flote   sus verdaderas  intenciones de poder: perpetuarse bajo cualquier parámetro. Ese pensamiento Culebra Blanca cuyo padre es Mijaíl Bakunin, cimentado en el nacionalsocialismo hitleriano y  su “Noche de los Cuchillos Largos u Operación Colibrí”,  es el suceso  o pensamiento y modelo político de Estado  que  hegemoniza en palacio de gobierno. Esa doctrina político-moral relativista pacoredo con la que se destruye el Partido desde el gobierno, “no es peledeísta  y  mucho menos boschista”, es la encarnación de la traición al   verdadero peledeismo.

Los Culebra blanca discípulos de Bakunin, siempre cercaron a Don Juan boicoteando sus decisiones y corrompiendo con la comisión de activista la pureza y honradez del partido. Nunca han explicado la crisis del Centro de Cómputo y su traición cuando Juan Bosch  ganó las elecciones  en 1990.  Como tampoco su oposición a que don Juan hiciera pública en el discurso de cierre de campaña de las referidas elecciones  su posición de diversificar con participación de los obreros las tierras del CEA  y  los ingenios azucareros.  En una Conferencia en el Centro UASD Barahona en 1988  había planteado y había advertido, don Juan, su tesis y visión profética sobre la crisis en el mundo de la industria del azúcar.  Organizó esta actividad el  otrora director del Centro UASD Barahona  Eddy Mateo Vásquezy  el autor de esta columna el maestro  de ceremonia monitor  de la actividad.

Este grupo del danilismo-OTAN siempre hizo lo suficiente y lo necesario para que  don Juan no fuera presidente y llegara al poder. Vendieron,  como muy bien saben  hacer  con sus técnicas  y métodos de propaganda nazis, hoy actualizada por Joao Santana,  su estrategia de desfiguración y descalificación  de Juan Bosch como hombre temeroso del poder; ayer lo desacreditaron a él, hoy,  su mejor legado el Partido de la Liberación Dominicano.

Los hijos de Bakunin están dispuestos a hacer  con quien se interponga en su camino y su locura de perpetuidad  y reelección,  lo mismo que hicieron con don Juan: al que no puedan comprar;  avasallarlo, descalificarlo o desacreditarlo.