Tanto la curaduría como la museografía son dos oficios y perspectivas profesionales que suponen dos orientaciones productivas conformadoras de la actividad expositiva. El curador y el museógrafo son dos profesionales de las artes visuales que justifican el espacio-tiempo de productos artísticos en un espacio museológico y comunicativo.

Es importante destacar  que el curador equivale a lo que en muchos lugares de Europa es el comisario, de tal manera que curaduría y comisariado se utilizan como sinónimos de aquellos sujetos responsables de construir el espacio comunicativo y significante del hecho expositivo y su fuerza interaccional.

Ambas prácticas junto a sus valores han hecho posible la vía de acceso público de la obra de arte y del trabajo artístico; lo que implica una axiología, un trabajo contextualizado y una valoración selectiva del proceso comunicativo (expositivo) de la obra de arte.

En el caso de arte dominico-caribeño, el surgimiento del curador y del museógrafo constituye un hecho reciente y empieza a desarrollarse como oficio a partir de los últimos 40 años donde tanto la reflexión como los metasaberes intentan explicar la división posible e individual del intercontacto obra- espectador,  obra-condiciones de producción y posibilidad, arte-lenguaje, sujeto creador/sujeto-espectador.

Este proceso que es a la vez estético cultural, explica muchos niveles de relación entre el artista, la obra y espectador. Curar la obra significa orientar y trazar críticamente su significación en contexto de producción como valor, uso y mercado.

Con los recursos y aportes de las nuevas tecnologías, el contacto entre espacio, museo, valor y conocimiento artístico ha surgido en los últimos 40 años. El curador crítico o el crítico curador son oficios intelectuales que se adscriben a un trabajo ligado a salas, museos, colecciones, centros de arte, campos ocupacionales dentro de la profesión artística y cultural, así como a la preservación de obras, actividades complementarias del acto estético-artístico, productor de sentido y comunicación.

En la República Dominicana existe el llamado curador dependiente pero también el curador independiente;  el dependiente tiene compromisos exclusivos con una institución estatal o privada, mientras que el curador independiente no es exclusivo de instituciones, pero tiene la libertad de colaborar con instituciones, centros de arte, artistas independientes, salas y otros espacios de creación especiales. Lo mismo sucede con el museógrafo.

El curador siempre será crítico de arte, pero el crítico de arte no necesariamente debe ser curador. La formación de ambos debe ser integral, multidisciplinaria y motivadora. En el caso del curador-crítico dominicano se justifica la producción expositiva a través de un discurso artístico-visual y un campo estético fundamentado en la valoración, posicionamiento o condicionamiento del producto artístico-visual creado y contextualizado.