La Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, es la  institución académica de mayor prestigio  y la que más profesionales de calidad aporta a la Republica Dominicana, pese a que nunca ha recibido los fondos que realmente requiere para cumplir  la misión que la ley le encomienda de formar los recursos humanos de alto nivel que la nación requiere para su pleno desarrollo.

Es la UASD, la institución académica de mayor trascendencia y la que mayor movilidad social impulsa en nuestro país,  condiciones que  la califican para recibir del estado dominicano el financiamiento adecuado como es debido y como manda la Constitución.

La Universidad Autónoma de Santo Domingo, acusa de falencias que nadie niega, ni ella  oculta aunque  en honor a la verdad, estas debilidades son elevadas a grado  superlativo por sus críticos y enemigo jurados.

Con una densidad de 66 estudiantes por profesor, administrando aproximadamente el 50% de la población estudiantil universitaria,  con ciudades universitarias y recintos en el 80% de la provincias del país, la UASD recibe del gobierno dominicano por vía del presupuesto nacional una ridícula asignación de US$895,00 (Ochocientos  noventa y cinco dólares)  anuales por cada alumno, cuando  el resto de las universidades homologas  en  la región, reciben no menos de  US$2, 850.00 (Dos mil ochocientos cincuenta) dólares anuales  por  cada alumno.

Pese a la baja inversión del Estado Dominicano en ella, la UASD  no se ha rendido  y continúa graduando a más de 12 mil  profesionales  cada año,  amén de  ser la única institución de educación superior del país que imparte carreras fundamentales para el desarrollo nacional como son: Biología, Física, Química,  Filosofía, Sociología entre otras.

La generación de políticos que  dirige el país, ha promovido  la inversión de importantes obras de infraestructura monumentales que hacen ver a la UASD como una institución modernizada, pero  no las han acompañado  de los recursos que hagan posible garantizar su adecuado cuido y mantenimiento  lo que parece un desatino; pues hacer obras como la Biblioteca Pedro Mir y la Torre Administrativa para dejarlas deteriorarse por falta de mantenimiento equivale  a votar el dinero, igual ocurre con las demás obras sembradas en toda la geografía nacional.

Es cierto que la Universidad puede y debe generar mayores recursos y desarrollar iniciativas en ese sentido,  emulando a sus pares en el resto del mundo, así como también hacer un uso más útil de los recursos que ahora recibe y genera; pero eso en modo alguno justifica que las autoridades  del gobierno se desentiendan y la dejen sin los recursos que le permitan mantenerse  operando condiciones óptimas.

Ahora que la educación ha pasado a ser prioridad del gobierno y que se evidencian  esfuerzos y compromisos como el Pacto Educativo para invertirle y mejorarla,  es impostergable auxiliar a la UASD, pues para mejorar la educación básica y media,  se debe garantizar que los egresados de la Universidad,  que son los destinados a formar a nuestros niños, niñas y adolescentes,  dispongan de las condiciones mínimas para formarse con los parámetros de calidad establecidos.

La discusión presupuestaria no ha terminado,   el Congreso no ha cerrado el debate y este espacio debe aprovecharse para que los técnicos del  gobierno  hagan  cumplir la palabra empeñada por el señor presidente Danilo Medina y todos  quienes  les apoyamos , cuando ante centenares de profesores universitarios, reunidos para apoyarlo en el Hotel Dominican Fiesta  a principio del mes  de Julio de 2011, nos expresó: “Me comprometo a promover una universidad pública orientada  hacia la excelencia, así como a dedicar el  uno por ciento del Producto Interno Bruto para el financiamiento  de la educación superior, fortaleciendo la investigación universitaria como base  de aporte fundamental al desarrollo de los nuevos conocimientos que necesitamos como nación para continuar el avance hacia el progreso con bienestar”

Los resultados de cualquier institución o proceso son cónsonos a las capacidades de los recursos humanos que lo gerencian  y a los medios de que dispongan, la UASD, con lo poco que recibe viene haciendo lo mejor que puede desde hace 48 años por lo que ha llegado el momento de hacer con ella lo que nunca se hizo: asignarle un justo presupuesto.