En Twitter tuve intercambio de mensajes sobre la idea de un buen amigo para despertar interés en una Cumbre de la Deuda Pública. La intención es buena, pero el prerrequisito es una dedicada a ingresos fiscales y gastos públicos. No se hace maestría sin licenciatura.
El índice del voluminoso documento del Presupuesto Nacional que se debate y aprueba en el Congreso, también señala la cronología deben llevar eventos para entretenerse en recrear legislatura. El plan de financiamiento es precedido por las estimaciones de ingresos y la distribución de apropiaciones para gastos. Un financiamiento neto positivo, que elevará el balance de lo que debe el sector público, obedece a compromisos de gastos que superan las entradas por impuestos.
Las demandas de la sociedad por inversiones en infraestructura, subsidios, exoneraciones y donaciones más servicios de salud, educación y seguridad superan por un múltiplo cercano a diez las que hoy están plasmadas en el presupuesto. A precio cero, la curva demanda tiende a infinito.
Todos los ministerios del gobierno central ven con frustración como se quedaron nuevamente cortos por más de la mitad en el presupuesto de este año, pero sin perder esperanza para el próximo. PROCONSUMIDOR cree que llegará el día en que pueda tener un inspector de calidad de alimentos en cada pica pollo chino en cada rincón de la isla y contar con sistemas de inteligencia artificial para verificación compulsiva en tiempo real de cada transacción electrónica de Viernes Negro.
“Y al nacer cada enero desde su día primero…” sabemos que viene la queja del Poder Judicial por una nueva asignación no cumple expectativas. El mismo desahogo con nuevos datos, pero esta vez enfrentado con evidencias de mayor apoyo e invitación autocrítica a la gestión judicial. Bienvenida esa beligerancia para que se atiendan cartones propios que quiero ver frente a las demandas de la UASD, el sindicato médico, la asociación profesores y los receptores privados de incentivos, subsidios y exoneraciones.
La demanda de mayor gasto público baila en pareja con la explotación de cada brecha fiscal por grandes contribuyentes y un andamiaje de tratos impositivos y regulatorios preferenciales a sectores se cree no arrancan si están ausentes. Muestras de este embrollo en frente cinematográfico: declaraciones funcionaria bancaria que incluye “apoyo” a producción películas con fines de lucro como ejemplo de “responsabilidad social corporativa” y de cervecero dominante de que iniciarán “sustanciales apuestas” a esa misma actividad, materializada ya en la promoción de Playboy Trujillista. Del frente turístico: promoción por congresista joven de vetusta idea exonerar ITBIS a las compras locales del que aquí viene para disfrutar de sol y playa en hoteles que ya son paraísos fiscales.
El Consejo Deuda Pública es un aguafiestas consuetudinario en el proceso presupuestario. Tumba las expectativas de gastar mucho y la timidez en esfuerzos recaudatorios. Entrega informaciones de lo que entiende es un endeudamiento adicional sostenible y la Dirección General de Crédito Público se esfuerza en obtenerlo en las mejores condiciones posibles. Una cumbre de deuda sería evento para aburrirse, de asistencia protocolar y uso intensivo del WhatsApp en otros asuntos. De pura candela: enfrentar intereses creados en el consumo de gasto público, proponer más efectivos métodos de recaudación y eliminación de incentivos perversos a la producción privada existe por asistencialismo estatal. ¿Dónde y cuándo para reservar la fecha?