Analistas de la cohesión social y la seguridad ciudadana en América Latina (Putnam 2000; Lomnitz 1994) establecen indicadores claves para la creación de cultura de paz. Uno de estos es la confianza que se convierte en el sostén del capital social y la cohesión social.
La confianza entre vecinos y vecinas creada desde relaciones primarias, solidaridad y redes de apoyo es fundamental para el mantenimiento de una convivencia armónica y pacífica. Igualmente la confianza en las instituciones, autoridades y organismos que velan por la seguridad ciudadana y la justicia.
En los estratos pobres niños y niñas se socializan en relaciones de confianza con sus vecinos y vecinas y con las personas que habitan en sus comunidades. No le tienen miedo “al extraño”, “al otro” y tienen mucha facilidad para establecer relaciones en distintos espacios.
En carros públicos y guaguas la gente conversa independientemente de que se conozcan o no sobre diversos temas que oscilan entre los problemas sociales del país, las condiciones económicas, el clima, hasta detalles de su vida intima.
Estas relaciones de confianza también se presentan en las visitas a los hogares en los barrios marginados y comunidades rurales. Se recibe a las personas sin conocerlas, les abre las puertas, le brindan café y conversan sin presentar barreras para el diálogo e interacción social.
Estos elementos de confianza no se encuentran en los estratos medios-altos. En muchos residenciales, vecindarios y edificios de apartamentos de la ciudad de Santo Domingo la gente no se conoce, el vecino no conoce a la persona que vive en la residencia cercana y menos aun las que circundan su zona. Son muy débiles las relaciones vecinales basadas en la solidaridad y reciprocidad como se presentan en barrios y comunidades rurales.
La confianza está altamente vinculada a la cohesión social. La presencia de relaciones de confianza en los grupos sociales permite una mayor cohesión social y mejores condiciones de convivencia social. La desconfianza por el contrario genera rupturas en el tejido social, fortalece el miedo, la inseguridad y afecta notablemente la armonía interna y la cohesión social en los sectores sociales.
Hay que fomentar la confianza en las relaciones sociales en los estratos medios-altos y fortalecer y ampliar la confianza en los estratos pobres. Se necesita hacer conciencia de que la interacción con otras personas en espacios públicos y en los vecindarios no afecta su seguridad, por el contrario puede contar con un tejido social que le de apoyo y seguridad. Una campaña a favor de la confianza hacia los “otros” disminuye las tensiones sociales y favorece la armonía social.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY