“la democracia no es el silencio, es la

claridad con que se exponen los problemas

y la existencia de medios para resolverlos”

Enrique Múgica Herzog

 

Una cosa es hacer reclamos, otra es protestar, y otra muy distinta es llevar a cabo acciones de oposición que rayen en lo descabellado. Es absolutamente necesario que para que haya un cambio de gobierno todo el pueblo se aboque a un proceso electoral en el que el sufragio universal decidirá de manera limpia y fielmente fiscalizada sobre el particular. En ese sentido nuestra Constitución establece que la elección presidencial se llevará a efecto cada 4 años por voto directo (Art. 124).

La protesta social contra la corrupción y la impunidad es un derecho legítimo que tiene el pueblo, y que no debe encontrar trabas ningunas de parte del Gobierno, siempre que estas estén apegadas al orden público. Las razones justificantes de estas protestas sociales son sobradas en los momentos actuales.

La libertad de expresión y la protesta social como medios para alcanzar los fines que se impone el pueblo son la nervadura de la democracia. Son parte de las maneras que tienen los ciudadanos de dar a conocer sus aspiraciones y sus inconformidades con las gestiones del gobierno cuando otros medios no han dado resultado. Aún más se justifica la protesta social cuando un pueblo, por las vicisitudes que pasa, no puede esperar 4 años para hacer saber su descontento con lo que entiende, falta de iniciativa gubernamental para la solución de sus problemas.

En la democracia (Gobierno del Pueblo), debe la oposición estar vigilante sobre las actuaciones gubernamentales, debe estar organizada y llevar a cabo de manera responsable, su labor de crítica y atención a la gestión del gobierno. En un régimen democrático la práctica política se desarrolla a través del consenso y el disenso, donde quienes gobiernan deben llevar su accionar por el camino de la honestidad, equidad, y justicia; pero de igual manera, la oposición tiene pleno derecho a la crítica, la censura, y el cuestionamiento. De no darse esta dinámica fundamental, no estamos ante una democracia legítima.

Es sabido por todos que el hombre sólo puede ser verdaderamente libre bajo el sistema democrático y bajo un gobierno que ponga en práctica los principios de la democracia. Esta es una forma de gobierno en que la sociedad es quien orienta y dirige el Poder del Estado mediante el ejercicio de la libertad individual y el derecho de decisión, así como la responsabilidad de determinación sobre los asuntos de su incumbencia.

La democracia se caracteriza por el sufragio universal y por la igualdad ante la ley. Mediante este sistema político el pueblo ejerce su soberanía bajo la forma de gobierno que él mismo decida, y donde los ciudadanos tienen el derecho de participar y gestionar en las cuestiones estatales.

En los países donde impera un régimen democrático se dice que existe un Estado de Derecho, llamado así porque en éste, los ciudadanos deciden regir sus relaciones por medio de las leyes, las cuales se comprometen a cumplir. Esto ha de ser así para todos, sin importar lo encumbrado de cualquier persona o de la autoridad que ejerza. De igual manera el propio Poder del Estado debe subordinarse a las leyes, de donde se desprende que sus funcionarios también están obligados a cumplirlas. Sólo así se garantiza que los ciudadanos encuentren solución a los conflictos entre ellos, pues de lo contrario habrían de hacer la justicia por sus propias manos. Bajo un Estado de Derecho, la vida social, así como el propio Estado están sometidos y guiados por el Principio de Legalidad y el respeto absoluto de los Derechos Fundamentales.

Ahora bien, la democracia supone un gobierno apegado a las normas constitucionales por lo que se dice que se trata entonces de un Gobierno Constitucional porque ha sido producto del sufragio popular, en el que han participado varios partidos. Pero el Gobierno resultante de una elecciones limpias está en el deber de ceñirse a las leyes vigentes, además rendir cuentas de su gestión al frente de la cosa pública, lo que lo identificará como un Gobierno Democrático.

El Pueblo debe ir desarrollando conciencia de que un régimen democrático, exige de la existencia de una oposición no sólo con el propósito de disputar por el poder, sino de hacer un antagonismo constructivo de soluciones políticas a la problemática social. ¡¡CUIDADO CON LA DEMOCRACIA!!