El jeque Al-Thani en su elogio a Fidel Castro

Uno de los dogmas que nos inculcaron en la izquierda de los 60 y 70 decía, más o menos así, “una política exterior correcta se corresponde con una política interior correcta” o viceversa; se supone que lo había dicho Lenin, el gran maestro de la táctica. Nunca vi la fuente original de la cita. Como tampoco pude leer completos los tres tomos de El Capital, (¿Quién podría hacerlo con la barriga vacía? por cierto, el tercer tomo lo adquirí no hace mucho en una pila de libros viejos). Al igual que mis camaradas de todo el espectro sí leí el Manifiesto del Partido Comunista y otros textos más breves y ligeros como “El Estado y la Revolución”, “El imperialismo, etapa superior del capitalismo”, “El 18 brumario de Luis Bonaparte”, “La primera resistencia vietnamita”, “Qué hacer”, “Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, “Cinco tesis filosóficas” (Mao). Luego leería textos más pesados como “El desarrollo del capitalismo en Rusia” (Lenin), “La cuestión agraria” (Kautsky); eso, aparte de lecturas obligatorias como La Madre, El Volga nace en Europa, La guerra y la paz, Reportaje al pie del patíbulo, Guerra del pueblo ejército del pueblo (Giap), Pasajes de la guerra revolucionaria (Che), discursos de Manolo Tavárez.

Lo que quiero decir es que nos formaban con dogmas y, tal vez en consecuencia, crecíamos dogmáticos. La crítica era un decir, no un hacer. Cuba, en su ejercicio de política interior y exterior de casi 60 años, ha demostrado lo útil que es salirse de la ortodoxia, a veces.

Estas ideas me vienen al leer el artículo “Emiratos Árabes Unidos y Cuba” del periodista cubano Hedelberto López Blanch (La Habana, 1947). Dice Hedelberto “Con la apertura hace un poco más de un año de la embajada de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en La Habana, las relaciones entre ambos países se han fortalecido. Para conocer esos avances, e importantes aspectos económicos y sociales sobre esa nación del Medio Oriente, conversé con el embajador Bader Almatrooshi.

Cuba es uno de los valiosos socios comerciales de los Emiratos Árabes Unidos. En 2015 el comercio bilateral alcanzó los 23 095 000 y solo en el primer semestre de 2016, ya llegó a 9 100 000. Estamos seguro que estos números crecerán debido a los fuertes lazos bilaterales que tienen Cuba y los EAU, y se fortalecerán en áreas de la cooperación e intercambiando visitas que promoverán más inversiones. Ambos países reconocen que existen oportunidades potencialmente inexplotadas para trabajar juntos en los sectores de la economía, la cultura y la salud; y se están realizando esfuerzos para materializarlas, significó el diplomático.

Remarcó que la relación siempre se ha basado en respeto y apoyo mutuo en el ámbito internacional. El pasado año fue testigo de importantes avances en las relaciones pues el Ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, Jeque Abdullah bin Zayed Al Nahyan, visitó Cuba en octubre de 2015 y abrió la Embajada de los Emiratos Árabes Unidos en La Habana. Su Alteza se reunió con varios funcionarios, entre ellos el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, y el ministro de Comercio Exterior e Inversiones, Rodrigo Malmierca. En esa ocasión, ambos gobiernos firmaron dos importantes acuerdos: uno sobre los servicios aéreos y el otro sobre el financiamiento de la energía solar. 

En 2015 también el ministro Malmierca visitó los Emiratos Árabes Unidos donde se reunió con una serie de funcionarios del gobierno y participó en el Primer Foro Empresarial Cuba-EAU. El Primer Viceministro de MINCEX, Antonio Carricarte Corona, encabezó la delegación cubana a la Sexta Edición de la Reunión Anual de Inversiones celebrada en Dubai en abril de 2016, y en noviembre de 2016, el ministro de Economía, sultán bin Saeed Al Mansouri visitó Cuba acompañado por una amplia delegación y se realizó el Segundo Foro Empresarial EAU-Cuba”. https://www.rebelion.org/noticia.php?id=220833

Aquí se nos retrata “el excelente estado” (cliché de Granma) de las relaciones entre Cuba y los Emiratos Árabes Unidos. Eso sí, nada de mencionar el funesto papel que juegan los EAU y demás monarquías del golfo, encabezadas por Arabia Saudita, en el caótico y martirizado Medio Oriente.

El discurso del jeque Al-Thani

No me sorprendió, vi más bien como algo natural, el muy aplaudido discurso que pronunciara el emir padre Hamad bin Jalifa Al Thani, de Qatar, durante los funerales en memoria del líder Fidel Castro Ruz, en Santiago de Cuba. Dijo el emir: “En el nombre de Dios, el compasivo y muy misericordioso:
Hemos acudido hoy a las exequias de un gran líder, un revolucionario excepcional, un militante firme, un combatiente obstinado, símbolo de la resistencia, que llegó a todos los rincones del orbe y estuvo presente en la mente de todos (Aplausos).
Fidel Castro fue un gigante de la lucha por la liberación nacional. Mantuvo una fe inquebrantable en el derecho de los pueblos a la autodeterminación, en una etapa en que la mayoría de los pueblos del mundo se encontraban sometidos al colonialismo. Luchó por las causas en que tuvo fe, inspiró a millones de seres humanos que vivían bajo el yugo del colonialismo en diferentes lugares del planeta. Ocupó un lugar cimero entre los grandes próceres de los movimientos de liberación en el siglo XX. Igualmente, respaldó las justas causas árabes y, en primer lugar, la causa central de los árabes: la causa palestina, por lo que merece nuestro agradecimiento por el apoyo que brindó al pueblo palestino en su lucha por la consecución de sus derechos inalienables (Aplausos). Asimismo, mantuvo honrosas posturas en apoyo a la revolución del millón de mártires en Argelia (Aplausos)”. http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=46581&SEO=discurso-de-hamad-bin-jalifa-al-thani-en-homenaje-a-fidel-castro

La presencia y el discurso del emir debieron sorprender a muchos ya que él no es un jefe de Estado ni representante de entidad alguna, sino que estaba allí como un amigo del más alto nivel.

Yo le daba seguimiento desde los tiempos en que se pasó dos semanas en Cuba, entonces era el emir de Qatar, pero un tiempo excesivo para una visita de Estado, más en estos tiempos de la era del jet. Yo habría querido saber entonces qué le gustaba tanto de Cuba al monarca qatarí ¿negocios? ¿Placer? ¿Simples vacaciones en un paraíso tropical?

Al ver al jeque elogiando a Fidel en un sentido y sincero discurso, puedo colegir que está unido a Cuba por lazos inquebrantables. No hay que olvidar que Obama le debe una al jeque pues ordenó su derrocamiento fulminante el 25 de junio de 2013 y que fuera sustituido por el hijo de este, el actual emir, jeque Tamim bin Hamad Al Thani, actualmente de 36 años de edad. El emir, a su vez, le debía a EEUU por la fundación de la cadena AlJazeera y el consecuente apoyo a Irak. Dice Mariela Cuadro en un sólido trabajo de investigación publicado en la Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad: “Qatar también proveyó de apoyo en el terreno y dio refugio en su país a numerosas organizaciones y dirigentes de distintos países árabes pertenecientes al Islam político.” (Página 116-130)  La cesión de mando venía comentándose en Qatar meses antes de que se efectivizara, el 25 de junio de 2013, unos días antes del golpe de estado en Egipto contra Mohamed Morsi. …la salida del emir Hamad bin Khalifa al-Thani y de su primer ministro, Hamad bin Jassim Al-Thani (“los arquitectos de una estrategia de internacionalización agresiva” [2014, p. 13]) estuvo acompañada por algunos actos que daban la idea de que Doha estaba intentando moderarse.   (s)omos un Estado, un pueblo y una sociedad coherente, no somos un partido político”), también afirmó que “el Estado de Qatar se ha alineado con las cuestiones de los pueblos árabes y su aspiración a vivir libremente y con dignidad, lejos de la corrupción y el despotismo” (Al-Thani, 2013). http://www.redalyc.org/html/927/92746462006/index.html 

Pragmatismo en política exterior

Si yo fuera una figura política nunca querría que las agencias de prensa occidentales se refirieran a mí aplicando clichés como decir que soy “de izquierda pero pragmático”, por ejemplo, porque eso significaría flexible. Recuerdo que al comienzo de la gestión de Raúl Castro las agencias lo calificaban de “más pragmático que su hermano” lo cual era un elogio y lo alentaban a hacer lo que ellos querrían que hiciera al frente del liderazgo cubano: las ansiadas “reformas democráticas”, la “apertura de la economía” y cosas así.

Otro cliché azaroso que detesto es el de “moderado”; “él pertenece a la oposición moderada”, por ejemplo. ¡Dios me libre! Prefiero que digan que soy “de línea dura”, “ultra” algo, que pertenezco a un “ala radical”, “núcleo intransigente”, “pequeña fracción de extrema”, etc.

Bueno, mi comentario va en el sentido de apoyar a Cuba en lo que parece un contrasentido: su política exterior que muchas veces no toma en cuenta la política interior ni exterior de sus amigos siempre que reconozcan al país, lo defiendan en los foros internacionales contra la agresión de EEUU y la ayuden con inversiones o intercambios. Sinceridad.

Porque para Cuba es un pragmatismo válido. Hoy se critica mucho que Cuba mantuviera relaciones con el régimen de Franco en plena dictadura. Si Cuba hubiera esperado a la muerte de Franco habría perdido 16 años (20 de noviembre 1975) aguardando al cambio de régimen que, todavía hoy, no es del total agrado de La Habana. Lo mismo puede decirse acerca de México, Reino Unido, la República Dominicana, Argentina y muchísimos países de Asia, Europa y África que han sido solidarios con Cuba sin que en ellos gobernaran regímenes afines; por el contrario, muchas veces antagónicos en lo político.

El caso de Qatar es significativo ya que ese país es parte de la coalición que trata de derrocar a la República Árabe Siria, formada por la OTAN, Arabia Saudita, Turquía y, por tanto, contraria a la coalición que la mantiene en pie, integrada por Rusia, Irán, Hezbolá y los kurdos y milicias  chiitas, de cuyo lado se alinea Cuba.

Pragmatismo puro. Para Cuba es cuestión de supervivencia, aparte de otras consideraciones que podrían agregarse.