Un hombre soy del Caribe que canta canciones bajo la lluvia. En las miradas verdes guanábana y niñas que no duermen me pierdo en tres causales. Vengo de la gente del fondo de la noche llena de fuego y arroz en la mano. Hago, cuento historias más cerca de la emoción que de la inteligencia. Digo que cuento, con hombres y mujeres nuevos, que han sido rotos años atrás en un intento de ser libres. En el Caribe, señora mía, los negritos podemos volar y abrir la boca para tragar la lluvia promesa del cielo de un mar que se devuelve. Podemos amar a una mujer y bendecirnos en horizontes color cielonaranja. Uno por uno, mil por mil, multiplicando alegrías de un pueblo lleno de polvo, con gente de colores, que brilla, que sueña, que espera, como musa paradisíaca, el huracán de turno de esta temporada.