Es propicio recordar que este año conmemoramos 60 años de la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo de 1959 integrada por jóvenes; y cuyo objetivo era ponerle fin a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.

El movimiento revolucionario 14 de junio inspirado en los expedicionarios de 1959, se organizó clandestinamente, ni los apresamientos ni las cárceles los detuvo; teniendo muchos que pagar hasta con su propia vida, y todo por el anhelo de ver a este pueblo liberarse de uno de los dictadores más perversos de toda la historia, Trujillo, pero todo es hasta un día.

La revolución de abril de 1965, agrupó a miles de ciudadanos contra la segunda invasión yankee, por el retorno de Juan Bosch y de la constitución de 1963.

Qué motivó a estos jóvenes a fundar, involucrarse y militar en movimientos sociales y políticos en condiciones tan adversas? Su principal motor era construir un país democrático, donde se respetara la voluntad popular, y persiguiendo su desarrollo económico, social y político.

Y es que cuando los pueblos se jartan y deciden ponerse de pie ante el abuso de poder, la desigualdad social, salarios de miseria, contra este sistema que los invisibiliza, que los pisotea diariamente negándoles educación de calidad, acceso al sistema de salud y a los servicios básicos como agua, luz, electricidad y vigienda digna; cuando los políticos de turno legislan en beneficio de quienes lo financian y no del interés colectivo; gobernando para grupos de poder económico y político, que se creen los dueños del país por las posiciones que estos ostentan, es que la ciudadanía decide escribir su propia historia.

Hay bastante evidencia que indica que en distintos momentos la ciudadanía ha salido de su zona de confort, negándose a quedarse de brazos cruzados; hemos sido testigos de como mujeres y hombres han mostrado su valentía y su determinación en favor de una sociedad justa, y donde se respeten las libertades públicas de sus individuos.

El derecho a la manifestación pública es una de las características que tiene que tener un gobierno democrático; donde se pretenda coartar la libertad de expresión, no puede considerarse que hay una democracia.

Donde se ha perdido la confianza en los funcionarios porque estos siguen lealmente la directrices que les bajan desde el Palacio Nacional;

Ante una prensa servil al gobierno de turno, salvo honrosas excepciones;

Este pueblo no tiene que pedirle permiso a nadie, para una vez más echar andar su ferviente espíritu revolucionario y responderle a quienes hoy están en el poder, por los medios que sean necesarios, en los casos donde se haya quebrado la capacidad de diálogo, donde predomine la falta de institucionalidad y se tenga control total de las instituciones, como ocurre actualmente.

Estamos ante el gran reto de convertir la indignación en esperanza,

El pueblo se levantará, y dará una vez más una demostración de conciencia, amanecerá.