¿Cuál es el costo de la reacción ambivalente del procurador general Jean Alain Rodríguez este 12 de marzo de 2019, una semana después de la aguda presión social producto de su mal llevado interrogatorio a la jueza encargada de la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte, Miriam Germán Brito, en el marco de la evaluación de su desempeño por el Consejo Nacional de la Magistratura?

Su incursión la noche de este martes 12,  desde el salón Orlando Martínez del palacio de la Moisés García, ha confirmado la gran profundidad de su déficit comunicacional, evidenciado en las disculpas culpando, adobadas con una dramaturgia desnutrida y una disonancia cognitiva enciclopédica (verbalización versus dinámica gestual y ademanes) que solo servirán para alborotar más el avispero creado por él mismo.

La segunda salida ha sido más errática, imprecisa, y con ella termina de embarrar al gobierno presidido Danilo Medina, quien lo ha designado por decreto. Su astral desafine le ha dado aliento a una oposición que lucía haragana, sin tema en este año pre-electoral. https://www.youtube.com/watch?v=85olrXOW4Jw.

Si realmente el desentono del talentoso jefe del Ministerio Público viene, con arreglo y todo, de su repertorio, entonces está listo para su cancelación. Ejecuta un reguetón que sonaría mal a los oídos de su director. El presidente Medina (2012-2016/2016-2020) ha advertido desde inicios de su segunda jura que si uno de los músicos de su orquesta sale tono, será sacado en el acto.

No resulta creíble para los públicos mediáticos el alegato de algunos defensores de que, en el CNM, las opiniones del magistrado procurador general son propias y no vinculantes al accionar presidente de la República y rector del órgano constitucional.

AL SALTO DE LA PULGA

La colocación en el concierto de las opiniones publicadas de temas ultrasensibles como violencia contra la mujer y reforma constitucional para rehabilitar al Presidente, han puesto al Gobierno al “salto de la pulga”, brincando para defenderse de culpas. Tiempo que necesita para posicionar sus logros en el imaginario colectivo y consolidar al gobernante Partido de la Liberación Dominicana y aliados de cara a las elecciones del 17 de mayo del próximo año.

El tratamiento a la jueza Germán Brito durante la evaluación y luego en las redes, con ataques feroces, más el acto organizado por el senador (Azua-PLD) y muy influyente secretario técnico de la Presidente durante el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004), Rafael Calderón, donde ha anunciado que el Congreso aprobaría una reforma constitucional que habilite la repostulación del presidente Medina, si éste lo decide, han subido la temperatura política a más de cien grados Celsius. Y no para bien. http://hoy.com.do/video-rafael-calderon-congreso-aprobaria-modificacion-para-reeleccion-de-danilo-medina/.

La oposición encabezada por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y sus grupos de presión manifiestos e implícitos, no había hallado mejores insumos para armar su discurso de campaña. Ha capitalizado muy bien el masivo rechazo mediático a tales salidas, tanto que la ha puesto a la ofensiva, al menos como corriente de opinión.

El presidente Medina luce en una encrucijada: sabe que puede gestionar con éxito una segunda reforma constitucional para habilitarse de cara a la batalla del 20, pero conoce el caudal de incertidumbre en cuanto a resultados electorales y paz social, porque la coyuntura política y social, local e internacional es diferente a la que facilitó la reforma habilitante de 2015 y posterior victoria convincente al año siguiente. Y esa es una variable incontrolable. O, en su defecto, puede gestionar su habilitación con miras al 2024 y apoyar con todas sus fuerzas al aspirante a presidente con más probabilidades de éxito, Leonel Fernández; o apoyar a un tercero que –según los sondeos–  sacaría de cuajo del poder al PLD e instalaría  al opositor PRM.

Una derrota del partido morado a causa de previsibles errores y malas asesorías, representaría una carga histórica muy pesada para la organización fundada por Juan Bosch y para el mismo Medina, un reconocido armador de pactos.

NI TONTO QUE FUERA

El partido blanquiazul, de los Abinader y los Mejía, lucha afanoso por crecer, y entre sus estrategias de primera línea cuenta el provocar la división de los morados y aliados para sumarse parte de sus votantes.

En cuanto a la agitación iniciada respecto a la introducción en el Congreso de un proyecto de reforma constitucional para habilitar la reelección del presidente Medina, jugaría a ganar-ganar.

Mediáticamente, con el objetivo de provocar la división del PLD, se mostraría contrario a la reforma y, al mismo tiempo, en el Congreso respaldaría tal iniciativa a través de los votos de sus legisladores, aunque hacia afuera alegara desobediencia a su línea y anunciara expulsiones de sus filas.

Y sobre la palabrería inoportuna de un procurador general que, sobre la esperada disculpa y reconocimiento de violación a los procedimientos del CNM, ha remarcado sin necesidad el tema socialmente percibido como sensible (mujer agredida), el PRM ha optado por reforzarlo y montarse sobre la ola de ácidas críticas.

Hasta ahora, los dos costosos “wild pitch” desde el litoral del gobierno, han colocado a la ofensiva a una oposición que, hasta horas antes, jugaba con síntomas de cansancio, a contracorriente de la fuerza de la opinión pública y con malos augurios de las encuestas electorales. La estrategia de juego frente a este sombrío panorama para los oficialistas, solo la conocen el manager y sus coaches.