En diferentes momentos de la historia, el mundo ha sido testigo de las movilizaciones inesperadas de amplios sectores de la sociedad.

El despertar de una  ciudadanía que por años permaneció en silencio (ya sea por estar sometida a gobiernos dictatoriales o por permanecer a la espera de la libertad, la equidad y la justicia  prometida por políticos en nombre  de la democracia), ha sorprendido, mas de una vez, a gobernantes, estrategas políticos y poderes económicos que acumularon riquezas amparados en las  injusticias, el control social y la corrupción, pero confiados en que la ciudadanía nunca se levantaría.

Múltiples ejemplos podrían iluminar esta idea, basta con que los dominicanos(as) recordemos los acontecimientos desarrollados durante los días 23,24 y 25 de abril del año 1984, movimiento que nadie imaginó alcanzaría las dimensiones que le caracterizaron.

Traslademos nuestra memoria a la Venezuela de los días 27 y 28 de febrero de 1989, donde se escenificó un gran movimiento de protesta conocido en el mundo como el caracazo, respuesta ciudadana al paquetazo de ajuste de la economía venezolana impulsado por Carlos Andrés Pérez.

En esa línea de recuerdos lleguemos a la Argentina para ver, que durante los días 19 y 20 de diciembre del año 2001, la población salió a las calles, y se mantuvo en ellas por un período de tiempo significativo, en defensa de sus ahorros expropiados por el gobierno vía el denominado corralito que no era más que una política  basada en ajustes económicos, control de las divisas e incrementos fiscales.

Estas mismas razones, más la expulsión de grandes poblaciones de sus tierras, la represión y exclusión generaron grandes movimientos indígenas en el  Ecuador y Bolivia.

El florecer de las protestas se hace hoy presente en países del mundo donde por alguna razón se pensó que nunca llegarían. Cabe destacar las  protestas protagonizadas por el movimiento de los indignados en España y Estados Unidos y los estallidos de los habitantes de Grecia, así como las grandes movilizaciones de los jóvenes de Francia en contra de la discriminación y los abusos policiales.

Actualmente la ciudadanía se  encuentra en las calles  en son de protestas en España, Francia, el Portugal, Argentina, Panamá y la República Dominicana, otros tantos países se movilizan en solidaridad a los mencionados y por mencionar.

La búsqueda de la libertad y la democracia ha sido razón para el incremento de nuevas protestas. Las luchas iniciadas en  Túnez y que más tardes se extendiera  a Egipto, Libia y otros países de Oriente Próximo, pusieron fin a largas dictaduras y en varios lugares de estos las protestas continúan.

Los abusos de ayer se mantienen hoy con  las mismas “explicaciones “y las mismas injusticias, y talvez con mayor agresividad contra nuestros derechos y la propia vida.

Los sectores de poder insisten en que debemos sacrificarnos y pagar para mantenernos y por ellos continúan en el uso de la mentira para justificar la expropiación de los recursos del Estado quedando claro que en más de dos décadas de sacrificios y ajustes los sacrificados están en peores condiciones y los responsables de los ajustes viven como multimillonarios.

A quedado claro que gobiernos, partidos y empresas nacionales e internacionales se han unido contra la ciudadanía  imponiendo un sistema de explotación basado en la corrupción, el espectáculo y la falsedad. Lo han hecho imponiendo  normas donde ellos viven gastando y notros pagando.

Cuando cualquier situación, persona o ser extraño amenaza la seguridad de nuestras vidas, cuando  el Estado y sus instituciones no protege a ninguno de sus conciudadanos y sobre todo cuando es el gobierno del Estado es, quien hace de agresor, entonces la ciudadanía tiene  derecho ha defenderse.

Es por ello que toda protesta organizada y que tenga como fin defender  derechos, es legal, legítima y justificada.

Cuando las instituciones y los poderes del Estado abandonan, desprotegen y conspiran contra la ciudadanía que les eligió, cuando una población no tiene quien le escuche y las instancias judiciales no protegen más que a los privilegiados y responden solo a corrientes políticas y a sectores económicos,  las protestas se imponen como medio de legítima defensa

Ningunas de las protestas de las aquí señaladas se iniciaron como conspiración política, surgieron como rechazo a las injusticias y en defensa de la vida,  Fueron rebeliones materializadas en defensa propia.

De nuevo  corresponde a los dominicanos(as) actual en defensa propia, en defensa de la vida y de nuestros derechos fundamentales y es que ha quedado demostrado que las protestas en todo el mundo constituyen una respuesta a un modelo político y económico que amparado en la corrupción genera desigualdad, pobreza e injusticias.

Nadie está obligado(a) a permitir que le quiten la vida sin defenderse y proteger a su familia. Cuando estas amenazas nos acorralan la democracia manda a protestar y a que actuar en defensa.