De todos los infortunios que
Afligen a la Humanidad, el más amargo,
Es que hemos de tener conciencia de
Mucho y control de nada.
Heródoto.-
Nunca he tenido la experiencia de pisar en arena movediza pero, sí me he movido y resbalado en lodazales peligrosos que en oportunidades han pretendido enviarme directo hacia el despeñadero o contra una impenetrable montaña y, el miedo experimentado me ha puesto a sudar como si mis poros fueran un guayo por el cual se hace pasar agua en forma de gotas. Sí, un símil para referirnos a esa calamitosa situación que muchos se empeñan en llamar “progreso”; “crecimiento” y hasta “desarrollo” ejemplo para los demás países. Vaya usted a ver si todos somos ciegos, tarados o, la otra parte, son unos sinvergüenzas. Me inclino por lo último.
Oficiales superiores extorsionando; rasos asaltando; policías lanzando piedras al igual que el tigueraje; matan un niño por un celular; violan mujeres en plena calle pero, todas son situaciones “aisladas” que no forman parte de algún descalabro institucional, moral y ético que arropa al país. Claro, “asigún” los que andan con escoltas; espalderos y, que además forman parte beneficiaria de los camiones que a diario recorren, al menos, el Gran Santo Domingo, repartiendo “seguridad” en las casas y apartamentos de los que nos dicen, que todo está bajo control.
Creo, que esto lo dicen a conciencia, porque después de un largo tiempo mintiendo y argumentando falsedades, hasta en la verdad o realidad, les parece que están mintiendo. Con doloroso lamento pienso que toda esta tragedia institucional no nos llevará a la destrucción como Nación pero, si al suplicio y al padecimiento de una creíble y eterna mediocridad de vida a consecuencia del proceder de esta casta política, negada a comprender, que por igual ellos y sus descendientes también padecerán y por demás, tienen mucho más pasado que futuro. Esto lo saben muy bien.
No se puede negar, que uno de los principales protagonistas de esta calamitosa situación institucional y cómplice cobarde, sumiso e inmoral, lo ha sido el alto mando militar y policial, por ser servil ante alguno de los jefes del desacreditado Cuerpo de Ayudantes Militares y las ambiciones de los políticos corruptos, los cuales han capitalizado para sus intereses personales, el caos, el desorden y el hambre dentro del gran ámbito de la pobreza, lugar donde se anidan todas las frustraciones humanas. Esto solo es parte del gran y diversificado cáncer que ha carcomido la disciplina, la moral, la ética, el espíritu de cuerpo y de pertenencia, dentro de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Y ya, ante la falta de aplicación de una real autoridad, que quizás es mucha pero, sin calidad, la buena convivencia, el respeto por la autoridad y las leyes, elementos estos fundamentales dentro de una sociedad, es que al parecer, se han ido de rumba, sin que se tenga esperanza de que aparezcan por mucho tiempo.
Quizás, por encima de toda propaganda maliciosamente elaborada y de opiniones malsanas, con la finalidad de que muchos “solidarios” y otros tantos fanáticos, ya sean políticos o religiosos, comprendan el cómo estamos viviendo, me permito recomendar que vean la película en Netflix, titulada: “La dictadura perpetua”, que de seguro no serán pocos los que creerán, que la misma fue inspirada o tiene demasiada semejanza con la situación político-social que estamos viviendo en este “Macondo” nuestro. ¡Sí señor!