El jardinero llega a la casa el día que la Ama de Llaves tiene su día libre. Lo reciben los perros que salen por la puerta del patio, una que siempre está cerrada. Toca, llama al Sr. Braun, nadie responde, se acerca a la ventana y ve un cuerpo inerte boca arriba, en pantalones cortos y camisa abierta. “¡Es mi patroncito!” Llama al 911 y llega el equipo de auxilio, la policía, detectives y los médicos forenses de la unidad de Investigación de la Escena del Crimen (CSI, sus siglas en inglés).
En mesa desordenada se encuentra un vaso de vino, un frasco vacío de Xanax, papel de aluminio para quemar heroína e inhalar el humo. Xanax (Alprazolam) es un medicamento que se indica para el tratamiento de la ansiedad, tan potente que puede causar dependencia, multiplica el efecto del alcohol y en alta dosis puede ser letal. La forense Catherine Willows menciona la expresión “Chasing the dragon” “Persiguiendo al dragón” es la forma como se refieren los adictos al efecto de estar buscando sentir cada vez más el “rush” o la adrenalina del primer encuentro con la heroína.
Xanax, alcohol y heroína no son extrañas para el Detective Jim Brass, que comenta sobre los rumores de parrandero del occiso Tony Braun. Pero aquí los forenses aplican los principios que les advierten no llevarse de prejuicios, de las explicaciones sencillas. “Cerrar los oídos y abrir los ojos”, es uno de los principios de la Etica del Médico Forense, destaca el argentino Nereo Rojas. En esa enseñanza y la regla “Desconfiar de los síntomas” se fundamenta la respuesta del Dr. Gil Grissom al detective: “¡Si la vida fuera así de fácil!”
De hecho, la escena parece demasiado perfecta. Con una sobredosis hay expulsión de fluidos (vómito, orina, excremento), la escena pudo haber sido limpiada. Hay que revisar los zafacones dentro, afuera y todo recipiente se deposite basura. En la muñeca del occiso aparece un pequeño residuo de pegamento. Puede indicar que fue atado. Al estar tomando e inhalando heroína, una persona se torna torpe y puede ser dominada para hacerla ingerir las pastillas de Xanax enteras o pulverizadas y mezcladas con vino.
Un pedazo de cinta pegante gris fue encontrado en un basurero pequeño de la cocina. Aparece en la escena también un arete pequeño, de los que se usan adheridos a la oreja, que no cuelga o pende (de ahí que se les llame también pendientes). ¿Será de la novia que reside con el Sr. Braun en la casa, Janine? Grissom advierte “¡Esto indica que alguien perdió un arete! No hay que asumir que sea de la novia, ni basta esto para justificar una prueba de ADN”. Ella sí tiene cosas que explicar, su coartada, por ejemplo, al ser de las últimas personas que lo ve con vida. La cronología de sus actos durante todo el día hasta el momento de encontrar el cadáver, deben ser verificados.
En el pecho del occiso hay unas marcas circulares, pequeñas, del tamaño de una moneda, formando una especie de triángulo. Estas resultan claves para explicar la muerte más adelante. Es algo raro, una excepción, no frecuente ver en escenas de crímenes similares. Aquí el principio “Excepción es de tanto valor como la Regla”, que menciona el Dr. Nereo Rojas.
El forense Nick Stocks descubre que no hay signos entrada forzada en la puerta del patio, donde aprovecha para jugar con los perros cerca de la pared cubierta de hiedra. No hay entrada forzada tampoco a la casa, de manera que se pudo ingresar por la pequeña puerta para las mascotas. Ahí va y toma impresiones para extraer huellas dactilares. En el laboratorio Jorja Fox usa nueva técnica para extraer huellas de la cinta adhesiva encontrada en el zafacón de la cocina. Grissom utiliza un aparato especial para sacar huellas del frasco de Xanax.
En la autopsia participan el Dr. Albert Robbins, el encargado del laboratorio de patología, y el propio Grissom, jefe de la unidad CSI. No hay marca de inyecciones en los brazos. La heroína la inhalaba. Es algo común que hacen personas de posiciones ejecutivas para evitar el estigma de los brazos con señales de uso jeringas. Es el caso de Braun, gerente de un casino en Las Vegas aficionado al golf, deporte o pasatiempo que requiere usar camisas cortas.
Las fosas nasales están como carne cruda de hamburguesa, porque lo que consumía de drogas era por la nariz. Pero no necesariamente es la única, el Dr. Robbins también chequea entrepiernas y “partes privadas”, ya que la heroína puede ingresar al cuerpo por esa zona y vías pudendas circundantes. Es la aplicación del principio “Método Cartesiano”, ir en orden sistemático probando y descartando hipótesis.
Con las abrasiones alrededor de la boca, Grissom hace pregunta que luce tonta, pero indica no tiene explicación a la mano: “¿Será qué es difícil rasurarse cuando se está empericado?” El Dr. Robbins lo mira escéptico y dice: “O lo que ocurre por presión de la nariz y la boca, como cuando te tratan de asfixiar con una almohada.” A continuación, un diálogo de oro:
Grissom: “Las hemorragias petequiales también sugieren asfixia.” Robbins: “Por más que la patología parezca una ciencia exacta, los vasos se pueden romper en circunstancias inocentes, como una tos fuerte. ¿No le pasó a Sammy Sosa?”. Justo lo que dice uno de los principios éticos: No es ciencia exacta, de verdades absolutas.
Las tres marcas circulares del pecho siguen siendo incógnita. Grissom descarta que sean marcas de mordedura de insectos. ¿A papá? Dr. Robbins opina que puede ser obra de los paramédicos, pero Grissom responde que no estuvieron en la escena tratando de resucitar. Los doctores forenses están de acuerdo en que es raro una sobredosis de heroína, que no es común, pero que hay indicios en la escena de que fue forzado a ingerir dosis letales. Hay entonces algo que probar: ¿Son mortales las dosis que se encuentran en el cadáver? Hay que esperar el análisis de toxicología, mientras ¿qué dicen las huellas?
Se extraen las del frasco de Xanax de 100 pastillas. Las seis impresiones corresponden a la misma persona: Janine Haywood, la novia de la víctima. Ahora necesitaban ver si ésta coincidiría con la huella que Jorja Fox extraerá de la cinta adhesiva encontrada en la casa. También si es de Janine la impresión de la entrada de la mascota recolectada por Nick. ¿Con tres strikes habrá ponche forense?
En lo que se esperaban estos resultados, vino el descubrimiento del Dr. Robbins sobre los fluidos en el estómago de Braun. No había restos de comida. Sólo drogas. Xanas y heroína que inhaló e ingirió. Grissom pregunta por los comprimidos que no se disolvieron. Estaban con la creencia de haber terminado el frasco de Xanax, que era de 100 pastillas. Tenían que haber algunas porque las muertes por sobredosis ocurren antes de la digestión. El Dr. Robbins no encontró pastillas completas y sugiere que el Xanax fue triturado y disuelto en el vino tinto aparece en los fluidos.
El análisis de la sangre de la víctima que hace el Dr. Greg Sanders es entonces vital. Revela algo importante sobre la heroína: “la droga tiene nueve minutos de vida, luego se metaboliza y se convierte en morfina. El conteo es de 158 ng/ml. Definitivamente, no es letal.” Sobre el Xanax también informa que la dosis en la sangre tampoco era letal. “Hay indigentes en las calles de Las Vegas que caminan con dosis mayores a las encontradas en el cuerpo de Braun.”
Ni el Xanax ni la heroína estaban entonces en dosis letales. ¿Cuál es entonces la causa de la muerte? En esto se auxilian los departamentos forenses con un “Dummy” o muñeco para tratar de recrear lo que vieron en la escena del crimen. Los tres puntos rojos pasan a ser la clave para descubrir la causa. Grissom cuenta a Willows de unos hermanos en Londres que mataban personas asfixiándolas para vender los cadáveres a las escuelas de medicina. Los Hermanos Burke ponían las rodillas sobre las víctimas mientras las asfixiaban, cubriendo boca y fosas nasales. Los puntos rojos pueden ser consecuencia de eso, porque el forense encontró que los pulmones de la víctima estaban comprimidos.
Para probarlo entonces usan la camisa de la víctima, se la ponen al muñeco y hacen la técnica de asfixia de los Hermanos Burke. En el muñeco se ven entonces marcas similares que crean los botones de la camisa, al doblarla sobre el pecho y presionar. La razón por la que los homicidas usaron ese método es que al aparecer el jardinero se va a pique el plan original de provocar la sobredosis. Grissom y Willows ven que la situación luce mal para la principal sospechosa Janine, la novia de Braun. Sin embargo…
El Detective Brass y el forense Warrick Brown encuentran al proveedor de drogas de la víctima. Corrobora que Janine, la noche de la muerte de Braun, partió un rato después de hacer una entrega de Heroína Negra, variante más potente que se inhala con globos. Ella le pagó en efectivo y con propina de 30 pastillas Xanax. El proveedor no puede precisar con quien salió Janine, que ya había informado a la policía que salió a despedir una amiga partía para un crucero en El Caribe, en plan barato que no incluye el costo de US$15 diario para tener señal de Wifi. Enfrentada a la nueva información, corrobora al detective que regaló 30 pastillas al proveedor y que unas 15 ó 20 se cayeron en el inodoro. Las perdidas y regaladas suman 50, la mitad del frasco, y en el estómago la cifra estimada era 50. Ahí están las 100 que contenía el frasco de Xanax comprado dos días antes de la muerte de su novio.
El dato de que había salido dejando a su novio vivo, tomando y drogándose ayuda un poco a Janine, pero las cosas se le complican cuando la policía arresta en el desierto a un contratista que hizo trabajos de remodelación en la casa de la víctima. Carl Williams estaba tratando de desenterrar un depósito de objetos de valor, incluyendo lingotes de plata, y confiesa que eran propiedad del occiso. En Las Vegas se necesita un permiso y motivo para entrar al desierto, que es propiedad pública, con la intención de enterrar o desenterrar algo.
Williams alega que su amigo Braun le solicitó que en caso de su muerte moviera el depósito a otro lado, que estaba cumpliendo el deseo de un fallecido. Sin evidencias que den crédito a su versión (acto notarizado, por ejemplo), se le enreda más la cabuya cuando en su camión se encontraron tres rollos de cinta adhesiva gris, similar a la encontrada en la escena del crimen. Peor aún, cuando los detectives fueron a registrar su casa, se encontraron con Janine, la novia de Braun, con quien estaba sosteniendo una relación amorosa, sexual o amigos con beneficios.
Se despeja así la duda para la policía de la salida con una amiga sin corroborar de Janine, pero surge la teoría de una complicidad para matar a Braun al aparecer ahora un motivo: repartirse el botín clandestino, los bienes que le dejó en el testamento y eliminar al millonario adicto les impide estar juntos. Si las huellas de Janine o de su amante están en la cinta adhesiva de la escena del crimen y si uno de los tres rollos encontrados en el camión coincide con ésta, al hacer la prueba microscópica uniendo los rasgados, se tendrían pruebas de calidad que los van a incriminar como pareja asesina.
En la prueba con las cintas adhesivas se encontró coincidencia, sin embargo, Forja y Warrick se frustran y creen que hay un virus en el programa de la computadora de la investigadora: la huella de la cinta con que fue atado el occiso no es de Janine ni de su amante. La teoría de la conspiración entre estos dos pierde fuerza cuando también el análisis de ADN indica que el arete encontrado en la alfombra, cerca del cuerpo de Braun, es de una mujer, pero no coincide con el de Janine. De manera que ahora hay una huella desconocida en la cinta adhesiva y un arete con ADN que no tiene coincidencia en la base de datos.
Los forenses van entonces a la mesa de trabajo a repasar el caso. Como nuevos elementos se encuentra que Williams, el amante de Janine, es casado. Su esposa apareció en la Comisaría con el cheque para pagar la fianza, que fue la medida de coerción aplicada a Williams. La condición para pagar es que su esposo terminara en el acto el amorío con Janine, quien estaba presente en la estación. El esposo rechazó a Janine, le pide perdón a su esposa y sale en libertad bajo fianza hasta que las autoridades tengan pruebas para solicitar juicio de fondo.
Las huellas en la puerta de las mascotas pertenecen a Walt Braun, el hermano de la víctima. Walt y su hermano fallecido, Tony, eran los principales ejecutivos de uno de varios casinos que tiene su padre, uno de los fundadores de Las Vegas. Su hermano tenía un cargo más importante. A pesar de su adicción a la heroína, el mismo padre de los jóvenes comentó a Willows que Tony era un ejecutivo exitoso, de grandes ideas y capacidad de trabajo, y que su preferencia por él era muy evidente para Walt. ¿Caín y Abel en Las Vegas?
En la entrevista con los forenses, Walt Braun explica que sus huellas están en la puerta de las mascotas porque una noche que salió con Tony entró por ahí para abrir la casa, porque él no encontraba las llaves de la puerta principal. ¿Cuándo? Hace unas semanas. Sin embargo, Grissom notó que se estaba rasgando la pierna con frecuencia durante la entrevista y le preguntó qué le pasaba. Al decirle que cree haber sido mordido por algún insecto, Grissom le solicita que le deje ver la pierna, “Yo soy la enciclopedia humana sobre los insectos” (aquí sospecho que los subtítulos los pone alguien que escucha La Z).
Recordemos que la profesión inicial del Dr. Grissom es entomología. En varios episodios resuelve casos por el patrón cronológico de los insectos y bacterias que se desarrollan en la putrefacción de los cadáveres. Toma una foto de la mordida y es de una nigua. Recomienda lo que debe hacer, un tratamiento con esmalte de uña. ¡Que coincidencia! Es lo mismo que acababa de recomendar al colega Nick que se estaba quejando de una picadura similar. Esa ocurrió cuando estaba en la escena del crimen del Sr. Braun, en el patio, cerca de los helechos mientras jugaba con los perros. Esto es hallazgo vital porque una vez la nigua muerde se desarrolla un patrón de eventos que permite determinar cuándo ocurrió.
Como los forenses trabajan con notas, donde registran la hora de sus actuaciones, Nick sabe exactamente el momento en que estuvo cerca del hábitat de las niguas en el patio de Braun. La comparación de las picaduras determina que el hermano de Braun las recibió en un momento cercano a la hora en que muere su hermano Tony. La prueba es circunstancial, hay niguas en muchos sitios y en muchos patios, pero le da a los forenses palanca para indagar motivos y seguir investigando. Walt Braun dijo que había estado en las últimas 48 horas en su rutina de trabajo en el casino, donde las posibilidades ser mordido por nigua son escasas.
Tenemos ahora la sospecha sobre Walt Braun. Celos con su hermano y un cambio en la situación de la herencia al aparecer en la escena la exbailarina nudista, Janine, que se convierte en “novia trofeo” y se incluye en el testamento como heredera del 50% de los bienes propios y, en consecuencia, también de lo que le correspondería de herencia paterna en su momento. Lo ayuda que no es su huella dactilar que está en la cinta adhesiva de la escena del crimen. Esa huella debe pertenecer a la misma mujer cuyo ADN apareció en el arete.
¿Otra mujer en la casa? No es posible. Janine cuenta a los detectives la regla que no era permitido llevar mujeres a la casa. Tony podía tener sus encuentros amorosos en cualquier lado, menos en la casa. Regla estricta que hasta involucraba la contratación del ama de llaves: mujer mayor de 40 años, caderas sin curvas, sin educación profesional ni dominio del idioma. Entonces, ¿qué otra mujer está en el ambiente? La esposa del contratista.
Ella no vivía en Las Vegas. Residía con su esposo en Carson City. Tenía acceso a los instrumentos de trabajo de Carl, como la cinta pegante. Odiaba a Janine, la esposa de Tony Braun y amante de su esposo. Los detectives recuerdan que ella pagó la fianza con un cheque que está ahora en poder de la fiscalía. Las huellas del cheque se comparan con las de la cinta y concuerdan. Los investigadores la llaman a interrogatorio, pero inician preguntando por sus aretes.
No lleva puesto aretes, pero tiene las orejas perforadas, indicación de que sí los usa de forma regular. Si no fuera así, se cierran. Para descartar su presencia en la casa de Tony Braun se le pide voluntariamente una muestra de ADN para comparar con la del arete. Conoce sus derechos, sabe que no pueden forzarla a entregar el ADN sin orden de un juez que esté amparada en indicios razonables. También que el negarse a colaborar no puede ser usado como una admisión de culpabilidad. Es ahí cuando entonces le muestran el cheque con su huella que coincide con la de la cinta adhesiva y se le invita a declarar, recordándole que tienen dos sospechosos, a ella y al hermano de la víctima Walt. El primero en hablar tendrá un trato favorable con la fiscalía.
El que cuenta la historia es Walt Braun. Admite los celos con su hermano y la oportunidad de vengarse se presenta en una fiesta donde conoce a la esposa amargada de Carl Williams. Ella le confesó que Janine, la novia trofeo de su hermano, era amante de su esposo y motivo para hacerle trabajos a Tony con descuentos tan poco usuales. Ambos así conciben el plan para matar a Tony haciendo aparentar una muerte por sobredosis que, al descubrirse no fue accidental, incrimina a Janine. Con ella en la cárcel, Walt toma su puesto en la administración de los casinos del padre y elimina competencia por el patrimonio y la herencia familiar; la esposa engañada recupera a su pareja y su discernimiento para no dar descuentos sentimentales por sus servicios. Un plan perfecto que, como le recuerda la forense Willows a la esposa engañada, el inconveniente siempre es que nunca se elabora un Plan B, de Emergencia.
Finalmente, Grissom recuerda otro de los principios de la ética del forense: la atención a los detalles. Los casos a menudo se resuelven por las circunstancias más inocentes. Planificaron el crimen para el día que la Ama de Llaves tiene libre, pero no contaron que ese no era libre para el jardinero. Al aparecer éste es que entran en pánico y asfixian con el Método Burke a Tony Braun. “Who are you? Who, who, who, who? Who are you? Who are you? Who, who…”
¿Qué tan cercano a nuestra realidad de investigación forense es este episodio de CSI Las Vegas?