Hoy 25 de septiembre de 2017, cumple 150 años de haber sido fundada la Logia Restauración No. II, de Puerto Plata. Como un homenaje a ese extraordinario y excelente masón puertoplateño como lo fue Cruz Pérez Linares, vamos a destacar quién fue esa alta personalidad en la masonería nacional.

Murió a causa de un infarto cardíaco, el connotado masón puertoplateño y técnico en saneamiento ambiental, don Cruz Pérez Linares, en la ciudad de Puerto Plata, el 4 de marzo de 2000. Su muerte consternó a la masonería nacional.

Con la muerte del apreciado y conspicuo ciudadano, perdió la masonería puertoplateña y, por ende, el país, a uno de sus máximos pilares. Tenía una sólida formación profesional e intelectual. Dominaba los idiomas: español y portugués. Leía en inglés y francés. Asiduo lector.  Poseía una excelente biblioteca de cultura general y masónica. De fácil palabra. Orador innato.

Fue Cruz Pérez Linares, uno de los masones dominicanos que más amplios conocimientos tenía sobre masonería en la República Dominicana.

En el año 1981, fundó su empresa Control Integrado de Plagas, S. A., desde esa fecha venia brindando servicios en Puerto Plata.

Se inició en la masonería en la Logia Restauración No. 11 de Puerto Plata, el 24 de junio de 1963. El 29 de noviembre de ese año, ascendido al grado de Compañero y 20 de febrero de 1964, exaltado al Sublime Grado de Maestro Masón.

Ocupó en su Madre Logia, las posiciones siguientes: Primer Experto, en 1964; Primer Vigilante, en 1966 y 1986; Past Master, el 18 de diciembre de 1966; Presidente Ejecutivo del Comité Organizador del Primer Centenario de la Logia Restauración No.11, en 1967; Miembro de la Comisión de Beneficencia, en 1972; Venerable Maestro, en 1973, 1974, 1975, 1976, 1981, 1983 y  1984; Orador, en 1979 y 1980; Miembro del Consejo Judicial, en 1987; Juez—Presidente del Gran Tribunal de la Gran Logia Simbólica de la República Dominicana, en 1988 y 1993—1998.

Se enfrentó a un grupito de desertores de la masonería de Santo Domingo y le dio demostración de apego a los principios masónicos; teniendo paciencia éste a las acusaciones en los tribunales civiles y penales del país, en que fue llevado, ganándole en todas las instancias.

Ha perdido la masonería puertoplateña una columna. Se dio a conocer en el plano nacional e internacional en la masonería. Asimiló la misma, en su verdadera dimensión. Practico ésta en todo el sentido de la palabra. Era exigente con la fidelidad de los ritos a ésta. Obtuvo por méritos distinciones dentro de la misma, como fueron: Miembro Meritísimo de la Logia Restauración No. 11, de Puerto Plata, el 16 de marzo de 1987; Miembro Vitalicio de la Orden Masónica, el 10 de octubre de1988; Medalla del Mérito Masónico de la Gran Logia Simbólica de la República Dominicana, en 1983; Representante del Supremo Consejo de la República del Perú, en la Rep. Dom.; Garante de Paz y Amistad en el Oriente de Puerto Plata de las Logias Masónicas: Estrella del Tequendama, de Bogotá; Perseverancia No. 3, Oriente de Tamaulipas, México; Excélsior 17 No. 3 al Oriente de San Salvador; de las Logias del Oriente Nacional: Perfecta Armonía No. 3, de Azúa; Nuevo Mundo No. 5, de Santiago; Esperanza No. 9, de Santo Domingo; Aurora No. 25 y Cristóbal Colón No. 14 de Samaná y otras.

Hacían 37 años que se había iniciado en ésta en la Benemérita y Respetable Logia Restauración No. 11, de la ciudad de Puerto Plata, fundada el 25 de septiembre de 1867, siendo uno de sus fundadores el general Gregorio Luperón y su primer orador. En siete ocasiones diferentes fue Venerable Maestro de dicha institución Poseía el Grado 33, desde el 21 de enero de 1979, otorgado por el Gran Supremo Consejo de Grado 33 de la República Dominicana; era Miembro Activo y Diputado del Distrito de Puerto Plata del mismo, durante varios años.

Fue un ciudadano íntegro a carta cabal y un experimentado técnico en saneamiento ambiental por muchos años.

En Puerto Plata gozó de respeto y admiración en las distintas instituciones que hizo vida como miembro de las mismas por su preocupación y entrega total en favor de éstas.

Nació en la ciudad de Puerto Plata, el 3 de mayo de 1928, hijo de los señores Luis Viterbo Pérez y Emelinda Linares. Tuvo once hermanos: Luis, José Tomás, José Diego, Xiomara, Edna, Mildred, Carmen, Ramona, Guillermo Antonio, Domingo y Rafael Pérez.

Hizo sus estudios primarios en la escuela de varones José Dubeau, dirigida para ese entonces por la profesora Mary Lithgow y, entre sus profesores, estuvieron: Hilda Basden, Gloria Marión, Héctor Ricardo, George Lockwardt, Rafaela Roland, y otros.

El estudio secundario lo realizó en la escuela Normal Emilio Prud” Homme, bajo la dirección de Natallier Miller y teniendo como profesores: Aria Marte, Concepción Gómez Matos, María Jiménez, Graciela Sierón de Hernández, Altagracia Heinsen, Eloida Estrada, y otros más, graduándose de Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas. Se graduó de Mecanografía.

Se inscribió en la Universidad de Santo Domingo a estudiar Medina, pero abandonó la misma cuando tenía varios años, para proseguir otra carrera afine.

Realizó los cursos de: Técnico en Saneamiento del Medio Ambiente, en Santo Domingo; Maestro en Salud Pública con especialidad en Saneamiento Ambiental y Curso de Capacitación Bioestadística, ambos en la Universidad del Estado de San Paulo, Brasil.

También, hizo los cursos: de Relaciones Humanas y Supervisión de personal, en la Universidad de Brasil; Acelerado sobre control de zoonosis, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; Sobre Actualización Didáctica, Universidad Católica Madre y Maestra; Curso corto sobre Educación para el Control Ambiental, UCMM, y otros.

Continuando en sus búsquedas de conocimientos, participó en los seminarios: Sobre la integración de los servicios de salud en el Área Sanitaria de Puerto Plata; Sobre la Epidemiología de la rabia; Sobre el Turismo y la Costa Norte “Su impacto y su futuro”; Por una Política Nacional sobre el Medio Ambiente, Banco Central y PUCMM, Foro Social de Salud y Desarrollo de Puerto Plata.

Contrajo nupcias con Rosa Herminia Bona Capellán (nacida en Puerto Plata, el 25 de abril de 1929, hija de Juan Bona Mateo y Filomena Capellán Valdez), en Imbert, Puerto Plata, el 3 de mayo de 1952 y procrearon tres hijos: Rosa Emelinda, César Eduardo y Cruz Viterbo Pérez Bona. Todos ellos profesionales, en distintas ramas del saber humano.

Dictó charlas y conferencias en eventos nacionales e internacionales, sobre tópicos de: sobre contaminación ambiental, medicina popular, mística de los clubes de servicios, salud pública, masonería, etc.

Cruz Pérez Linares, desempeño los cargos: Supervisor de Saneamiento de la Zona I de Santo Domingo, de 1957—1960; Estadígrafo del Centro Sanitario de San Cristóbal, en 1962; Supervisor de Saneamiento del Área Sanitaria de Puerto Plata, de 1962 a 1985. Intereses políticos se opusieron a que volviera nuevamente a ocupar esa posición, en el presente Gobierno y se optó en colocar a una persona de menos preparación profesional que él.

Por muchos años fue profesor por contrato de Bioestadística, Administración Sanitaria y Saneamiento Ambiental, en la Universidad Católica Madre y Maestra, Recinto Santiago, desde el 1969 hasta el año 1975. También fue profesor y fundador de la Escuela de formación Hotelera del Banco Central y UCMM, e3 1978 a 1981.

El polifacético Pérez Linares, escribió artículos y dejó algunos libros inéditos,  como son los siguientes: Saneamiento de los Hospitales (cátedras), Saneamiento Básico (cátedra), La Inspección Sanitaria de los Mataderos (Tesis de grado presentada en la Universidad de Brasil), Bioestadística Elemental para los trabajadores de Salud Pública (monografía), Higiene sobre la Conservación, preparación y servicios de alimentos y bebidas (cátedras), Curanderismo, creencias, tabú, mores en la Antropología Cultural Dominicana (monografía), Ensayos sobre masonería.

Perteneció a las instituciones y sociedades, a saber: Socio Activo de Puerto Plata Tennis Club, Inc., Socio Activo del Club Náutico de Puerto Plata, de la Cámara Americana de Comercio de Puerto Plata, de la Cámara de Comercio y Producción de Puerto Plata, de la Logia Restauración No. 11, Inc., Miembro Activo del Supremo Consejo del Grado 33 de la República Dominicana, miembro fundador y Ex activo Vitalicio del Club 20—30 de Puerto Plata, Miembro—fundador de la Logia de Perfección Henry E. Ashton No. 2, de Puerto Plata, Miembro—fundador de la Logia Jaime Manuel Fernández de Santo Domingo, Socio—fundador de la Sociedad de Coleccionista de Santo Domingo, Miembro de Honor de la Logia Cristóbal Colón No. 9 de Santo Domingo, Miembro de Honor de la Logia Esperanza No. 9 de Santo Domingo, Miembro de Honor de la Logia Gregorio Luperón de Santo Domingo, Miembro de Honor de la Logia Cuna de América, otros.

En la Soberana Logia Capitular de Perfección Henry E. Ashton No. 2, fue el exaltado al grado 4 ó Maestro Secreto, el 13 de abril de 1965; grados 5, 6, 7 y 8 por comunicación, al 9no ó Elegido de los Nueve, el 30 de septiembre de 1966; y, al 14 ó Gran Elegido, Perfecto y Sublime Masón, el 29 de octubre de 1966.

En la Soberano Capítulo de Caballeros Rosa Cruz “Bethania No. 4, se le otorgó los grados 15 por comunicación y exaltado al grado 18 ó Soberano Príncipe Rosa—Cruz, el 12 de marzo de 1967.

El Consejo de Grandes Elegidos Caballeros Kadosch Isabel de Torres No. 3, se le otorgó el grado 19 ó Gran Pontífice, el 31 de marzo de 1969; el 13 de septiembre de 1969, el 21ó Patriarca Noaquita o Caballeros Prusiano; el grado 28 ó Caballero del Sol o Príncipe Adepto, el 27 de junio de 1970; el 22 de diciembre de 1970, el grado 29 ó Caballero Escocés de San Andrés o Gran Maestro de la Cruz; y el grado 30 ó Gran Elegido Caballero Kadosh del Aquila Blanca y Negra, el 20 de junio de 1973.

En el Soberano Consistorio de Valientes Príncipes del Real Secreto, Guarionex No. 4, obtuvo el grado 31 ó Gran Inspector, Inquisidor y Comendador, 27 de julio de 1974; y, 21 de noviembre de 1975, exaltado al grado 32 ó Soberano Príncipe del Real Secreto.

El grado 33 ó Inspector General. Supernumerario, en Santo Domingo por el Supremo Consejo Grado 33, el 21 de enero de 1979.

El 24 de abril de 1986, es juramentado como Soberano Gran Inspector General y Miembro Activo del Supremo Consejo del Grado 33 para la República Dominicana.

Ocupó las posiciones en los cuerpos capitulares: en la Soberana Logia de Perfección Henry E. Ashton No. 2: Tres Veces Poderoso Maestro, 1969, 1970, 1971, 1972 y 1977; Gran Orador, en 1973, 1974, 1975, 1980, 1981 y 1982; Segundo Gran Vigilante, en 1976; Capitán de Guardias, en 1983, 1984 y 1985 y Primer Gran Vigilante, en 1986 y 1987.

En el Soberano Capítulo Rosa Cruz Bethania No. 4, desempeño los cargos: Excelentísimo y Perfecto Caballero Secretario, en 1967; Exc. Y Perf. Cab. Orado, en 1969, 1970, 1971, 1972 y 1980; Muy Sabio y Poderoso Maestro, en 1973, 1978; Exc. Y Perf. Cab. Guarda de la Torres, en 1974; 1975; Exc. Y Perf. Primer Maestro de Ceremonias, en 1976, 1977; Exc. Y Perf. Cab. Primer Vigilante, en 1979.

Desempeño los cargos en el Campamento Isabel de Torres No. 3: Tres Veces Poderoso Gran Maestro, en 1974, 1975 y 1992; Ilustre Segundo Gran Vigilante, en 1976 y 1977; Primer Gran Experto; Caballero de la Elocuencia, en 1978 y 1991.

En el Consistorio Guarionex No. 4, ocupó los puestos de: Primer Teniente Comendador, en 1976, 1977, 1978; Ilustre Comendador en Jefe, en 1979, 1981, 1982, 1983, 1984, 1986, 1992; 1996, 1997, 1998, 1999; Ilustre Ministro de Estado y Gran Orador, en 1980, 1987, 1988, 1990, 1991, 1993; Ilustre Gran Secretario Canciller, en 1995.

En el Supremo Consejo del Grado 33 de la Jurisdicción Masónica de la República Dominicana, desempeñó los cargos: Diputado del Distrito Masónica de la Provincia de Puerto Plata, desde el 1986 hasta el día de su muerte; Soberano Gran Inspector General y Miembro Activo, en 1986.

Ahí tenemos a grandes rasgos cuál fue la labor titánica llevada a cabo por Cruz Pérez Linares en el ámbito de la masonería nacional.

Sin lugar a dudas, es un ejemplo a seguir por los masones dominicanos.  Su labor fue brillante y en favor de ésta.

Uno de sus hijos, ha continuado por el camino de la masonería y como un justo reconocimiento a la memoria de Cruz Pérez Linares, el Supremo Consejo de Grado 33 para la Rep. Dom.