Según Mijail Bajtin, el Cronotopo es una forma temporal y espacial fundamental, tanto en el teatro, como en la novela y en la novela teatral. Ejemplo: Gargantúa y Pantargruel, de Rabelais, La novela teatral de Bulgakov y La Búsqueda del Santo Grial de Chretien de Troyes, entre otros.

El cronotopo es una unidad dramatúrgica y narrativa que utiliza el tiempo y el espacio como modos de escritura, tejido verbal y representación. De ahí que la palabra esté formada por dos étimos o lexemas de proveniencia griega: cronos = tiempo y topos = lugar o espacio. (Para una aproximación teórico-literaria más específica, ver, Mijail Bajtin: Problemas de la poética de Dostoievski, Fondo de Cultura Económica, México, 1993).

El cronotopo (gr. Kronos-topos), según Bajtin, construye el espacio-tiempo en el orden enunciativo otorgándole a la narrativa y a la dramaturgia condición espacial y condición temporal. Por lo que en el teatro el cronotopo surge y se configura como unidad de movimiento, acción  y fuerza de representación.

El teatro moderno utiliza el cronotopo como procedimiento dialógico, narrativo y accional. El personaje en el teatro se moviliza en el espacio y vive en el tiempo de la representación o acción teatral. Esto le permite registrar una expresión y al mismo tiempo una impresión desde sus posibilidades de figura o sujeto que se expresa en el tiempo y en el espacio.

Pero el cronotopo, es también un procedimiento constructivo de la dramaturgia moderna que produce significación, tanto en los diferentes modos de particularizar las acciones, como en los diversos esquemas posicionales de la acción dramatúrgica.(Véase, Brecht, Andreiev, Beckett, Lorca, Pirandello, Pedrolo, Strindberg, Ibsen…).

De ahí que algunos autores y dramaturgos utilicen el cronotopo como un modo de ejecución de lo narrativo y lo teatral. Ejemplo: Milan Kundera, Samuel Beckett, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Umberto Eco, Eugene Ionesco, Friedrich Dürrenmatt, Ricardo Piglia, René Marqués y Luis Rafael Sánchez, entre otros. El Cronotopo tiene, sin embargo, su significación en el orden estilístico. Pues cada dramaturgo o autor teatral lo utiliza partiendo de diferentes grados de interpretación, reconocimiento, manifestación, articulación y unificación del espacio y del tiempo. (Ver, para una explicación más justificada, Mijail Bajtin: “Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos de Poética Histórica”, en, Teoría y estética de la novela, Ed. Taurus, Madrid, 1989).

Podemos decir entonces que el cronotopo es inherente a la teatralidad, habida cuenta de las ejecuciones que se llevan a cabo en propuestas escénicas materializadas en tiempo y espacio. El personaje, como intérprete o actor, aparece y se expresa en un lugar y en un marco temporal determinado.