Es sano para la democracia dominicana, y representan un paso hacia adelante en el proceso de empoderamiento ciudadano, todas las actividades de protesta y reclamo que vienen realizando en distintos lugares de la ciudad, diversos grupos de jóvenes y “relativamente jóvenes” pertenecientes en su mayoría a los segmentos bajos y medianos de la amplia clase media.
Esos jóvenes están asumiendo su responsabilidad ciudadana que es algo que falta en nuestra desvencijada, gris, papelera y un poco puta democracia.
Sin embargo, uno les sugiera afinar la puntería.
Para combatir el aloque y la muerte en éxitos del PLD y su gobierno no hay que insultar. Hay que ser cuidadosos al generalizar.
Muchos criticamos duramente a la partidocracia y nos quejamos de la sempiterna corrupción que en contubernio con el sector privado, desde Lilís hasta ayer, la clase política se ha montado. Pero cuidado.
Usted suma y funde a todos los participantes en todas las manifestaciones en estos días (y nos incluimos en el grupo) y lo que resulta de esa fusión, ese ciudadano, podría ser igual pero no más honesto ni responsable que don Virgilio Bello Rosa (PRD), José Joaquín Bidó Medina (PLD), Lidio Cadette (PLD), Lalane José (PRD), Luis Ernesto Pérez Cuevas (PRD), Eduardo Estrella (balaguerista), Minou o Jaime David Fernández Mirabal. Con la diferencia que estos ciudadanos son o han sido altos funcionarios del Estado y han estado donde se cocina el sancocho, donde se puede robar y prevaricar a dos manos.
El ejercicio democrático que realizan estos grupos debe ser saludado y sobre todo respetado.
Es correcto utilizar las armas que la democracia y la nueva Constitución de 2010 ofrece a los ciudadanos.
Es correcto exigir y protestar para llevar al gobierno a su propia legalidad, que decía don Juan. Protestar porque el DEPRECO, DPCA o como se llame sirva para algo, que utilice las decenas de auditorías con “flagrantes” y vulgares actos de corrupción, (el gran hándicap, la parte más floja y criticable de los últimos gobiernos del PLD) y sigo y no termino.
Pero cuidado. Generalizar siempre es un error.
El insulto mata el debate y aparece cuando se han perdido los argumentos o nunca se han tenido, lo que no aplica en el caso de lúcidos intelectuales que participan de estas protestas que, insisto, en su mayoría uno apoya.
La partidocracia -en su plan Shakira Congresual (ciega y muda)- hace aguas y ni se entera: Su versión blanca por la torpeza de su división y sus pésimos finales de gobiernos; y la morada, porque está muerta de éxitos, regodeada en la prepotencia de sus triunfos, en ese no guardar las formas, y no temerle ni siquiera un poco a la auditoría visual…. Están locos.
Pero generalizar siempre es un error.
Siempre es bueno mirar la paja en el propio ojo. Practicar cierta objetividad en el análisis. Y no olvidar la constitucional presunción de inocencia que tanto le hemos exigido a la Policía que para colmo de males hace tiempo que está fuera de control, más alocada que la partidocracia, que ya es mucho decir.
Las calles están ahí. Nuestros constitucionales derechos también.
Ejerzamos nuestra ciudadanía exhibiendo un comportamiento de ciudadanos. Ni insultos ni insultantes generalizaciones.
Ser ciudadanos, a eso aspiramos, para algún día llegar a ser un país civilizado. Para eso cuenten, sigan contando con nosotros.