El tema de la televisión con los niños es un tema que se debate mucho en estos tiempos, puesto que no se le presta la atención debida en el momento que están sentados viéndola. Muchos profesionales del área infantil ven como mejor opción que no la vean, así como otros optan por que la vean moderadamente. Es un tema de mucho debate, pues al final todos quieren lo mejor para los niños y es lo que más importa.
Personalmente como educadora pienso que todos los extremos son malos, prohibirla del todo o que pasen todas las tardes frente a una pantalla aún sea viendo programas educativos. Debemos recordar que los adultos somos los encargados de enseñarles, somos sus guías puesto que por algo nos diferenciamos de ellos: nuestra madurez.
La mejor forma y la que mejor es para los niños es que siempre estén acompañados de un adulto (lo recomendable es que sea el papá o la mamá) al momento de estar viendo televisión. Muchos quizás se preguntarán “¿por qué?”, son varias las razones. Primero, el adulto es el responsable de ver si lo que el niño está viendo es apto para su edad, si los temas tratados son temas de niños. Segundo, es un momento perfecto para trabajar en su vocabulario, para criticar, debatir con ellos de lo que están viendo, ponerlos a pensar; interactuar con su hijo y que no sea que esté hipnotizado con la pantalla y usted con su celular o tableta.
Cuando digo de interactuar con su vocabulario es haciéndole preguntas sobre lo que están viendo, preguntas como: “¿De qué color es eso?, ¿cuál de los dos es más grande?, ¿qué sonido hace ese animal?”. Formule las preguntas dependiendo la edad de su niño, y así no solamente estará trabajando en su vocabulario, sino que están debatiendo un tema, dando respuestas, se están divirtiendo pero a la vez utilizando su cerebro para pensar y responder sus preguntas, además su niño se dará cuenta que están interactuando con él y poniéndole caso a lo mismo que él está viendo.
Si el niño está a cargo de una “nana” por las tardes, prohíba que la misma vea novelas o cualquier programa de adultos con su niño por ahí cerca ni en frente, esos temas tratados en dichas programaciones no son aptos para los chiquitos, y aunque piensen que “son pequeños y no entienden”, pero su cerebro es como una esponja y todo lo absorbe y lo aprende. No hay necesidad que la persona que cuida a su niño esté viendo novelas con el niño en brazos o sentado ahí frente a la televisión. Los padres son los que deben poner sus reglas, después de todo, se trata de la vida y desarrollo de SU propio hijo.
Cabe también destacar en éste tema el daño que hace a los ojos que los niños vean la televisión pegados casi a la pantalla de la misma, si nota que lo hace siempre y le dice que se aleje y al rato vuelve otra vez a pegarse, es recomendable llevarlo donde un oftalmólogo a hacerle un chequeo de la vista, pues bien puede ser que tenga alguna deficiencia en la vista que le impida ver bien de lejos.