En las primeras dos décadas de su nacimiento, el cine se utilizó como herramienta de investigación, tratamiento y reconstrucción del mundo real, dado que a comienzos del siglo XX, viajeros, etnógrafos, ingenieros, arquitectos, paleontólogos y narradores utilizaban la cámara tomavistas para mostrar nuevas realidades de países lejanos (China, Etiopía, Congo belga, Kenia, Camerum, Costa de Marfil, Armenia, Turquía y otros), creando expectativas a través de la fotografía en movimiento y la fotografía fija. Estas imágenes, hechas por occidentales, pasaron a Occidente a través de la nueva tecnología que ofrecía el cine para crear fascinación.

De ahí la importancia del cine para reconstruir imaginarios culturales en base a detalles de culturas o ambientes exóticos, problemas étnicos, políticos, económicos, religiosos e imperiales que servido de material de reconocimiento y divulgación sociocultural.

La operación de reconstrucción cinematográfica contaba en los primeros cincuenta años  de vida cultural, con detalles, particularidades de guerra, historias sociales, acciones conflictivas, enfrentamientos políticos, creaciones culturales y épicas imperiales. De esta manera, cada evento captado por la cámara tenía una finalidad más que artística, socio-cultural.

El documentalismo británico, español, árabe, chino, africano y norteamericano creó piezas de contenido singular para el desarrollo delas cinematografías llamadas nacionales; lo que desde la crítica y la historia de cine implica una puesta en acción y documento tendente a explicar lo real como proceso y como producto, de suerte que toda película de guerra, gran documental o aventura permite reconocer un orden artístico y cultural incidente en los contemporáneos.

La misma sociología del cine da cuenta de muchos catálogos constituidos sobre la base de los diversos planos de observación y conjunción de sentido. En este caso, se trata de una crítica que, en su marco de diferencia y evaluación establece un movimiento entre el material filmado, el material editado y proyectado como cuerpo referencial captado por el ojo del espectador. En tal sentido resulta pertinente referir la reflexión teórico-crítica de Jacques Aumont y otros: Estética del cine, Ed. Paidós, Barcelona, 1993).

El concepto de crítica  pensado junto al de reconstrucción, intenta organizar la trama argumentativa que asume el cine como dictum narrativo y significante, instruido mediante el código multidireccional de producción cinematográfica. La fórmula coral de cierta cinematografía contemporánea desarrolla las estructuras y funciones del relato fílmico en  el contexto de producción, realización, interpretación y comprensión de lo cinematográfico.

De ahí la importancia de la crítica y la teoría en el análisis de resultados, al aplica aplicar el concepto de reconstrucción en el fenómeno cine contemporáneo y mediación audiovisual.